I. Perra memoria
Conocí José Lalupú por el año 2002, cuando junto a un inquieto grupo de jóvenes de la Facultad de Ciencias Sociales y Educación de la Universidad Nacional de Piura, animaba el grupo literario “Café de Artistas”. Lalupú era el guía del gripo, quizá por su mayoría de edad, era el Patriarca Café. En aquel año me uní al grupo.
Al año siguiente, en el mes de agosto, viajamos a Huamanga para participar en un congreso nacional de estudiantes de educación. En esta tierra contactamos con muchas personas que tenían un contacto cercano con el mundo juvenil literario del país y con el legendario Oswaldo Reynoso que asistió al evento como conferencista. Al autor de “Los inocentes” le obsequiamos un ejemplar de la primigenia revista de los más jóvenes escritores piuranos, y a mí me firmó un ejemplar de la misma revista, el que conservo como recuerdo material de aquellos años en que éramos indocumentados.
En Café de Artistas Nº 1 se publicó un cuento de Lalupú, titulado “El descubrimiento del arte abstracto”; además se daba a conocer las voces de Charles Purizaca, Fernando Silva, “Joca” Zapata y Sophía Sánchez. Posteriormente planeamos la segunda entrega[1] con la ayuda de los miembros fundacionales de Tacreli, David Perea y Angel Hoyos; con ellos solíamos reunirnos en la casa de Eduardo Gonzales, pero nunca concretamos la publicación.
En una ocasión, mientras transitaba por los pasillos de la Universidad Nacional Piura, José Lalupú me alcanzó una fotostática de un cuento suyo, “Perra Memoria”, con una dedicatoria bien chévere y una extraña firma que hasta el día de hoy utiliza. En este cuento nos sumergimos en la vida cotidiana de dos estudiantes universitarios, en sus constantes preocupaciones y el amor especial de la chica del cuento por un perro sarnoso llamado “barroco”, por lo intrincado de su piel.
En estos cuentos citados hasta aquí se nota el buen ejercicio narrativo y la calidad que posteriormente resaltaría en “La princesa” (Aula 34 Nº 0 - 2003), “Los poetas chicheros” (Aula 34 Nº 1 - 2004), “La mujer es sueño” (Sietevientos Nº 12 - 2005). “fábula del patriarca del sur” (Sietevientos Nº 15 – 2005).
II. Celebración de la muerte
En esta su corta vida literaria, José Lalupú ha acumulado varios galardones[2]. El año 2007 obtuvo el primer lugar en le Concurso para escritores noveles de Piura con cu cuento “Celebración de la muerte”, cuento que dará el nombre al libro[3] que reúne los trabajos ganadores de este concurso que promovió Indecopi, La Municipalidad de Piura y Pluma libre editorial.
“Celebración de la muerte”[4] nos adentra en le jolgorio y la celebración de un hecho inédito en nuestra patria: Cinciano del Cuzco, equipo provinciano, en una final de infarto, le gana a Boca Juniors, convirtiéndose, no sólo ellos sino al Perú entero, en Campeón absoluto de América. La cantina donde se reúnen los personajes del cuento estalla en alegría y comienza la destrucción del local, que a nadie le parece extraña, terminado con la muerte de un hincha. Todo el cuento se estructura en un dialogo confesional que remite perfectamente a todos los hechos.
Lo primero que me llamo la atención fue su acercamiento diferentes cuentos; uno de ellos es “Justicia poética”[5] del Julio Carmona. Este cuento está ambientado en una prisión piurana, en la que no es extraño jugar fútbol; en una de la tantas “pichanguitas” es asesinado un recluso que era aprista y el asesino brinda sus declaraciones pertinentes, primero, a un sargento, luego a un alférez, hasta llegar, en estricto orden del rango militar, al general que tiene a cargo tal dependencia. En el cuento de Lalupú no existe tal jerarquía militar, sino que un observador del asesinato, el “Ronco” Raymundo, rinde su instructiva ante un capitán de la policía:
“¿Qué a que hora fue todo eso? No, la hora no me acuerdo, mi capitán. Pero eso no importa, entienda que una alegría así se da sólo una vez en la vida”.
También se puede encontrar algunos rasgos con “La embestida del carnero” de Teodoro Garcés Negrón. En este cuento, la población aturdida decide darle muerte al hacendado que los explotaba, pero éste escapa y deja a su administrador y los mayorales, dandoles muerte por ser estar comprometidos con el asesinato del joven hijo de la partera del pueblo. En el transcurso de estos hechos de justicia resulta muerto un miembro de la comunidad, pero nadie se da cuenta por la emoción que los embargaba. Lo mismo sucede, desde diferentes perspectivas, en el cuento de la Lalupú: matan a “Ronco Raymundo” y siguen celebrando; incluso antes de este hecho una persona es arroyada por un carro:
"Cinciano, señores, iba camino de la hazaña, teníamos la ventaja de un penal. La gente de fuera de la calle vibraba cada vez más. Alguien gritó, porque fue alcanzado por un carro, pero nadie le presto atención".
Se puede rastrear la técnica utilizada por Lalupú en el cuento “Desiderio” de Franco Avalo[6]. En esta magnifica pieza narrativa el personaje narrador resulta contando la historia de su compadre Desiderio – que muere calcinado junto a su viejo baúl, defendiendo su virilidad y con una navajas al lado, que pudo haberle librado del fuego y la cólera de las mujeres que cobraron venganza ante sus engaños - a un periodista. El cuento de Lalupú tiene ses mismo matiz pero ya no es un periodista, sino un militar.
La muerte por jolgorio es muy notable en “Celebración de la muerte”. Algo muy parecido se observa en “El perfume” de Patrick Suiskind. En esta novela el personaje principal, luego de haberse librado de la muerte gracias a su perfume amoroso, acude a los lugares más suburbiales de París, en busca de la muerte que antes rehuyó, ya no tenía motivos mayores en su vida, rociándose todo el perfume ante los indigentes, ladrones y demás gente de mal vivir. Ellos lo empiezan a amar, luego quieren tocarlo, olerlo y poseer una parte de él y lo matan amándolo profundamente bajo el poder del perfume, y amarlo con más intensidad para terminar devorando su cuerpo. En el cuento de Lalupú no se llega a tal extremo, sino que el cocinero, de pura alegría, hunde un cuchillo filetero al “Ronco” Raymundo y la celebración continuaba.
"En eso llamaron al cocinero, un tal Juan Migraña, un cholazo bien maceta que vino, no molesto, fíjese, sino celebrando también; y de pura alegría le guardó un cuchillo filetero entre el costillar del pecho al “Ronco” Raymundo, que de tanta euforia creía que la sangre calientita que le brotaba quemándole las piernas era cuestión de un juego, un artificio de la celebración. Por eso siguió bailando y saltando hasta que se le doblaron las rodillas y se derrumbó sobre la barra como diarrea".
“Celebración de la muerte” toma como pretexto narrativo al fútbol, y así presentarnos en le universo de una cantina a varios personajes que se vinculan con un microcosmos o la visión de una realidad o una clase social determinada. El fútbol, eje temático, nos orienta hacia la comprensión de la realidad peruana y la reivindicación ala mando de once personas, veinte y dos chimpunes y un balón de cuero que rueda en búsqueda de un espacio de paz y celebración.
Piura. Marzo, 2008.
Conocí José Lalupú por el año 2002, cuando junto a un inquieto grupo de jóvenes de la Facultad de Ciencias Sociales y Educación de la Universidad Nacional de Piura, animaba el grupo literario “Café de Artistas”. Lalupú era el guía del gripo, quizá por su mayoría de edad, era el Patriarca Café. En aquel año me uní al grupo.
Al año siguiente, en el mes de agosto, viajamos a Huamanga para participar en un congreso nacional de estudiantes de educación. En esta tierra contactamos con muchas personas que tenían un contacto cercano con el mundo juvenil literario del país y con el legendario Oswaldo Reynoso que asistió al evento como conferencista. Al autor de “Los inocentes” le obsequiamos un ejemplar de la primigenia revista de los más jóvenes escritores piuranos, y a mí me firmó un ejemplar de la misma revista, el que conservo como recuerdo material de aquellos años en que éramos indocumentados.
En Café de Artistas Nº 1 se publicó un cuento de Lalupú, titulado “El descubrimiento del arte abstracto”; además se daba a conocer las voces de Charles Purizaca, Fernando Silva, “Joca” Zapata y Sophía Sánchez. Posteriormente planeamos la segunda entrega[1] con la ayuda de los miembros fundacionales de Tacreli, David Perea y Angel Hoyos; con ellos solíamos reunirnos en la casa de Eduardo Gonzales, pero nunca concretamos la publicación.
En una ocasión, mientras transitaba por los pasillos de la Universidad Nacional Piura, José Lalupú me alcanzó una fotostática de un cuento suyo, “Perra Memoria”, con una dedicatoria bien chévere y una extraña firma que hasta el día de hoy utiliza. En este cuento nos sumergimos en la vida cotidiana de dos estudiantes universitarios, en sus constantes preocupaciones y el amor especial de la chica del cuento por un perro sarnoso llamado “barroco”, por lo intrincado de su piel.
En estos cuentos citados hasta aquí se nota el buen ejercicio narrativo y la calidad que posteriormente resaltaría en “La princesa” (Aula 34 Nº 0 - 2003), “Los poetas chicheros” (Aula 34 Nº 1 - 2004), “La mujer es sueño” (Sietevientos Nº 12 - 2005). “fábula del patriarca del sur” (Sietevientos Nº 15 – 2005).
II. Celebración de la muerte
En esta su corta vida literaria, José Lalupú ha acumulado varios galardones[2]. El año 2007 obtuvo el primer lugar en le Concurso para escritores noveles de Piura con cu cuento “Celebración de la muerte”, cuento que dará el nombre al libro[3] que reúne los trabajos ganadores de este concurso que promovió Indecopi, La Municipalidad de Piura y Pluma libre editorial.
“Celebración de la muerte”[4] nos adentra en le jolgorio y la celebración de un hecho inédito en nuestra patria: Cinciano del Cuzco, equipo provinciano, en una final de infarto, le gana a Boca Juniors, convirtiéndose, no sólo ellos sino al Perú entero, en Campeón absoluto de América. La cantina donde se reúnen los personajes del cuento estalla en alegría y comienza la destrucción del local, que a nadie le parece extraña, terminado con la muerte de un hincha. Todo el cuento se estructura en un dialogo confesional que remite perfectamente a todos los hechos.
Lo primero que me llamo la atención fue su acercamiento diferentes cuentos; uno de ellos es “Justicia poética”[5] del Julio Carmona. Este cuento está ambientado en una prisión piurana, en la que no es extraño jugar fútbol; en una de la tantas “pichanguitas” es asesinado un recluso que era aprista y el asesino brinda sus declaraciones pertinentes, primero, a un sargento, luego a un alférez, hasta llegar, en estricto orden del rango militar, al general que tiene a cargo tal dependencia. En el cuento de Lalupú no existe tal jerarquía militar, sino que un observador del asesinato, el “Ronco” Raymundo, rinde su instructiva ante un capitán de la policía:
“¿Qué a que hora fue todo eso? No, la hora no me acuerdo, mi capitán. Pero eso no importa, entienda que una alegría así se da sólo una vez en la vida”.
También se puede encontrar algunos rasgos con “La embestida del carnero” de Teodoro Garcés Negrón. En este cuento, la población aturdida decide darle muerte al hacendado que los explotaba, pero éste escapa y deja a su administrador y los mayorales, dandoles muerte por ser estar comprometidos con el asesinato del joven hijo de la partera del pueblo. En el transcurso de estos hechos de justicia resulta muerto un miembro de la comunidad, pero nadie se da cuenta por la emoción que los embargaba. Lo mismo sucede, desde diferentes perspectivas, en el cuento de la Lalupú: matan a “Ronco Raymundo” y siguen celebrando; incluso antes de este hecho una persona es arroyada por un carro:
"Cinciano, señores, iba camino de la hazaña, teníamos la ventaja de un penal. La gente de fuera de la calle vibraba cada vez más. Alguien gritó, porque fue alcanzado por un carro, pero nadie le presto atención".
Se puede rastrear la técnica utilizada por Lalupú en el cuento “Desiderio” de Franco Avalo[6]. En esta magnifica pieza narrativa el personaje narrador resulta contando la historia de su compadre Desiderio – que muere calcinado junto a su viejo baúl, defendiendo su virilidad y con una navajas al lado, que pudo haberle librado del fuego y la cólera de las mujeres que cobraron venganza ante sus engaños - a un periodista. El cuento de Lalupú tiene ses mismo matiz pero ya no es un periodista, sino un militar.
La muerte por jolgorio es muy notable en “Celebración de la muerte”. Algo muy parecido se observa en “El perfume” de Patrick Suiskind. En esta novela el personaje principal, luego de haberse librado de la muerte gracias a su perfume amoroso, acude a los lugares más suburbiales de París, en busca de la muerte que antes rehuyó, ya no tenía motivos mayores en su vida, rociándose todo el perfume ante los indigentes, ladrones y demás gente de mal vivir. Ellos lo empiezan a amar, luego quieren tocarlo, olerlo y poseer una parte de él y lo matan amándolo profundamente bajo el poder del perfume, y amarlo con más intensidad para terminar devorando su cuerpo. En el cuento de Lalupú no se llega a tal extremo, sino que el cocinero, de pura alegría, hunde un cuchillo filetero al “Ronco” Raymundo y la celebración continuaba.
"En eso llamaron al cocinero, un tal Juan Migraña, un cholazo bien maceta que vino, no molesto, fíjese, sino celebrando también; y de pura alegría le guardó un cuchillo filetero entre el costillar del pecho al “Ronco” Raymundo, que de tanta euforia creía que la sangre calientita que le brotaba quemándole las piernas era cuestión de un juego, un artificio de la celebración. Por eso siguió bailando y saltando hasta que se le doblaron las rodillas y se derrumbó sobre la barra como diarrea".
“Celebración de la muerte” toma como pretexto narrativo al fútbol, y así presentarnos en le universo de una cantina a varios personajes que se vinculan con un microcosmos o la visión de una realidad o una clase social determinada. El fútbol, eje temático, nos orienta hacia la comprensión de la realidad peruana y la reivindicación ala mando de once personas, veinte y dos chimpunes y un balón de cuero que rueda en búsqueda de un espacio de paz y celebración.
Piura. Marzo, 2008.
[1] De manera paralela a esta empresa, asistíamos al Taller de Literatura Aula 34 que dirigía Houdini Guerrero
[2] El año 2001 obtuvo el primer lugar en cuento y el primer lugar en poesía en los Juegos florales de la Facultad de Ciencias Sociales y Educación de la UNP. El 2003 nuevamente obtiene el primer lugar en cuento en los mismos juegos florales.
[3] Celebración de la muerte y otros cuentos. Cuentos ganadores del Concurso para escritores noveles de Piura. Piura: Pluma Libre. 2007.
[4] Sólo brindaré algunos alcances sobre el cuento de Lalupú, mas no de la totalidad del libro.
[5] Tengo la certeza que este cuento, uno del libro “Rqentos”, es la pieza narrativa del autor que formará parte del próximo libro “Selección piurana” que lanzará Puma Libre editorial. Lo mismo pasaría con el cuento de Lalupú.
[6] Escritor sullanero. Ha publicado el libro de cuentos “Por debajo de la cuerda”. En varias ocasiones ha quedado finalista del Copé.
[2] El año 2001 obtuvo el primer lugar en cuento y el primer lugar en poesía en los Juegos florales de la Facultad de Ciencias Sociales y Educación de la UNP. El 2003 nuevamente obtiene el primer lugar en cuento en los mismos juegos florales.
[3] Celebración de la muerte y otros cuentos. Cuentos ganadores del Concurso para escritores noveles de Piura. Piura: Pluma Libre. 2007.
[4] Sólo brindaré algunos alcances sobre el cuento de Lalupú, mas no de la totalidad del libro.
[5] Tengo la certeza que este cuento, uno del libro “Rqentos”, es la pieza narrativa del autor que formará parte del próximo libro “Selección piurana” que lanzará Puma Libre editorial. Lo mismo pasaría con el cuento de Lalupú.
[6] Escritor sullanero. Ha publicado el libro de cuentos “Por debajo de la cuerda”. En varias ocasiones ha quedado finalista del Copé.
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