jueves, junio 30, 2011

El Sheriff

Antiguo colegio San Miguel de Piura

Reynaldo Cruz

¿Su nombre?, la verdad que no lo sé, todos lo llamábamos “Sheriff”, todos incluidos auxiliares y profesores. Era un espécimen raro entre adolescentes como nosotros. Unos tres años mayor que el alumno de más edad, el cabello demasiado largo y una mirada que obligaba a cualquiera a fijarse en otro lado.

Los rumores decían que lo llamaban así, porque era hijo del comisario de un barrio del sector oeste, uno de los más bravos de la ciudad, otros decían que era el líder de una pandilla denominada “Los renegados”, los más desconfiados, que era un agente de seguridad que se encargaba de informar al Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) lo que pensaban maestros y alumnos. Ésta era una versión paranoica, pero no por ello increíble, pues la dictadura empezaba a declinar, y en los colegios al igual que institutos y universidades se hablaba de una gran marcha hacia la capital.

Apareció a mediados de año, nadie lo presentó como alumno de traslado, ni siquiera Miss Claudia, la más linda de las profesoras de Quinto, a quien todos alucinábamos con más ganas cuando hablábamos de lo que tenían las chicas entre sus piernas. Nadie dijo una palabra, una explicación de porqué apareció así, como si nada, como tampoco se pronunciaron respecto a su forma de vestir, pues nunca utilizó el uniforme reglamentario de un colegio público como el nuestro.

El Sheriff solía sentarse en la última silla de la izquierda, en el rincón que poseía la pared más rayada del aula. Entraba en cualquier momento y abandonaba el salón de clases cuando se cansaba de los monólogos de los profesores, sobre todo el de matemática, a quien todos teníamos por recontra aburrido. A las clases de Miss Claudia, nunca faltaba, se le notaba más civilizado durante ellas, pues no colocaba sus zapatillas sobre el asiento que tenía delante, no fumaba, ni molestaba a nadie, era como si fuera otro, como si la parte buena de él reprimiera a su demonio interno.

- ¿Qué miras chibolo? – me dijo un día, mientras mis ojos se alejaban de las piernas de Miss Claudia e iban a fijarse en su mirada oscura.

No supe que decirle, lo mire por largo rato. En ese instante me dije que él no era un pandillero, ni un espía del SIN, era sólo un muchacho como cualquiera de nosotros, un poco mayor, pero adolescente al fin de cuentas, que al igual que todos necesitaba encontrar un sentido, un rumbo a su vida. Pensé que tal vez era cierto que su padre era comisario, y él en realidad era un renegado, porque casi nunca tenía al patriarca en casa; que vivir en aquella zona de la ciudad, cerca al Hueco, lo corrompía cada segundo.

- Eres un chibolo tonto. ¿Tienes cinco lucas?, si me das cinco lucas te doy un billete de diez– propuso desconcertándome de la pesquisa que en ese momento le realizaba.

Mecánicamente introduje mi mano en el bolsillo y saque moneda tras moneda, fui sumando: tenía tres soles con sesenta céntimos. Presentí que el Sheriff me diría otra vez: chibolo tonto y reiría al llevarse mi dinero para comprar comida en el quiosco del patio.

- ¿Cuánto tienes chibolo?

- Tres lucas y sesenta ferros – exclamé, presintiendo que esa respuesta le disgustaría.

- Me caes bien, trae acá -

En ese instante estiré mi brazo para darle todas las monedas que tenía, incluido mi pasaje de regreso. Mi ingenuidad me obligaba a acatar sin reparos la orden del Sheriff, cuya autoridad estaba impuesta en todo el colegio. Ahora recuerdo que un día, el “Perro” Quintanilla, el auxiliar de Cuarto, se atrevió a llamarle la atención por andar molestando a Miss Claudia. Aquella discusión acabó en el canchón de arena, en una pelea que todos los alumnos miramos, incluidos los de la primaria. Quintanilla tenía músculos en todo el cuerpo, sin embargo la altura y agilidad del Sheriff pudieron más en la lid.

- Toma pequeño ratón de biblioteca, pero no le digas a nadie quien te lo dio. Es falso, pero bien fabricado, entendiste – me confesó entre susurros.

Aquel día el Sheriff encontró un amigo, aunque debería decir que yo encontré un buen amigo, alguien dispuesto sacarle la mierda a quien se atreviera a molestarme. Yo por mi lado cumplía la otra parte de un contrato implícito: debía buscarle versos de amor en los libros de literatura que prestaba en la biblioteca del tercer piso. Definitivamente, yo ganaba más en este asunto.

- Eh, chibolo, busca algo lindo para Paola – aquélla era la orden de siempre.

Paola era la enamorada del Sheriff. Tenía el cabello ligeramente crecido, piel blanca, como la de una pavita, me confesó él. Era linda, una muchacha de unos diecisiete años, que empezaba a deslumbrar a los chicos con su caminar y su olor a jazmín. Definitivamente aún es virgen me decía cuando recibía los versos de Neruda, o mejor aún los de Luis Hernández.

- Eres un genio, pequeño. Un par de versos más y cae – me dijo un día el Sheriff, pero no le entendí nada. Estaba preocupado, mi padre decía que en cualquier momento la fábrica cerraría.

La fabrica. Mi viejo había trabajado veinte años en ella, ahora corría el rumor por toda la ciudad, que los chilenos querían comprarla, únicamente con el anhelo de llevarla a la quiebra. Eso les ayudaría a competir solos en el mercado internacional. Mi viejo, mi pobre viejo, en unos días su vida no tendría ni el más mínimo sentido.

Vaya inseguridad que nos asalta a todos en cualquier momento: ¿De dónde somos? ¿A dónde vamos? ¿Somos realmente felices? Quizá el Sheriff nunca encontró respuesta para la gran cuestión de la existencia. A pocos días de terminar la secundaria, la noticia nos llegó a través de los diarios: Muerte, decía Expreso; Pandillas del Horror, titulaba La Prensa. Según las fuentes policiales, la noche del último domingo, un sujeto conocido como Sheriff, resultó muerto en una pelea callejera, cuyo origen había sido la disputa de una joven dama.

Lelis Rebolledo: De la anarquía al neo-indigenismo

Lelis Rebolledo

Entrevista a Lelis Rebolledo, publicada en el blog El Verduguillo, el día jueves 6 de septiembre de 2007 [1].
 
Los pintores piuranos lo consideran un neo-indigenista simbólico; los literatos, un surrealista. Yo lo veo como creador de una estética que escapa de lo meramente decorativo para convertirse en protesta.

Para entrevistarlo tuve que llamarlo por teléfono luego de encontrar su número en la sección “Catacaos” de las páginas blancas. Ahí fue cuando le pregunté si es que era Lelis Rebolledo, el poeta, y me respondió que creía que sí. Con esa duda viajé hasta su casa en una soleada mañana de domingo. Lo encontré en la puerta. Me estaba esperando sonriente con su sombrero de paja.
 
Tengo una curiosidad. Cuando te pregunté por teléfono si es que estaba hablando con el poeta Lelis Rebolledo, tú me respondiste: “creo que sí”. ¿Por qué la duda?
 
Lelis Rebolledo.- No dudo. Es una forma de mostrar pesimismo frente a la realidad, una manera nihilista de afrontar el fenómeno creativo en un medio tan duro como el Perú. Vivimos en un ambiente donde no hay una posición clara de la sociedad frente al artista, donde éste tiene que naufragar en medio de una serie de dificultades para poder llegar a la creación. La apreciación mía, en cuanto a lo que llamas “duda”, es una especie de desconsuelo del artista frente a su realidad.

Entonces, la sociedad es culpable de ese drama...
 
La sociedad es culpable en el sentido de que no asimila al artista como trabajador del arte. La gente no consume arte, no consume cultura. Por el contrario, consume vulgaridad, un poco de “bazofia” e íconos y elementos embrutecedores que no conllevan al desarrollo espiritual de un consenso social.

¿Y por qué crees que la gente consume esa “bazofia”, según su definición?

Para mí, esa “bazofia” o seudo-arte forma parte de una manipulación estructural que viene de un sistema que quiere crear un estado de supina ignorancia en las gentes. Por eso, y respondiendo a tu pregunta, creo que el consumo de “bazofia” se lo debemos a una maniobra que imposibilita a las gentes desarrollar conceptos que puedan arribar a una apreciación estética de la obra artística. Por ello, no hay valoración, no hay goce estético. Lo que hay es goce por lo trivial, goce por lo cotidianamente vulgar, pues es lo que más fácilmente se puede digerir.
 
“Manipulación”, “sistema”, “aprisionamiento”. ¿No son conceptos anarquistas? ¿Cuál es tu posición frente al anarquismo?
 
La anarquía sienta las bases libertarias del ser humano. Representa un rescate de valores humanos y es fundamental porque permite que el hombre adquiera la soltura necesaria para expresar lo que siente. Pero es importante que nos centremos únicamente en las ideas centrales, pues hay derivaciones de éstas que conducen a la violencia, a faltar el respeto a la vida. Yo no estoy de acuerdo con esto último. El anarquismo debe verse como un instrumento de cuestionamiento a la vida misma.

En resumen, el anarquismo es algo positivo.

Claro.

Entonces debo asumir que no crees en la política.
 
Hay una enorme decepción en mí frente al proceso político peruano, en el que veo únicamente un negocio o una confabulación de todos los poderes para oprimir al ser humano. (...)
 
¿Hacia dónde cree que va el arte en Piura?
 
El arte en piurano no va a ningún sitio. Se encuentra anclado en conceptos puramente descriptivistas, atorado en nociones reiterativas que no desarrollan posibilidades expresivas de mayor alcance en cuanto al trabajo estético.

¿Y cuáles son estos conceptos reiterativos?

 El costumbrismo, por ejemplo. El costumbrismo es un vicio que hace mucho daño a la labor artística, pues no permite expresar las dimensiones que tiene la realidad más allá de la fantasía. Además, el arte costumbrista es un arte comercial donde el artista se comporta como un sujeto complaciente ante el público; es decir, pinta porque tiene un público al que agradar. Así no hay goce interior del artista.

¿El artista? ¿Cómo defines al “artista”?
 
El artista, según algunas teorías clásicas, puede ser definido como la persona que copia la naturaleza. Bajo este concepto podemos decir que el arte es copia de la objetividad de ese macrocosmo que tenemos en frente. Sin embargo, cuando llegamos a la época contemporánea, nos damos cuenta de que el arte es también la mixtura de la realidad con la ficción; un híbrido como el que propone el neo indigenismo, un oficio que transciende mucho más allá del esquema real de las cosas.

Neo indigenismo. A ti, en alguna muestra pictórica, lo han denominado neo indigenista. ¿Estás de acuerdo con esta denominación o prefieres alejarse de las etiquetas?
 
No comparto el criterio de etiquetas y esnobismos. El artista no debe rendirle cuentas a otras escuelas que no sean la vida, la historia, la fantasía y, sobre todo, la realidad. Para mí, la obra de arte es un testimonio de la época y momento en que toca vivir. Sin embargo, si quieres ponerlo en esos términos, acepto lo de neo indigenista, pues significa capturar estéticamente toda la iconografía de las culturas prehispánicas. Estamos hablando de tejedoras de sombreros, campesinos, chicheras. Todos estos personajes forman parte de la resistencia de una cultura que no muere, que subsiste a pesar de todos los atropellos que ha sufrido.
 
Una cultura que también inspira a los costumbristas...
 
Sí, es verdad. Los pintores costumbristas también se nutren de esta realidad. Sin embargo, lo hacen desde un lado externo. La obra de arte no debe captar solamente lo que se mira por afuera; el lado exótico o anecdótico. La mirada del artista debe trascender la realidad para llegar hasta la esencia de las cosas.

¿Y cuáles son esas esencias? ¿Cuáles son los temas que prefieres plasmar?
 
Yo, por ejemplo, siempre hundo la mirada en la capacidad que posee el ser humano para amar, creer y ser solidario. Me impresiona mucho el movimiento comunitario que surge en el campo y sobre todo la relación del individuo frente a la naturaleza. En este territorio, y desde antes de la llegada de los españoles, existió siempre una relación muy íntima entre poblador y el cosmos: el sol, las estrellas, la tierra, el cielo, el mar. (...)

¿Qué significa El korte final?
 
Es un trabajo poético que resultó de una exploración familiar y de un largo viaje que hice al interior de mi espíritu para encontrarme con el fuego interior de la vida. El nombre lo he tomado prestado de un concierto de los “Pink Floyd”. Esta banda me condujo hacia mundos fantásticos, ideas y pensamientos que asocio con el indigenismo del cual me hablabas; lo que he tratado de plasmar en “El korte final”. En esta obra, además, está reflejada mi madre, mis abuelos, mis hermanos, mi infancia en Catacaos y La arena y la presencia de mis amigos.
 
Es un libro que dedicas a tu hermano...

Sí, es un libro que dediqué a mi hermano Félix como lo suelo hacer con todos los textos que escribo. Hay una influencia poderosa de él en mi arte. Él fue el mayor, el que me enseñó, me condujo. Con él compartí soledades y muchas vivencias.

En este libro continuamente utilizas el término “poetik” ¿Significa “poeta”? Y si así fuera, ¿a qué se debe la sustitución?

Incorporo esto para transgredir la consonancia, la manera esquemática de decir las cosas. Es una especie ritual dulce y tierno por las palabras. Además, “poetik” me parece más autóctono, más dado por la tierra.
 
[1] El entrevistador en el post original de esta entrevista, da a conocer que la entrevista en algunas partes es recortada, por su gran extensión.

Teoría de crítica literaria


"Acabo de leer la obra y tengo unos comentarios" Así es como empiezan muchas de las críticas literarias que leo y así es como dan el primer tropezón. No se puede ni debe escribir tan pronto se acaba de leer una obra. Es como hablar con la boca llena. Y es que, en un primer momento, la visión del crítico es demasiado subjetiva. Tras ser abordado por una creación, el opinante tiende a ser impulsivo; y sus juicios, variables. De ese modo, no es raro que el autor de una crítica cambie su veredicto al poco tiempo. Hay que digerir un poco la obra, hay que ser más racional para que las palabras tengan utilidad y no se lean como un simple arranque de emociones.

"Consideramos", "Creemos", "hemos visto"... ¿Quiénes? ¿Acaso el crítico se llama Legión? Lo ideal es que el opinante hable en primera persona: "Considero", "Creo", "He visto". Hay que tener pantalones y decir yo dije esto y aquello. Total, la crítica corresponde al juicio de uno y por eso es que se firma. Diferente es el caso de una editorial; un texto formal que responde a intereses colectivos que muchas veces no coinciden con nadie.

¿Cómo sé qué obra es buena y qué obra es mala? En mis años como crítico, ésta ha sido la pregunta del millón. Yo siempre respondo: "No hay obras buenas o malas; hay obras expresivas e inexpresivas". En principio, toda producción es buena. Nadie hace arte con malas intenciones (de hecho, la maldad sería no hacer arte). El problema es que a veces la obra no es virtuosa y echa de menos alguno(s) de los tres elementos que ya he diferenciado en un anterior trabajo: Falta de oficio, falta de pasión y falta de conciencia.

Ahora bien, es cierto que cualquier hijo del vecino tiene la potestad de decir que algo está bien o está mal. Todos podemos hacerlo. Somos humanos y tenemos juicio. Pero el crítico no debe quedarse sólo ahí. Comúnmente leo críticas que van así: "tiene un gran dominio del suspenso, una buena construcción de personajes, emplea una genial estructura narrativa..." (Punto final). Mal hecho. El crítico debe ser una luz, debe orientar, debe educar. Es necesario siempre que explique los "porqués", que argumente su juicio, que lo defienda. Una persona que se dedica a este oficio debe tener siempre dos armas: el conocimiento y los recursos para exponerlos. Si no los tiene, mejor que no se meta. Puede salir herido.

¿Las críticas tienen que ser constructivas o destructivas? Ninguna de las dos. Cuando uno quiere ser constructivo acaba siendo un lisonjero. Cuando uno quiere ser destructivo acaba siendo un hígado con patas. Y a los dos da asco leer. El crítico no es un papá. No está por encima ni por debajo de nadie. Es un ser marginal, sus textos son de una tipología aparte: los argumentativos. Por tanto su relación con la obra a opinar es su enfoque. No le dice al escritor cómo escribir ni le dice a la gente qué leer; el crítico da su opinión para que éstos tengan un mejor panorama para decidir. Así queda revelada la principal función de la crítica de arte: "Crear un diálogo cultural alturado". Cuando esto ocurre todo progresa; el arte, los gustos y las personas. Voy a dar algunos ejemplos de distintos tipos de crítica para que se vea mejor lo que quiero decir:

Una crítica constructiva:

"La obra es muy buena, pero tiene unos pequeños problemas con las locaciones. Le recomiendo al autor leer un poco más o viajar para tener un mayor conocimiento de lo que va a escribir".

Una crítica destructiva:

"No entiendo por qué el autor se mete a escribir sobre lo que no sabe, obviamente le hace falta mucho recorrido para siquiera dignarse a publicar".

Una crítica que genera diálogo cultural:

Dígame usted, señor lector, porque quizá yo esté equivocado: ¿Machu Picchu queda a unas cuantas cuadras de la Plaza Mayor de Lima? Quizá en la ficción que construye el autor sea probable pero, en lo personal, creo que le hace falta un poco de verosimilitud geográfica al relato.

Como se ve, los dos primeros ejemplos de crítica son sujetos a comentarios agresivos. En el primer caso, un lector podría decir: "¡Qué huelepedos! ¿No serán amigos el crítico y el autor?". El en segundo caso, el mismo lector podría reaccionar así: "¿Y este señor a quién le ha ganado para decir semejante cosa?". ¿Pero en el tercer caso? Aquí se dejan las cartas puestas sobre la mesa y el lector se encarga de tomar partido: ¿Está bien que en un relato de ficción Machu Picchu quede a unas cuadras de la Plaza Mayor de Lima o ha habido un error geográfico por parte del autor?

Para el intelectual lo importante no es la respuesta, sino la pregunta. La pregunta abre un debate cultural. La respuesta lo cierra con llave. Y en ese sentido hay muchos críticos que ponen distintos "candados" al diálogo cultural. A continuación planteo algunos que he podido encontrar:

El candado del "interesante": Una de las primeras cosas que me prohibieron cuando aprendía a escribir críticas es el adjetivo "interesante". "interesante" se ha convertido en una de las palabras más huecas del diccionario. ¿Qué nos dice? ¿A qué se refiere un crítico cuando escribe, por ejemplo, "interesante manejo de los diálogos"? Probablemente ni él lo sepa. El "interesante" es una muletilla, una excusa para no dar una opinión, una carencia. El crítico no está para decir qué es interesante o qué no (como decir qué es bueno o qué no) debe hacerlo interesante con sus argumentos.

El candado de la excesiva adjetivación: A veces los críticos nos creemos la última chupada del mango y tratamos de demostrar que sabemos más escribiendo más complicado. Utilizamos dos o tres adjetivos rebuscados por cada sustantivo y convertimos nuestros textos en un ladrillo de diez. Pero lo cierto es que debajo de toda esa maraña de palabras casi siempre hay una carencia de argumentos. Las críticas tienen que ser sencillas y entendibles para la gran mayoría. Si nadie entiende la opinión del crítico, difícilmente ésta podrá generar otro diálogo cultural que no sea "¿Alguien entendió qué quiso decir este tipejo?".

El candado de la comparación desconocida: Esta cerradura está muy ligada a lo anterior. Ocurre cuando el crítico quiere demostrar su bagaje cultural a punta de comparaciones entre la obra a opinar y otros libros que nadie conoce. ¿Pero de qué sirve comparar algo conocido con algo desconocido? ¿Cuál es el punto? Nuevamente: las críticas tienen que ser sencillas; y las comparaciones, precisas y de dominio público. Ningún crítico debe escribir sólo para su grupo literario, su élite. Ningún arte ni su debate debe ser el bien de unos pocos, sino de la humanidad.

El candado del "Porque sí": Muchos críticos vienen con prejuicios. Estos pueden ser políticos, sociales, religiosos, morales o sexuales. Por ejemplo: "Este libro es malo porque defiende una ideología liberalista", "Este libro es bueno porque es rarísimo", "Este libro es bueno porque hace quedar mal a la iglesia", "este libro es malo porque parece que te quiere dejar una moraleja", "este libro es bueno porque su protagonista es una mujer trabajadora". Suena contundente, pero en realidad ninguno de estos argumentos dice algo en concreto. Lo pongo de este modo: ¿Podría existir un libro malo que hable del marxismo, uno bueno que sea muy común, uno bueno que hable bien de la iglesia, uno malo que no deje moraleja o uno bueno cuyo protagonista sea un hombre ocioso? Mejor no respondo. Y es que siempre que uno dice que algo es bueno "porque sí"; hay otro que puede decir a la vez: es malo "porque no".
 

Orígenes del rock subterráneo del Perú


Testimonio de Roger Santiváñez

ESTA HISTORIA comienza en Lima a principios del verano de 1985. Son alrededor de las tres de la tarde cuando llego en mi datsun stanza a la jato de los hermanos Ricardo y Raúl Montañez en el Rímac. Todo está listo para irnos a un concierto que se realizaría en Ancón. Invitados por la Municipalidad, estaban programadas –entre otras bandas- Kilowatt & la Kola Rok, Zcuela Cerrada y Excomulgados.  Edgar Barraza, Kilowatt –a quien yo había conocido hacia 1982 en los días formativos del Movimiento kloaka- estaba esperando en “La Piedra” junto a la casa de los Montaña, con quienes lo unía una antigua amistad de barrio (todos ellos eran del rico Rímac) cimentada en largos años –prácticamente desde la niñez- de pasión radical por el rock and roll. Nos metimos todos en el auto y arrancamos hacia la Panamericana Norte. De pronto y ante la sorpresa general, Ricardo Montañez pone un cassette en el tocacintas. Y la bomba estalló en nuestros corazones: era la maqueta demo de Narcósis que acababa de salir. Increíblemente esta Primera Dósis –como después fue bautizada la obra- nos rompió el cerebro y nos dio en la yema del gusto: ésta era la música que estábamos aguardando.
PERO YA la subversión estaba en marcha desde –por lo menos- Julio de 1983 cuando se forma el trío original –Daniel F, Leo Escoria y Kimba Vilis- de Leusemia la banda que originó el rock subterráneo del Perú. En efecto y gracias a una invitación de Kilowatt asistí a la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima –noviembre 1983- a un concierto donde tocaría Leusemia, cosa que no llegó a suceder, al parecer debido a la agresiva pinta punk de la banda, que habría asustado a los organizadores. Aquella noche fue mi primer contacto con los tres leusémicos. Poco después, en mayo de 1984 se produce el concierto de la Concha Acústica del Parque Salazar de Miraflores, luego del cual se integra a Leuzemia la primera guitarra de Raúl Montañez, quedando así diseñada la formación clásica del grupo. En la segunda mitad de aquel memorable 1984, Lima quedó notificada de la existencia de una nueva banda Narcósis a través de sus tocadas en la discoteca Carnaby del pasaje Los Pinos en Miraflores. Ambas agrupaciones –más el conjunto de rock-fusión Delpueblo, aunque en dos fechas diferentes- protagonizaron los conciertos ‘Ataca Lima’ organizados por Alfredo Rossell y Franklyn Jáuregui –a la sazón editores de la revista Ave Rok- en La Taberna junto al restaurant La Palizada en la Av. Del Ejército, Santa Cruz, Miraflores. Los afiches del evento fueron creación de Leo Escoria, quien colocó junto a ‘Ataca Lima’ la mágica frase ‘Rock Subterráneo’, cuyo impacto desataría la fiebre del nuevo rock peruano a partir de ese instante. Corrían entonces los días finales de noviembre de 1984.
DE MODO que la aparición de la maqueta de Narcósis –Fernando Cachorro Vial, Wicho García Hildebrandt y Pelo Parado Madueño- vino a configurar la primera obra compacta y estructurada, en los tiempos originales de la movida subte de Lima. Funcionó –sin duda- como un extraordinario catalizador para la producción de las nuevas bandas que ya estaban en las calles, principalmente Zcuela Cerrada, liderada por Edwin Nuñez, Guerrilla Urbana de José Eduardo Matute y Autopsia fundada por Silvio Ferrogiaro, Espátula Venérea, Gonzalo Púa Farfán y Guillermo Figueroa. Fue así como –colectivamente- nació la idea de grabar una maqueta demo con estas tres bandas, más Leuzemia –en primer lugar por supuesto- debido a su rol fundador en toda la movida. Ese fue el histórico cassette denominado ‘Volúmen 1’ -grabado en el estudio de Yeral Paz-  salido a la luz en el invierno de 1985.
LUEGO vendría el disco long-play de Leuzemia editado por El Virrey, donde me cupo ser el enlace entre la banda y el Gerente de la disquera Wieland Kafka, a quien yo conocía por mi trabajo periodístico en el semanario OIGA.  Le hablé a Kafka del grupo y él me respondió diciéndome ah, esos son los que escupen al público (había sabido del especial televisivo de Delia Ackerman en canal 9 de Lima y su escándalo consiguiente) pero yo –dándole por su lado de empresario- le contesté: bueno, tú sabes que lo prohibido vende, ¿no? Kafka se hizo el loco y al final –en la puerta de su oficina- me dijo: A ver, tráeme un demo de tus patas.  Reuní a los cuatro leusémicos en el jardín interior de mi jato en Villacampa y ellos –por unanimidad- decidieron pasarme el demo. Para la primera sesión de grabación yo mismo los llevé en mi auto y finalmente el disco salió en diciembre de 1985.
YA PARA el verano de 1986, el rock subterráneo era un fenómeno en vías de masificación. Muchas bandas brotaron a lo largo y lo ancho de la gran Lima e incluso de provincias. La prueba más contundente fue la edición del llamado Volúmen 2 con la participación de 13 grupos: Yndeseables, Flema, Pánico, Eructo Maldonado, SDM, Eutanasia, Conflicto social, Delirios Krónicos, Exodo, Radicales, Frente Negro y Excomulgados. Esta fue la primera gran floración subte, después de las cinco bandas fundadoras. Pronto surgirían Psicósis, Luxuria, Kaos, Juventud La Caigua, Salón Dada, Argot, La Resistencia, Escombro, Se busca, Feudales, Sinkura, Cardenales, TBC, María T-ta y Empujón Brutal. Y un largo etcétera.  Incluso en el invierno de 1986 nuevas bandas –como Voz Propia, por ejemplo- se reclamaban pertenecientes a una línea específica –dentro de la Movida- autodenominándose post-subterráneos o suburbanos. Hacia 1987-88 aparecen más conjuntos: Sor Obscena, La banda del Kadalzo, Crimentales, Virgen Sideral, Derrame Cerebral, Lima 13 –hasta donde esta memoria alcanza- y así culminó la década de 1980.
El rock subterráneo fue la expresión más pura del descontento que abrasaba el corazón de miles de jóvenes en el Perú de los 80s. Atrapados entre la guerra popular del Partido Comunista-Sendero Luminoso y la guerra sucia del Ejército; aquella fue una generación desolada, crecida al ritmo de la violencia cotidiana, cuya sensibilidad fluyó a través de un rock and roll directo, fuerte, consciente de lo que sucedía a su alrededor. Herederos del punk internacional los subtes de Lima crearon su propio canto de rebeldía contra un orden con el que no estaban de acuerdo. Sus líricas expresan frustración y rabia, pero también la secreta esperanza de la posibilidad de una sociedad mejor, más justa y auténticamente democrática. Varios de estos muchachos cayeron en la brega, algunos al plegarse a la lucha armada como Alfredo Távara Reátegui –de Seres Van- y  aquel joven transparente conocido por Beni Gil. Otros sucumbieron en la marginalidad como Saúl Cabrera, el Omiso, subte de la primera hora o el caso de Edwin Zcuela –líder de Zcuela Crrada- acosado por la falta de medios para un tratamiento clínico adecuado. Porque el Perú es muchas veces injusto e insensible con sus mejores mentes. Edwin Zcuela fue un joven brillante y visionario, que tuvo que terminar sus días, prácticamente, abandonado en un hospital, sin recursos.  A su modo, por su orgullosa resistencia frente al sistema hasta el final, fue un héroe del rock subterráneo. Por eso hemos querido terminar esta nota rindiéndole un nítido homenaje. Hasta la victoria siempre, Edwin.
[Roger Santiváñez. Collingswood, New Jersey, junto al  río Cooper].

Metáfora, la expresión literaria en la Universidad Nacional de Piura

Portada de Metáfora

Metáfora la expresión literaria en la Universidad Nacional de Piura, un proyecto impulsado y dirigido por José Lalupú, y cuya asesoría literaria estuvo a cargo de Fabián Bruno, se presentó en marzo de este año; este libro tuvo como objetivo reunir bajo un solo volumen a los escritores que se han formado en las aulas de la Universidad Nacional de Piura. El resultado lo publica Pluma Libre editores. Las magistrales fotografías que acompañan al libro son de autoría de Adolfo Venegas Jara.

Aquí el vídeo de la presentación. En él se aprecia a Sigifredo Burneo discursando sobre Metáfora.



En este otro vídeo se aprecia a José Lalupú presentando Metáfora, libro que reúne a veintiún escritores formados en las aulas de la Universidad Nacional de Piura.

El chico que se declaraba con la mirada

Publicamos un entrevista a Roger Santiváñez, el chico que se declaraba con la mirada. En julio nos visita con varios nuevos libros bajo el brazo. ¡Salud por ello, Roy!





El viaje final

Río Marañón

César Ángeles L.

Treinta y cinco minutos antes de su muerte, el teniente Moncada sonreía feliz desde la baranda de una embarcación al centro mismo del río Marañón. Las estelas de espuma iban quedando raudas detrás, y en cada tumbo creía ver paiches y peces amazónicos huyendo de la velocidad que sin pausa lo transportaba a su destino. Y él no lo sabía. Lo mejor era que no lo sabía, y por eso reía ampliamente, casi ebrio por la bebida que se había ido zampando de copa en copa durante todo el trayecto, desde que dejara atrás el puerto de Iquitos. Creía tener aún muchas partidas que ganarle a la vida, así de iluso es el corazón mientras late y late, mientras la ingeniería del cuerpo se mantiene en movimiento, con las bielas y engranajes en su sitio correctamente aceitados y en perfecta sincronización. Después de todo, así había ocurrido desde el día que Moncada era apenas un churre, así de pequeño, y sus padres lo tuvieron en brazos durante días, meses, años, cuando dio sus primeros pasos inciertos y pudo repetir o balbucear las primeras palabras que aprendió en el desierto de Sechura, al inicio de su vida que había empezado tres décadas atrás, que ya llevaba durando lo conveniente y que el propio Moncada se encargó de pasear a su gusto por pueblos y provincias del país. Pero todo eso estaba por terminar, y el teniente iba feliz, de brazos y cara a la muerte, con los ojos bien cerrados y el corazón en un puño, como dicen que es el amor.

-Mi Teniente, el rancho está listo. ¿Baja a la cocina o prefiere que le suba el almuerzo?

-Gracias, Miranda. Adelántense ustedes. Yo iré luego.

No tenía hambre, en realidad. El trago le provocaba continuar tomando, y en esas circunstancias descuidaba su alimentación. Entre sus borrosos pensamientos desfilaron los rostros de la tripulación, uno a uno, sus nombres, procedencias diversas, especializaciones, recomendaciones, habilidades y defectos. Era una masa de quince hombres, correctamente entrenados por el ejército en acciones de contrainsurgencia. Algunos contaban con amplia experiencia, pero todos habían sido elegidos de forma minuciosa por él mismo, descartando a otros posibles integrantes. La base del destacamento era su unidad, que Moncada había cultivado desde el primer instante cuando los citó, hacía ya dos años, en el salón rojo de la antigua base Ocharán, en la capital. Allí les había detallado en sendas sesiones colectivas todas las razones de su enrolamiento, los objetivos militares, la característica secreta de las varias operaciones que llevarían (y llevaron) a cabo conjuntamente, y se habían presentado cada quien, él incluido, repitiendo para algunos su trayectoria, sus triunfos y derrotas en el escalafón, todo con el principal objetivo de que no quedasen cabos sueltos y que, empezando por él mismo, se fuesen conformando los pilares de todo cuerpo de élite, la unidad férrea, la cohesión en sus filas, y una lealtad a prueba de todo. Ello garantizó los éxitos en las múltiples operaciones cumplidas, y la base para que el equipo siempre actuara como un solo hombre. Dentro de sí, navegando raudo por este inmenso río con piel de culebra sin fin, estaba seguro de haberlo logrado, y más aún al fondo de sí mismo abrazaba el orgullo que eso le proporcionaba. Podía comprobarlo a cada momento en los ojos de quienes trabajaban con él, en la manera cómo le dirigían la palabra. Por eso no le extrañó que el Técnico Miranda le ofreciese llevarle la comida a cubierta.

Sin embargo, para él no era esta ocasión para comidas. Era momento de dejar atrás, o mejor dicho suspender temporalmente, la dulce emoción que recorría su cuerpo, y como buen artista de la muerte (curtido en múltiples acciones de castigo y arrasamiento de comunidades, en la búsqueda implacable de los siempre encubiertos terrucos), debía cruzar todo ello con lo que venía a continuación, el exterminio de la célula terrorista encajonada en el valle del Huallaga y dirigida por otro escurridizo líder local de la organización que desde la tenaz clandestinidad tenía en vilo al Estado, desde hacía ya cinco largos años.

Sandra, Sandra, la bella Sandra prácticamente lo había sumergido entre su profunda piel mestiza, llenándolo de gritos y requiebros envueltos en falsa ternura que empezaba y terminaba en el agujero más profundo que Moncada recordar pudiese, allí entre esos muslos dorados y tersos que eran tema de las cantinas más populares de Iquitos, cuando cae la noche y el sudor forma una ardiente capa transparente en el cuerpo, entre esos muslos que ora se abrían para sus impulsos de macho, o soportaban el peso de ella cuando lo atraía hacia una penetración violenta por detrás, sin tregua, durante todo el tiempo que el robusto cuerpo de él contuviese las ganas de derramarse bien adentro de esa hembra completamente entregada, dispuesta a volarlo todo si fuese preciso con tal de mojarse juntamente con su "Monchito", como ella le decía, con ese hombre a quien había conocido apenas dos meses atrás y de casualidad en las noches loretanas. El teniente Justo Rafael Moncada del Carpio la estaba recordando ahora, sus frágiles palabras al oído, y a cada sorbo de alcohol sentía que un secreto calor le iba subiendo desde las mismas criadillas poseyéndolo casi por completo mientras la embarcación continuaba su raudo viaje por estas aguas luminosas, casi incendiadas bajo el sol incesante. Sandra, Sandra, chola rica, te la quisiera meter ahorita mismo y no salir de allá abajo hasta que termine el río, o como hacen los perros que se quedan enganchados después de coger. ¿Dónde estarás, Sandra, ahora? ¿En qué pensarás? ¿En mí? ¿Te habrás acariciado calatita sobre el colchón usado del hotel, sobre la tierra misma, en una hamaca perdida bajo los árboles inmensos y arrechos, o te dormirás en sueños repitiendo mi nombre, pensando como yo en la despedida que tuvimos? Recuerda, será por pocos días. Así te dije, así será, espérame amorcito, cierra tus piernitas

Tejía la vida Justo Moncada, pero la vida ya tenía sus propios planes, más allá de sus pensamientos y calenturas, mucho más lejos de lo que él imaginase, el camarada Isidro Vallejo con veinte guerrilleros no mayores ninguno de 25 años, la mayoría oriundos de la selva, conocedores de ese inmenso y agresivo cosmos que es el bosque amazónico, así como de los meandros caprichosos de sus ríos secretos e inabarcables, de las mil plantas, árboles y animales que, como ellos, ocultos el territorio habitan. El grupo dejaba a punto la emboscada que terminaría para siempre con el reputado comando del Halcón Dorado, que como ellos bien sabían se dirigía raudo por el Marañón para, a su vez, liquidarlos. Isidro Vallejo dio las últimas instrucciones, planteó las últimas interrogantes, y cuando él y los demás comprobaron que nada podía fallar se retiraron a esperar entre la tupida vegetación el paso del convoy militar. La selva estaba de piedra y ni el aire inmutable ayudaba a presagiar lo que venía. Algunos macacos surcaron de rama en rama, y el canto suave del siguaray rompió el alma de nostalgia.

-Camarada, por ahí van llegando.

-Bien. ¡Todos listos! ¡Muy atentos! ¡Ningún sobreviviente! ¡Viva el Partido Comunista!

-¡Viva!

-¡Viva la Guerra Popular!

-¡Viva!

Al doblar el recodo mayor, los platos, cubiertos y la olla con pallares se deslizaron violentamente hacia la derecha, se cayeron algunos vasos y el aguardiente estuvo a punto de volcarse

-¡Carajo, Ivancino cada día está más huevón para conducir esta chalana!

-¡Sí, carajo, habrá que rotarlo a que haga otras vainas!

-¡Cholo huevón este!

Gritos en la cocina de abajo anunciaron al timonel y al propio Moncada que todo allí se había sobresaltado en la última curva, pero el Sargento Ivancino, experto en navegaciones fluviales y gran conocedor de la Amazonía, no había reparado a tiempo en una peña que dividía en dos las aguas al entrar en el recodo, y su esfuerzo final había evitado la mortal colisión.

El teniente Justo Moncada, incorporándose con cierta dificultad de su caída y del cambio de ideas y sensaciones para volver súbitamente al presente, se encaminó hacia estribor gritándole al Sargento que qué demonios le pasaba, carajo, y ya no pudo escuchar la respuesta pues una carga estalló al lado derecho de la nave, y segundos después otras dos explosiones la hicieron volar por el aire encallándose finalmente entre peñas menores y troncos que bajaban solitarios a lo largo del curso del río. Entre la humareda y la espesa mancha de petróleo que comenzaba a extenderse alrededor de la nave volteada surgieron algunas cabezas, gritos y brazos que se agitaban con desesperación, llamándose unos a otros, con la certeza cruel de que solo quedaba aferrarse a algo sólido o alcanzar de algún modo la playa lejana, y era todo un esfuerzo inútil porque el miedo confunde los cerebros y el violento impacto había adormecido reflejos en los valientes integrantes del escuadrón militar. Entre los heridos que hacían esfuerzos por nadar flotaban ya algunos cadáveres o sus pedazos, algunos muebles quebrados y otras pertenencias que más nada tenían que hacer al fondo del Marañón, y entre todo ese caos humeante también trataba de sobrevivir Justo Moncada, consciente de la sangre que empezaba a bajarle desde arriba en la cabeza y le impedía visualizar con claridad aquel momento, y ya no tuvo que ver nada más en realidad porque dos balas le perforaron el cráneo desde la orilla donde varias ráfagas de FAL terminaron con la agonía de los miembros de aquel convoy despedazado, hasta que la selva empezó lentamente a recobrar su misterioso silencio.

El grupo guerrillero observaba los restos que flotaban sin dirección alguna, e Isidro Vallejo tuvo un último pensamiento para Sandra, quien les había trasmitido la información a tiempo, llena de resentimiento contra quienes hacía un año y medio asolaron su comunidad. Isidro rompió el aire con arengas de victoria que todos corearon a una voz. Al final, recuperaron algunos objetos que iban acercándose a la playa, y en pequeños botes se aproximaron a los restos de la nave para acopiar lo poco que en esas condiciones pudiera serles útil. El cielo empezaba a enrojecer, y entonces decidieron ponerse en marcha rumbo a la montaña, antes que volviese la oscuridad total.

sábado, junio 04, 2011

Perú ante la segunda vuelta electoral ¿y dónde está el piloto?


 
César Ángeles L.

1.
LA RECIENTE VOTACIÓN PRESIDENCIAL EN EL PERÚ, acabó con los dos candidatos más votados, de los diez que se presentaron, para una próxima segunda votación este 5 de junio. Los peruanos, desencantados una vez más de un modelo económico que, para no variar, beneficia principalmente a grupos de poder, optaron, en cierto modo, por patear el tablero de la política tradicional y apostaron por los dos que parecieran expresar los polos opuestos de las preferencias. Desde entonces, en un clima tenso y de película de terror, se han decantado diversas posiciones a favor y en contra de ambos candidatos presidenciales: Keiko Sofía Fujimori, por Fuerza 2011, y Ollanta Humala Tasso, por Gana Perú.

La primera, a todas luces (o mejor dicho, sombras y sobras), representa la continuidad del régimen corrupto y mafioso de su padre, Alberto Kenya Fujimori (presidente de 1990 al 2000), actualmente sentenciado a 25 años de prisión (en una suerte de cárcel dorada, la verdad sea dicha) por los delitos de asesinatos con alevosía, secuestro agravado y lesiones graves, tras ser hallado culpable como autor intelectual de las matanzas de Barrios Altos, en 1991, y La Cantuta, en 1992, perpetradas por un escuadrón del ejército conocido como el "grupo Colina". El 20 de julio de 2009, Fujimori fue condenado a otros 7 años y medio de cárcel por peculado doloso, apropiación de fondos y falsedad ideológica en agravio del Estado.

A la mencionada continuidad del fujimorato, apunta también la vasta campaña mediática en marcha (que involucra al Canal 4, Grupo El Comercio, Canal N, Canal 2, el actual presidente aprista Alan García, el ex candidato peruano-norteamericano Pedro Pablo Kuchinsky: "PPK", el escritor y periodista de televisión Jaime Baily, diversas encuestadoras, la Bolsa de Lima, el empresario minero Roque Benavides, propietario de Yanacocha: una de las mineras de oro más importantes del mundo, la Empresa Periodística Nacional S.A.: EPENSA, con los diarios Ojo, Correo, Ajá y El Bocón, que agrupan al mayor número de lectores a nivel nacional; y un largo etcétera). De este modo, al mejor estilo retro-noventero de la salita del Servicio Nacional de Inteligencia: SIN (con Montesinos al lado o, más precisamente, al frente, con fajos de dinero del Estado comprando voluntades y poderes fácticos), se quiere adormecer y confundir a la población peruana para que olvide los crímenes cometidos en dicha década, además de los robos al Estado peruano, y que vote por la hija del ex presidente. Ella misma ha repetido, en más de una oportunidad (aunque ahora pretenda desdecirse), que su padre dirigió el mejor gobierno de la historia del Perú. Esto último, en la práctica (y no se necesitan estudios de doctorado para saberlo), significa que de llegar a la presidencia hará todo por excarcelarlo, y con él a muchos otros perpetradores del fujimorato, hoy presos por delitos y abusos de poder cometidos en los años 90.

Para tal efecto, al igual que entonces, no se duda en poner al servicio del retorno del fujimorato-3 (recordemos la reelección de 1995, luego de promulgarse una constitución a la medida del régimen y su presidente) a los personajes mediáticos de diversos órganos de comunicación, así como los lobbies del capital nativo orquestan una campaña destinada a demoler lo que tildan como el gran peligro para el "crecimiento económico" y "la democracia peruana": el candidato del la alianza Gana Perú, el comandante EP, en retiro, Ollanta Humala.

Este candidato, por su parte, tiene una trayectoria sinuosa, ya que pesan sobre él acusaciones de matar a peruanos en la zona roja, bajo el seudónimo del "capitán Carlos", desde cuando prestó servicio en Tingo María (Huánuco) combatiendo al PCP "Sendero Luminoso": la organización alzada en armas desde 1980. En 1992, en la zona selvática de Madre Mía, se cometió una serie de abusos contra la población civil, por lo que fue investigado judicialmente. Años después, el caso fue cerrado ya que, oh misterio, el testigo principal, Jorge Ávila, se retractó de su declaración inicial.

No obstante, en marzo de 2011, en el juicio que se lleva a Amílcar Gómez, hombre de confianza de Humala, por intento de soborno a testigos del caso Madre mía, Rubén Gómez, uno de los implicados, declaró ante el juzgado que en el 2006 Amílcar Gómez le pidió que convenza a su cuñado Jorge Ávila para que varíe su declaración, a cambio de dinero. Humala ha aceptado su cercanía con Amílcar Gómez, pero ha negado todas las imputaciones. Por su parte, Gómez entró en contradicciones ante el juzgado cuando se le preguntó sobre el tema (las referencias son tomadas del diario Perú21). Esto pasa en un país como el Perú, con un Poder Judicial que se cae a pedazos de corrupto, con jueces que se compran y con testigos que se amedrentan, o que simple e impunemente desaparecen.

Humala Taso hizo carrera política desde que, siendo militar en actividad, se levantó en Locumba (Moquegua) junto a su hermano Antauro, contra el régimen de Alberto Fujimori. Este hecho ocurrió el 1 de octubre de 2000, el mismo día en que el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos fugaba del país en el velero "Karisma". Luego de la caída del régimen fujimorista, Humala, sin embargo, se mantuvo rebelde; pero al poco tiempo solicitó una entrevista al presidente Valentín Paniagua para entregarse. Su abogado, el aprista Javier Valle Riestra, presentó un hábeas corpus en favor de su representado, el cual devino en una amnistía para Humala por parte del Congreso de aquel entonces. Durante el posterior gobierno de Alejandro Toledo, Humala regresó a sus funciones militares, primero como agregado militar en Francia y luego en Corea del Sur. En diciembre de 2004, fue pasado al retiro, lo que dio origen a la sublevación de su hermano Antauro Humala, y posterior asalto a la comisaría de Andahuaylas, aunque él ha rechazado cualquier vínculo con dicho incidente. (Información tomada de diarios peruanos).

Desde entonces, en una ruta electoral que lo puso cerca de la presidencia del Perú, en el 2006, Ollanta Humala recibió respaldos de presidentes polémicos de la región como el boliviano Evo Morales y el venezolano Hugo Chávez. Al fundar el "Frente Nacionalista Democrático", incluyó a viejos sectores de la izquierda peruana como Patria Roja y el Movimiento Nueva Izquierda. Desde entonces, la extrema derecha le fabricó ese retrato robot como "el Mal" que acabará con el bienhadado crecimiento económico, volviendo a las recetas estatistas y colectivistas, al viejo estilo de los regímenes militares del 70, como, por ejemplo, el del general EP Juan Velasco Alvarado.

2.
PARA LA MENCIONADA CRUZADA POR EL RETORNO DEL FUJIMORATO-3, Fuerza 2011 ha sumado, como era de prever, los votos de electores que esperan obtener beneficios económicos y sociales mediante el modelo neoliberal dependiente que dicho movimiento representa. Así, por ejemplo, muchos seguidores de las agrupaciones derrotadas en la primera vuelta (empezando, claro, por sus dirigentes) se han unido a esta opción, como es el caso de los votantes por PPK (los tristemente célebres ppkausas, quienes desataron campañas racistas por internet al conocerse los resultados de la primera vuelta); así como los del otro derrotado, el ex alcalde de Lima Luis Castañeda Lossio, de Solidaridad Nacional: un personaje opaco, de parco hablar, y a quien la actual alcaldesa Susana Villarán acusa de peculados durante su gestión. Dicho conglomerado de votantes, azuzados también por la campaña mediática mencionada, hizo subir porcentajes a quien representa el lado liberal a ultranza y garrote del gris espectro político del Perú.

En verdad, ambos candidatos representan fracciones distintas por el control del Estado peruano. Fuerza 2011 y sus aliados de turno pretenden medrar poniendo el Estado al servicio del gran capital multinacional; Gana Perú y sus aliados buscan ponerle ciertas regulaciones al gran capital y a las transnacionales, lo que traería mayores ingresos al Estado que, a su vez, podrán ser utilizados para consolidar su proyecto político. Así, Humala continuaría con un remozado modelo económico neoliberal (ha jurado en todos los idiomas que eso hará), evitando incómodas explosiones sociales que pongan en riesgo el sistema de poder establecido. Para sosiego de los neoliberales, basta ver cómo funciona el extractivismo en Bolivia, Ecuador o Brasil. Allí, las transnacionales de la minería, gas y el petróleo siguen trabajando a toda máquina, contaminando y arrasando cuanta selva, bosque y río encuentren en su camino.

Con ambos candidatos se refuerza el modelo económico: el que no está en discusión. Pueden haber divergencias en las maneras políticas, pero no en el trasfondo económico (y como decía el "Amauta" José Carlos Mariátegui, ambos ámbitos nunca son indesligables, sino que se soportan mutuamente: no zanjar con uno es no hacerlo con el otro). En este sentido, deslindar con "lo negativo" del fujimorato, con sus maneras políticas autoritarias y encanalladas, termina siendo retórica, cortina de humo, un falso deslinde. Es útil volver sobre el agudo análisis del periodista y activista uruguayo Raúl Zibechi: "Falta de debate sobre el modelo. Tensiones entre extractivismo y redistribución en los procesos de cambio de América Latina" (en línea:
http://attac-info.blogspot.com/2011/01/falta-de-debate-sobre-el-modelo.html). Y es que, justamente, el modelo económico implementado en países como el Perú es el problema para las mayorías, cada vez más empobrecidas y con sectores en miseria endémica http://www.larepublica.com.pe/archive/all/larepublica/20110526/16/node/353742/todos/14

Esta realidad es así, aun cuando la llamada clase media haya ensanchado en algo su base (cuando no su cintura), sobre todo merced al chorreo por las ganancias de la extracción y exportación mineras.

Como en los viejos tiempos de la "República Aristocrática" (Jorge Basadre dixit), a principios del siglo XX, el Perú sigue siendo un país básicamente exportador de materias primas, porque no existe un proyecto de crecimiento moderno y autónomo. No podría haberlo, en tanto sus élites gobernantes medran legal, e ilegalmente, del negocio con el capital extranjero y las condiciones más que serviles que se les pone a favor de sus intereses e inversiones. He ahí el sentido profundo del divulgado cliché "Perú país seguro y atractivo para la inversión extranjera".

3.
EN FIN, NO HAY DUDA, A MENOS QUE SE OPTE DE MANERA VOLUNTARIA POR LA TRADICIONAL AMNESIA COLECTIVA PERUANA, o, más francamente, por estar a favor del régimen corrupto del fujimorato, de que la candidatura de Keiko Fujimori es nefasta en todo sentido para la vida cívica política del Perú. Si triunfa, significará un retorno del viejo manejo mafioso desde el poder político. El narcoEstado peruano habrá hecho su mejor elección. El mismo que tuvo en los años 90 su mejor periodo de crecimiento y consolidación, y que durante el segundo régimen aprista no ha hecho más que profundizar su presencia en todo el país. De ahí que el actual presidente Alan García, otro criminal político de gruesa monta y con deudas de sangre aún pendientes, pasando por encima de sus obligaciones constitucionales acordes con su cargo, no dude en apoyar a la candidata del fujimorato. (Tal práctica no sorprende a nadie, en un país donde la criollada política campea a discreción desde las alturas: el Cardenal de la Iglesia Católica y miembro del Opus Dei, Juan Luis Cipriani, acaba de utilizar este domingo 22 de mayo, en Lima, la liturgia de la misa para publicitar una declaración abiertamente política a favor de la candidata del fujimorato y en contra de quienes se le oponen. Cipriani, por lo demás, es conocido como el obispo del régimen fujimontesinista; una de cuyas frases más célebres, que parafrasean hoy varios voceros (o ya ex voceros) de la candidata Keiko, fue: "Los derechos humanos son un cojudez", cuando era obispo de Ayacucho en 1991).

Pero la complicidad entre el Apra de Alan García y el fujimorato data desde la lejana campaña presidencial de un recién llegado a la política, el ingeniero Alberto Fujimori Fujimori, cuando postuló a la presidencia en 1990 con la agrupación Cambio 90, creada el año anterior. Su candidatura fue apoyada al principio por sectores marginales de la sociedad peruana, los informales y algunas iglesias evangélicas, que hacían su ingreso en la vida política peruana. Así, obtuvo un 20% de los votos en la primera vuelta en abril de 1990, pasando a segunda vuelta contra el escritor Mario Vargas Llosa, líder del Frente Democrático (Fredemo): agrupación de los principales partidos de derecha del Perú.

Para esta segunda cita electoral, Fujimori recibió, además, el apoyo de varios grupos de izquierda, así como el respaldo implícito del gobierno aprista de Alan García. Al mismo tiempo, una serie de asesores –entre ellos el citado abogado y ex capitán EP Vladimiro Montesinos– empezó a trabajar en su campaña (Montesinos es un siniestro personaje y el abogado más célebre del narcoEstado peruano al final del siglo XX, que se halla preso desde junio del 2001 cuando fue encontrado en Venezuela, y deportado al Perú para enfrentar juicios por narcotráfico, enriquecimiento ilícito, asesinatos y lavado de dinero). 

El 8 de junio, usando la popularizada imagen del "chinito buena gente" (gente como uno), Fujimori venció al escritor Mario Vargas Llosa con el 60% de los votos. La primera medida económica del ingeniero fue aplicar el temido shock que anunció contra viento y marea el laureado escritor, ante la protesta pública de su rival. Esa fue la primera mentira de Fujimori. Desde entonces, arreciaron las protestas sociales, la guerra civil entre el Estado y la guerrilla maoísta de "Sendero Luminoso" cobró nuevos bríos, y Fujimori decidió "disolver" el Congreso, iniciando un régimen autócrata, en lo interno, pero siempre vinculado, principalmente, al poder norteamericano en el escenario externo. Dicho régimen se caracterizó, como se dijo, por sus manejos mafiosos, que han quedado inmortalizados merced al videasta espontáneo del fujimorato, el asesor presidencial Vladimiro Montesinos, encargado de "engrasar" a diversos representantes del poder económico, político y cultural en el país desde la sombría salita del SIN. El Apra de García había culminado su apoyo, poniendo su vieja maquinaria partidaria al servicio de la candidatura triunfadora. No extraña entonces que vuelvan a juntarse los dos movimientos políticos más conspicuamente vinculados al narcotráfico.

En realidad, tanto el Apra –más específicamente, su plana dirigencial mayor– como varios conocidos miembros del fujimorato que están en Fuerza 2011 (Rafael Rey, Jaime Yoshiyama, Martha Chávez, Luz Salgado, Jorge Trelles, entre otros), representan la faz más oscura del poder político en el Perú, y son evidentes testaferros de la usura más servil, en favor de los poderes multinacionales y los lobistas del gran capital en el país. Hay que ser un desmemoriado, o no tener víctimas bajo el fujimorato, o haber medrado, de alguna manera, en aquella década aciaga de los 90, para votar por la candidata Keiko Fujimori, quien, por otro lado, ya era mayorcita –e improvisada "primera dama de la nación", desde que en 1994 se produjo el divorcio, con maltratos incluidos por parte de Alberto Fujimori, entre sus padres– cuando este último cometía crímenes y abusos de la mano (negra) de su compinche Vladimiro Montesinos.

4.
A PROPÓSITO DE LOS CRÍMENES DEL FUJIMORATO, en una reciente entrevista televisiva, en Lima, uno de los periodistas acólitos, o geishas mediáticos, de este régimen, Jaime de Althaus, pasó por encima de la flamante presidenta de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, Rocío Silva Santisteban (en línea: http://www.youtube.com/watch?v=zVmghqTMT90). Entre otras perlas, nunca rebatidas con contundencia por Silva Santisteban, Althaus le enrostró, ante una masiva audiencia en el horario de noche, que el gobierno de Fujimori mató menos (una afirmación semejante le costó el cargo al ex vocero Jorge Trelles: uno de quienes reveló el mensaje verdadero, pero tácticamente reprimido, de esta agrupación). Dicho periodista afirmó, además, que ese gobierno fue ejemplar, y un modelo para el mundo, ya que en su guerra contrasubversiva derrotó a Sendero Luminoso con inteligencia y prácticamente nulo derramamiento de sangre. Al respecto, debe aclararse lo siguiente.

Si bien es cierto que Fujimori cambió la estrategia y se cometieron menos masacres que bajo los regímenes de Belaúnde y García, también es cierto que las violaciones de derechos humanos continuaron siendo el eje de la estrategia antisubversiva. Hay que recordar la legislación "antiterrorista", que negaba principios fundamentales de un Estado de Derecho, y que, dicho sea de paso, hasta hoy existe en los sustancial; una continua práctica policial y militar que violaba las "garantías constitucionales"; se usó la tortura y la violación como prácticas sistemáticas de interrogatorio; las cárceles se llenaron con inocentes en condiciones infrahumanas (más de 10,000 presos); en 1991 se produjo la masacre del penal Canto Grande, donde se asesinó selectivamente a los miembros más importantes de la dirigencia de Sendero en la cárcel; asimismo, se produjo la masacre de San Gabriel, con 18 personas asesinadas; hubo secuestros y matanzas cometidos por el Grupo Colina; se produjo la esterilización forzada de 300,000 campesinas; además de la movilización y organización forzada de comunidades campesinas para que luchen contra Sendero.

Las rondas campesinas –uno de los estandartes contrasubversivos agitados por Althaus– fueron, en parte, forzadas a combatir a Sendero. La organización de rondas no se dio de manera tan lineal como afirmó este periodista. Fue algo mucho más complejo y dependió de la región y el momento. En suma, el hecho de que Fujimori cambiase la estrategia y que se cometieran menos masacres que, por ejemplo, durante el primer gobierno aprista, no significa que no las haya cometido. Fujimori se concentró en el asesinato selectivo, básicamente a través del Grupo Colina. Resulta desconcertante que alguien como la presidenta de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, Rocío Silva Santisteban, no dijera nada acerca de estos y otros detalles de la pasada guerra interna.

5.
SIN EMBARGO, CON TODAS ESTAS CONSIDERACIONES, DESLIZARSE HACIA DEFENDER LA LLAMADA DEMOCRACIA PERUANA, el actual modelo económico y el orden legal constitucional, llamando al "voto responsable" por Ollanta Humala, es desviar el norte del pueblo peruano; el que jamás puede significar comprometerse con las estructuras del poder establecido, menos en un país como el Perú, cuyos políticos, militares, empresarios, y autoridades civiles y religiosas, han demostrado, a lo largo de su historia republicana, que de honestidad y democracia no tienen más que la etiqueta y la verborrea.

Este punto es clave, porque so pretexto de las legítimas marchas y acciones contra el retorno de las aves de mal agüero, y peor aspecto y praxis, del fujimorato, no se puede pasar de contrabando la defensa de valores demoburgueses llamando simplemente a votar por el otro candidato. No se puede poner al pueblo peruano, y su real y urgente necesidad por una transformación verdadera, a convertirse en furgón de ninguna alternativa nacida para este proceso electoral ni de ningún otro. No se debe poner al pueblo peruano y sus postergados intereses históricos, de democracia auténtica, a la cola de ninguna candidatura electoral, y contar el cuento de que así no solo se frena la dictadura fujimontesinista en marcha, sino que además se garantiza la defensa de la democracia, los derechos humanos y la gloriosa civilización. Hacer esto, como propician algunos colectivos ciudadanos, incluidos algunos grupos de intelectuales (ver, por ejemplo: http://pe.globedia.com/politologos-historiadores-escritores-apoya-gana-peru), significa, consciente o inconscientemente, dejar de lado una vez más el camino socialista, de poder y autonomía popular, que es el único capaz de enfrentar y refundar un Estado en el Perú. Tal camino nunca ha nacido, ni se garantizó, por una votación electoral. De ahí que la coyuntura peruana actual encubre, vistas así las cosas, el verdadero dilema político.

¿Qué sentido tiene agitar la trasnochada consigna "dictadura o democracia"? ¿De cuándo acá, para los demócratas auténticos, defender el Estado peruano, y sus supuestas conquistas económicas y políticas post guerra civil de los 80-90, se convierte en "la tarea" urgente e impostergable? ¿De cuándo acá, en principio, defender el Estado equivale a defender la democracia? ¿Cuándo el Estado –cualquiera que sea– dejó de ser la dictadura de clase que, por su naturaleza intrínseca, es? ¿Acaso con los otros gobiernos del país se ha vivido en democracia realmente? ¿A qué se debe el confundir este justo anhelo por una democracia popular, con el de una patria hecha a la medida de las minorías y el gran capital? ¿De cuándo acá, por último, un candidato acusado de abusos y matanzas en las zonas de emergencia, con juicios extrañamente abortados, es garantía de liderar un camino transformador y revolucionario?

Una cosa es frenar a los representantes del fujimorato, acción digna y valiente, otra distinta es tergiversar la realidad. No se trata de sacar a un gobernante, ni a un gobierno, para poner a otro. No es un problema de quiénes tienen las riendas del gobierno, o quiénes representan temporalmente los poderes económicos reales en el Perú. La cuestión de fondo es cómo está estructurado el aparato de poder en este país, cuál modelo se está aplicando, y en beneficio de quiénes. Se trata de identificar sus resortes principales y atacarlos, en consecuencia, sin tregua. En suma, se trata de liquidar este Estado mafioso y, simultáneamente, construir otro.

6.
UNO DE LOS ACTIVOS AGITADOS POR LOS TESTAFERROS DEL FUJIMORATO, pero también por otras fuerzas como Gana Perú, es que en los 90 se liquidó "el terrorismo". Un eufemismo internacional, reciclado en el Perú para combatir, en el terreno del lenguaje y el imaginario colectivo, la lucha armada que inició "Sendero Luminoso" en 1980, y que culminó a mediados de la década siguiente. Véase, por ejemplo, la confesión de parte de Fernando Rospigliosi, cuando era Ministro del Interior en el gobierno de Alejandro Toledo, en entrevista con Abelardo Sánchez-León:

-No sé si es factible elaborar una definición de terrorista hoy en el Perú y en el mundo.
-En lo que respecta al Perú, el concepto de terrorista también tiene un significado político, porque en la década del 80 hubo gran debate sobre si se calificaba a Sendero Luminoso y al MRTA como terroristas. No cabe duda de que ellos cometían actos terroristas, pero también se les calificaba de subversivos, de guerrilleros. Pero a fines de los 80 significó un triunfo que gran parte de la sociedad, los medios de comunicación y los políticos empezaran a calificar como terroristas a estos movimientos subversivos. Eso le dio una connotación política distinta; es una batalla que no sólo se libra con operaciones militares y policiales sino también en el campo ideológico y social. La definición de terrorista para estos grupos fue muy importante en el camino de aislarlos. En el Perú tiene esa connotación. Recuerdo que como periodista fui cambiando también la manera de calificarlos. Calificarlos como terroristas era ponerles una lápida encima, políticamente. (Revista Quehacer Nro. 143 / jul–ago. 2003. En línea:
http://w3.desco.org.pe/publicaciones/QH/qh143/qh143.asp).
 
Lo que, sin embargo, suele obviarse, es que junto con lo anterior el movimiento popular y estudiantil fue descabezado. Los 90 fueron una aplanadora ideológica, y también militar, que al ritmo del salvaje neoliberalismo (y del baile del "chino") de fines del siglo pasado golpeó a las últimas generaciones y las dejó sin dirigencia (considérese el certero análisis que, al respecto, ofrece el profesor de Política y Estudios Sociales de la Universidad de Harvard, Steven Levitsky, en esta larga entrevista: http://peruanista.wordpress.com/2011/05/20/steven-levitsky-keiko-fujimori-ollanta-humala-peru). De ahí que quienes hoy suman fuerzas –aunque se opongan en el juego electoral– para reforzar el modelo económico celebran sin chistar las principales banderas del fujimorato: haber acabado con la insurgencia senderista, y junto con ello haber sido un régimen tecnócrata. ¿Acaso Fujimori es detestable por cerrar el Congreso en 1992? Esta fue una medida que celebró el pueblo peruano, conocedor de los robos y engaños desde el Parlamento. El camino democrático no puede quedarse en este nivel chato del análisis.

Fujimori y su gente son detestables porque son el lado ultraderechista, con rasgos fascistoides inclusive, del poder económico y político del país. Lo que significa que para imponer dicho orden tuvo que aplacar, con métodos legales e ilegales, la protesta social, la capacidad de movilización popular; todo lo cual fue consentido, por obra u omisión, por diversas facciones y actores de la sociedad peruana. Lo anterior lo califica, sin duda, como más autoritario que otros gobiernos anteriores o que le sucedieron; pero todos, sin excepción, con diferentes ritmos y tácticas, han servido y sirven estratégicamente para la legitimación, mantenimiento y reproducción del mismo Estado que arroja a las mayorías del Perú a la pobreza y a condiciones de miseria secular, en pleno siglo XXI.

Por eso, el dilema de fondo, en que una vez más se ve enfrentado el pueblo peruano en estos días, no es votar por uno u otro candidato. El dilema real es cómo reorganiza sus fuerzas para plantarle cara al Estado peruano. ¿Cómo hacer para crear otro país (sin calco ni copia), a la medida de las necesidades masivas e históricas de los explotados de la tierra, en este pedazo del planeta? En esta época aciaga, no hay una organización política verdaderamente alternativa aún. Hay eclosión social, pero sin dirigencia consolidada, lo cual demanda una serie de tareas urgentes. En este limbo que se vive entre una vuelta y otra, entre unas batallas y otras, al parecer muchos pierden fácilmente el horizonte de que la dictadura del Estado peruano, del narcoEstado peruano montado desde los 90, solo se acabará con la organización firme y sostenida de las mayorías. Y que, de ese proceso, al mismo tiempo, nazca el liderazgo que se necesita; con todo lo cual se podrá fundar y sostener un nuevo país dentro de un mundo nuevo.


7.
COMO SUELE PASAR EN CADA CONTIENDA ELECTORAL, KEIKO FUJIMORI Y OLLANTA HUMALA SON DOS FORMAS DIFERENTES PARA LEGITIMAR EL ESTADO y el sistema económico-político. Humala representa, en el mejor de los casos, una fracción populista. De no tener claro este panorama, se recaerá en el reformismo que ya probó sus verdaderas intenciones, por ejemplo, durante el velascato. Y la próxima segunda vuelta electoral será, tarde o temprano, una segunda sacada de vuelta, otra más al alborear un nuevo siglo.

Si una opción comprensible y hasta cierto punto válida, como táctica coyuntural, es votar por Gana Perú y Humala para cerrarle el paso al retorno del fujimorato, para evitar que dicha historia pase por impune y se golpee la moral de los demócratas sinceros que aún hay en el país, no se puede soslayar todo lo dicho hasta aquí. Ni perder de vista, so pretexto de lo anterior, las tareas y objeticos estratégicos del pueblo peruano. En este sentido, conviene tener en cuenta la posición crítica expresada por el cáustico filósofo esloveno Slavoj Žižek, quien recientemente visitó y dio conferencias en el Perú:

[Esto es] lo que la izquierda ha venido haciendo en las últimas décadas: seguir brutalmente el sendero de rendirse, de acomodarse, de hacer los "compromisos necesarios" con el enemigo declarado…por medio de la reconciliación con los opuestos, es decir, de su propia posición con la del oponente declarado: representa el socialismo, pero puede suscribir plenamente el thatcherismo económico; representa la ciencia, pero puede suscribir plenamente el imperio de una multitud de opiniones; representa la democracia popular verdadera, pero también puede jugar el juego de la política como espectáculo y de los pactos electorales; representa la fidelidad a ciertos principios, pero puede ser totalmente pragmática ("Más allá de la democracia", en Violencia en acto, edit. Paidós, 2004: 153-154).
 
De ahí que, en tanto se sienta posición y anuncia el renacer de la movilización autónoma y verdaderamente transformadora del campo popular, otra opción válida es No Votar este 5 de junio. No es votar viciado ni en blanco. No votar, ya que así no se participa del circo electoral de cada cinco años en que se ha convertido, para muchos, la democracia constitucional. Un circo y escenario patrios que precisa obligar a los ciudadanos a acudir a las urnas bajo amenaza de multas y sanciones. No votar es salir de dichas coordenadas del orden imperante, no acatar su tradicional y tramposa forma de legitimación, recambio y reproducción como dominio. De este modo, también se sienta posición.

Para seguir con el punzante razonamiento de Žižek:

…habría que juntar coraje para afirmar que, en una situación como la de hoy, el único medio de permanecer abiertos a la oportunidad revolucionaria es renunciar a los llamados fáciles a la acción directa, que necesariamente nos involucran en una actividad en la que las cosas cambian para que la totalidad siga siendo la misma (…) La tarea es mucho más ardua: repensar por completo el proyecto izquierdista, más allá de la alternativa del "acomodamiento a las nuevas circunstancias y la persistencia de la vieja actitud (op.cit.: 156-157)
 
Y, por último:

El primer paso ya ha sido dado: de la multitud de luchas por el reconocimiento al anticapitalismo; lo que queda por delante es el próximo paso, "leninista", hacia el anticapitalismo políticamente organizado (…). Qué entendemos por utopía: la utopía no tiene nada que ver con imaginar una sociedad ideal imposible; lo que caracteriza la utopía es literalmente la construcción de un espacio u-tópico, un espacio social fuera de los parámetros existentes, de los parámetros de lo que parece "posible" en el universo social existente. "Utópico" es un gesto que cambia las coordenadas de lo posible. (op. cit: 181 y 194).

En tal sentido, es perfectamente pertinente debatir cuál es el sentido de no votar. ¿Acaso significaría caer en una fácil postura nihilista o de absoluta negatividad? ¿O resulta, más bien, en la línea de lo expresado arriba por Žižek, una posición que es simultáneamente de destrucción y construcción, frente al Estado, y que abre puertas para cambios de verdad sin ceder a chantajes ni cuentos desde el poder dominante? ¿No se abre, de este modo, un verdadero camino para la autonomía política y el trabajo desde las bases por una nueva organización colectiva eficazmente renovadora? 

La única razón práctica que pone en cuestión la opción de no votar, en la coyuntura peruana actual, es que, en efecto, tal gesto deja abierta la posibilidad de que la opción del fujimorato-3 sume y gane la próxima contienda presidencial. Este posible escenario final, pondría en el gobierno a una mafia sin escrúpulos y con experiencia de gobierno, y dejaría las puertas abiertas para que delincuentes comunes organizados vuelvan al poder y acaben con las últimas reservas morales del país. Es decir que, directamente o por ósmosis, se impulsaría la generalización de la decadencia moral y la corrupción que ya tienen en vilo la viabilidad de una sociedad como la peruana. Cabe considerar, asimismo, que Fuerza 2011 es el movimiento político mejor organizado actualmente en el país, lo que haría que cualquier organización o proyecto que se le oponga la tenga bastante más difícil. Por sus contradicciones internas, por sus juramentos y pactos públicos por la legalidad constitucional, la victoria electoral de Gana Perú y Humala puede abrir un escenario político más manejable en los términos arriba expuestos. Pero hay que reiterar lo expresado: este es el dilema que planea, por encima, en la difícil hora actual. Que sea importante, no cambia su carácter.

Colán y los despistados


Dany Cruz Guerrero


Dany Cruz Guerrero

i

Ignoro la puesta de sol en Colán, y me sonrojo, bella playa
donde tus ojos
han sido crepúsculo sin afeites pestañas postizas
lágrimas y año nuevo

A Colán, dice Bryce, Edipo no ha llegado
y, probablemente, digo yo, no llegue en nubes,
aunque gongorita afirma en eucaristía que en colán frikeó
un altísimo dorado báculo
altísimo
             en superlativo
                                           del superlativo
                                                                         del superlativo
como un mástil superlativo, digo yo, forrado de palomas

Hay huacas en Colán?
                                          En Colán tengo un amigo y hay turistas,
gringos, nórdicos los más
y algunos argentinos empujando su parrilla y pidiendo ají
ají picante
ese que llaman

Yo no conozco Colán y tengo un amigo
nunca estuve en colán
pero te recuerdo en la arena de colán
metida entre mis piernas
porque me contaste y mi amigo me contó
metida entre mis piernas
cuando hace tiempo
procuro la usanza del talco
reservarla a los pequeñitos y las mujeres como tú
las aguas / las aguas / las aguas
porque tiene Bryce razón (¿era Bryce o F.C.
durante El Niño del ’83?)
(o ese Niño era Edipo o Colán frikeó en Gongorita)
Pero las palabras.

ii
Estás en Colán / no quisiste ser mi madre / me gritaste
me mordiste / te comiste las paginas de mi libro / polilla
con lentes de contacto / del color de las marmotas / si TÚ te vAs
no tE lO llEves Todo / Estás en Colán / lo sé porque
mi amigo / tarâ / entre mis piernas como arena / tará – tará – râ
ardes en el reflejo de la luna de Paita / lo sé porque /
la-gran-ba-tu-ta-mar-ca-cua-tro-tiem-pos / … /
quién eres / me gritaste / no hay niños en la playa / me mordiste
1983 El Gran Edipo / Estás en Colán y los turistas
hacen pis en aguas del Pacífico
1983 PaEdífico
las aguas / las aguas / las aguas

En Colán está tu cuerpo las olas juegan con tu cuerpo
tu cuerpo de seda como los gusanos de seda
como los plátanos de seda
 «hiende leda» / hiedes leda / lo sé porque
FRIKÁN COLEO EN GONGORITA
El último en la esquina del puerto arena blanca sol
Yo no conozco a Colán Edipo no ha llegado NO
me mordiste / me insultaste
no quisiste ser no fuiste puta madre polillita pollita
Pollita la-ba-tu-ta lava tuta
FRIRITA COEO LEN GONGOKÁN
la divina fuente
La-Divina-Fuente Edipo 1983
Bailará tu cuerpo cuatro tiempos olas grises viento espuma espuma
desechar después de usar espuma viento año
nuevo muy feliz a ti también
«pienso pobrecita y siento puta» (62/Modelo para armar Editorial             
Bruguera, 1981, 16, pg. 207)
69/Modelo para Armar Colán Colán Colán
sesenta y nueve mares que arrimar lo sé porque

Pero las palabras.