Reynaldo Cruz Zapata
¿Tendrá su periódico la decencia suficiente para decir lo que aquí paso…? Interroga el padre del Juez Guido Pazos, a Angelita (Magdiel Ugaz), la reportera del diario chicha EL PAPI, ante su actitud insensible de tomar fotografías de los restos de quien fue uno de los jueces más probo durante el régimen autoritario de Fujimori.
Mariposa Negra, es la historia real de la convivencia del bien y mal en las personas, matizada con la ficción (o quizá no) de finales de la década pasada en nuestro país. De un lado Gabriela (Melania Urbina), es la profesora que vive su mundo celeste, pensando que un día todo va hacer mejor, y quizá esa etapa comience cuando se case con Guido Pazos; y en el opuesto tenemos a Angelita, periodista sensacionalista, a la cual el director de su diario quiere tener como amante. La vida de ambas se entrecruza para desentrañar la verdad.
“Esa soy yo, la estoy pasando bien, por eso me gusta emborracharme, lo feo es al día siguiente, pero mientras dura compensa toda la mierda de la vida” dice Angelita, quien es el personaje que narra la historia Gabriela, la jovencita que perdió la inocencia para lograr en 4 meses y 2 días para llegar a conocer al “doctor”, el poder bajo la sombra de la década pasada.
La trama desarrolla en el cambio de actitud de Gabriela por victimar a la cabeza de todo el aparato de corrupción, psicosocial y desaparición de opositores, Vladimiro Montesinos. En este trayecto Angelita la ayuda mucho a pesar de haber publicado que el novio de Gabriela murió en una orgía gay, quizá por resarcir su culpa, pues la nota era enviada el sistema de inteligencia del régimen, o quizá porque el lado del bien logro vencer esa común máscara de frialdad que tenemos las personas.
Gabriela invierte todos sus ahorros, y deja su moral a un lado, funge de lesbiana, dama de compañía, se engaña a sí misma por cumplir la ansiada venganza: matar al hombre más poderoso del país. Mariposa Negra es una premonición de la muerte, del cambio, del adiós de la inocencia; hay que dejar de ser bueno si no te golpean una y otra vez, aunque no se puede ser bueno siempre, ni malo para toda la vida. El precio de la felicidad es grande, y la felicidad se da una sola vez en la vida.
Hay pesadillas que se deben vivir, porque ya no existen sueños. Hay que hacer cosas aunque el miedo nos aborde, cuando ya no queda nada, cuando nuestra realidad se desbarranca. Una buena película para ver, puede que sólo sea ficción, pero genera en el espectador sentimientos mezclados de venganza y dolor, de pena y frustración.
“Tal vez me encuentres, tal vez no, si no me encuentras ya sabes lo que tienes que hacer, lo que mas quiero es que escribas mi historia, que es la de Guido, la verdadera, no la basura que te hicieron escribir. Van a decir que estaba deprimida, que perdí la razón, que debiste detenerme, que tu tienes la culpa, no les hagas caso, hazme caso a mi, y escribe lo que en verdad paso”. Grabiela.
San Miguel de Piura, 6 de junio de 2008
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