miércoles, mayo 20, 2015

LA MARGINACIÓN POR EL IDIOMA


Teodoro Sánchez Nizama

Recuerdo siempre lo que July, una alumna ancashina, contó en una de mis clases universitarias: ella y su hermana eran abofeteadas por su madre, cada vez que las descubría hablando quechua a escondidas. La razón era tan real como dolorosa: no quería que sintieran la humillación y el desprecio que ella había sentido por ser quechuahablante; sin embargo, a pesar de las reprimendas de su madre, July supo preservar su lengua de la que se sentía orgullosa. Defendía con entusiasmo su idioma y la libertad de poder hablarlo sin sentirse menos: “Hay sentimientos que solamente puedo trasmitir en quechua, en castellano es imposible”, me decía. Definitivamente, no le faltaba razón.

El lenguaje ha sido para el hombre un factor determinante en el progreso socioeconómico y en la evolución del pensamiento, desde lo mágico hasta lo científico. A través de él, el ser humano ha desplegado el cúmulo de su experiencia colectiva a lo largo de toda su existencia. El lenguaje evidencia, en palabras y frases, el producto de la actividad del hombre; es por tanto, la envoltura de su pensamiento.

No obstante, la insurgencia ideopolítica y mágico-religiosa de los pueblos discrepantes entre sí, determinó que se crearan parámetros histórico-sociales en torno al uso libre y democrático de las lenguas. Se fijaron las facultades de uso de ciertas lenguas y la prohibición de otras.  Esta jerarquización social de unos idiomas en desmedro de otros, encontró asidero en la instrumentalización del lenguaje, que fue perdiendo su carácter expresivo y creativo y sirvió para la elaboración de clichés que fueron bloqueando el subconsciente de los más débiles, para reforzar y desencadenar el afán de dominación de los fuertes. Esta es la razón por la que, hoy, muchas lenguas permanecen en el aislamiento y quienes las hablan, en el olvido.

Así como el uso de un mismo sistema lingüístico dentro de una sociedad permite la interactuación de sus miembros, las diferencias dialectales (variantes espaciales de una lengua), acentúan la estratificación social. En el nivel lingüístico más bajo, están los hablantes inconfundiblemente rústicos o incultos que no usan en absoluto la forma estándar. La estandarización de las formas lingüísticas en cualquiera de sus niveles (fonológico, morfológico, sintáctico y léxico) obedece a la aceptación social de una manifestación lingüística y el rechazo de otras. Esto revela cómo una lengua puede ser sistema de integración social, a la vez que un elemento de segmentación y segregación.

Las diferencias idiomáticas y diatópicas existentes son una clara evidencia de la riqueza lingüística de una sociedad como la nuestra. Sin embargo, también son poderosos mecanismos de  discriminación que bloquean y eliminan la posibilidad  de comunicación entre los grupos étnicos, dificultando el intercambio de experiencias, y truncando la integración de los pueblos lejanos y de las zonas marginales, usuarios de lenguas menores o niveles no estándar. Estas barreras lingüísticas ahondan la crisis social, ya que facilitan la permanencia de grupos aislados, desintegrados e incomunicados. 

martes, mayo 19, 2015

Cosme Saavedra y “Deicidio junto a las rosas”

Cosme Saavedra, narrador piurano que está compitiendo en el XIX edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, en esta entrevista nos brinda detalles de su libro “Deicidio junto a las rosas”. Una novela prometedora por su técnica y por la forma de abordar la temática. Una entrevista realizada por Ricardo Ayllón en la que también habla de matemática y su pasión escritural. 


¿SATURNO DEVORADO POR SUS HIJOS?

Sobre si las máquinas amenazan a los libros

Víctor Hugo Palacios


Víctor Hugo Palacios Cruz

Fragmento de conferencia impartida en la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo, el jueves 23 de abril, con ocasión de los veinte años de la declaración del Día Mundial del Libro por la UNESCO. 

Como se dijo antes, a nuevos lectores nuevos autores. La estrechez del sms o Twitter no ahoga sino que abre nuevas formas de poesía. Aunque hay que decir que el haiku japonés se adelantó por unos siglos. Lo nuevo es la reformulación o tal vez la disolución del autor. Por ejemplo, los fanfictions, o relatos construidos a varias manos por internautas. Los soportes en línea y sus interacciones crearán inéditas estructuras narrativas. De momento, dice Lorenzo Soccavo, “son aún difíciles de discernir, pero creo que pueden vislumbrarse en el universo de los videojuegos multijugador y en los universos en 3D del tipo Second life”. La edición digital seguirá la narrativa transmedia del relato “globalizado”.

Sin duda, la digitalización favorece unos géneros y perjudica otros. Las ediciones de material fragmentable –diccionarios, enciclopedias, atlas, gramáticas– se adaptan sin resistencia a esta inmersión de textos en masas de unidades que se leen de manera incompleta y discontinua. Estos son los primeros libros que sin remedio dejarán de imprimirse. Influidos por los blogs, diarios, redes sociales y otros medios, son cada vez menos, en cambio, los que se avienen a leer de largo ensayos y novelas, los formatos más vulnerables en la era de lo virtual.

Por último, las nuevas generaciones leen y a la vez escuchan música o tienen una red social abierta. Lo que obliga a los escritores como a cualquier creador audiovisual, a puntuar sus obras de segmentos separables y sobresaltos calculados para aumentar el interés. No se piensa más en un lector fiel y paciente, sino en un receptor con cada una de cuyos estímulos circundantes es inevitable competir. La prosa virará hacia lo llamativo, breve e inconexo.

Y mientras la nueva literatura se toma su tiempo, la industria editorial no cesa de poner en el mercado más títulos cada año. La predicción de Bill Gates está lejos de cumplirse. Recordemos que el rollo coexistió con el códice hasta el siglo X. Por cierto, la imputación que se hace a los libros de deforestar la Tierra al usar papel fabricado con celulosa es en parte injusta e interesada: cada vez se emplean más insumos reciclados. Por el contrario, la sospechosa obsolescencia de los aparatos electrónicos levanta montañas de chatarra cuyos metales calcinan el aire y los suelos.

Una curiosidad. El fin del libro no es un debate exclusivo de este tiempo. En 1831 Alphonse Lamartine escribía: “el pensamiento se expandirá por el mundo a la velocidad de la luz, concebido al instante, instantáneamente escrito, entendido de inmediato. Cubrirá la Tierra de un polo al otro: súbito, instantáneo, inflamado del fervor del alma que lo alumbró. Será el reino de la palabra humana en toda su plenitud. El pensamiento no tendrá tiempo de madurar, acumularse en la forma, morosa y tardía, de un libro. Hoy el único libro posible es un periódico”. En 1889, tras el invento del fonógrafo por Thomas Edison, Philip Hubert anunciaba que “muchos libros y relatos no se darán nunca a la imprenta, sino que llegarán a manos de los lectores –mejor dicho, los oyentes– en forma de fonogramas”. Las fonotecas reemplazarían a las librerías y los narradores orales ocuparían el lugar de los escritores. “Las damas –decía Uzanne– ya no dirán, al hablar de un autor de éxito: ‘¡Qué gran escritor!’, sino que temblando de emoción suspirarán: ‘¡Qué voz tan seductora y emocionante tiene este narrador!’” Sin embargo, el libro sobrevivió al periódico y al fonógrafo, y posteriormente al cine y la televisión.

Pienso que un criterio útil para entrever el futuro es discernir entre el libro como objeto encuadernado, y el acto de leer. Seguiremos leyendo, sin duda, aunque el acto de leer se deshilache en incontenibles pulsiones cognitivas o sensitivas. La cuestión es si el significado intelectual y emocional del libro será suficiente para justificar, primero, la conservación de los que ya existen, y segundo, la producción y compra de nuevas unidades. Desde luego, su desaparición no es inminente, pero tampoco totalmente imposible.

Escribe Julio Ramón Ribeyro: “el amante de los libros no aspira solamente a la lectura sino a la propiedad. Y esta propiedad necesita observar todas las solemnidades, cumplir todos los ritos que la hagan incontestable. El amor a los libros se patentiza en el momento mismo de su adquisición. El verdadero amante de los libros no tolera que el expendedor se los envuelva. Necesita llevarlos desnudos en sus manos, irlos hojeando por el camino, meter los pies en un charco de agua, sufrir todos los trastornos de un primer encantamiento. Llegando a su casa, lo primero que hará será grabar en la página inicial su nombre y la fecha del suceso, porque para él toda adquisición es una peripecia que luego será necesario conmemorar. Con el tiempo dirá: 'Hace tantos años y tantos que compré este libro', como se dice: 'Hace tanto tiempo que conocí a esta mujer'”.

Sigue Ribeyro: “el amante de los libros no puede frecuentar las bibliotecas públicas. El acto le parecerá tan humillante y pernicioso como visitar las casas de tolerancia. Los libros puestos a disposición de la comunidad son libros indiferentes, son libros fríos con los cuales no nace un acto de verdadero amor, no se crea una relación de confianza. […] Hay gente, sin embargo, que solo lee en las bibliotecas públicas y esto revela, en el fondo, una profunda incapacidad para amar. Un libro leído y amado es un bien irreemplazable. [...] Cada libro es una amistad con todas sus grandezas y sus miserias, sus disputas y sus reconciliaciones, sus diálogos y sus silencios. Al releer estos libros –el amante es sobre todo un relector– irá reconociendo sus horas perdidas, sus viejos entusiasmos, sus dudas inútiles. Un libro amado es un fragmento de la vida. Perdido el libro queda un vacío en la memoria que nada podrá reemplazar”. Finalmente, “un libro, para ser amado, necesita poseer otras y más delicadas cualidades. Necesita, en realidad, un mínimo de decoro, de gusto, de misterio, de proporción; en suma aquellas cualidades que podemos exigir, discretamente, en una mujer. Por esta razón es que entre las mujeres y los libros existen tantas secretas correspondencias. Hay libros que terminan su vida solitarios, que jamás encuentran un lector. Hay lectores que jamás encuentran su libro”.

Creo que el libro seguirá existiendo en tanto sigamos apreciando ciertas condiciones que no son exclusivas de los libros. En particular, la identidad y la índole irrepetible de las personas y las cosas. No es casual la reacción de varias editoriales al rivalizar con el formato digital acentuando las propiedades sensibles del producto: la superficie del papel, el aspecto rústico o artístico, la calidad de sus imágenes, la portada acariciable. En una feria del libro en Londres en 2013, Neil Gaiman declaró que “una de las cosas que deberíamos hacer es libros más hermosos, más delicados”. Deberíamos “transformar los objetos en fetiches, dar a la gente una razón para comprar objetos, no solo contenido”.

Pienso que para que un ejemplar sea atesorable no hace falta que sea adrede ornamentado. Hace falta que se introduzca en nuestra rutina de seres sensibles a las señales de semejantes que nos hablan desde otros lados; hace falta que aún queramos descubrir nuestra propia voz. Que un volumen arraigue en la memoria y la intimidad nunca obedecerá a una prescripción industrial. Quizá su apariencia atractiva sea un inicio. Pero nada lo hará más humano que su envejecimiento junto a nosotros. Hasta la imperfección del subrayado que revela una circunstancia –el trazo violento de la euforia, la línea torcida por la marcha del bus– hacen del impreso más humilde un monumento personal. Las máquinas se malogran o caducan y sus datos migran a otros receptáculos; nos aterra aun el llegar a perderlos por un desperfecto, un virus o una incompatibilidad de software. El libro es diferente, como lo es un suceso, una experiencia. Como todo lo que ocurre solo una vez.

Un e-reader puede ser cualquier publicación, género o información; cualquier libro, bueno o no, bello o útil, nuevo o viejo, favorito o no; un diario, un mapa, un cuento. Pero para que sea todo ello es necesario que en principio no sea absolutamente nada. En cambio, un libro impreso solo puede ser lo que es y nunca nada más. He ahí su valor: su naturaleza única e intransferible. En un universo de neurótica mudabilidad en que la intermitencia, la renovación y el estreno –rasgos de la sociedad de consumo– permean nuestras vidas –por ejemplo, a través de la adicción a las cirugías estéticas–, lo persistente se vuelve cálido y fiable en el seno de una sociedad líquida, como diría Zygmunt Bauman.

La virtualidad es inasible e ilimitada. Como lo es el espíritu. Por ello, nada como él necesita dramáticamente de una superficie o raíz que lo implante en el mundo dotándolo de la irrefutable materialidad. También los recuerdos exigen huellas, cofres, símbolos. Sin asideros que se aferran, erramos como un puñado de bits rumbo a la papelera o la chatarra.

lunes, mayo 04, 2015

PEQUEÑA MUESTRA DE FAUNARIO GENERAL



Cosme Saavedra


Lagartija Sol

REPTIL DE OBLONGO LINAJE. El desierto escarcha la escafandra de la vida. Pone huevos frágiles en los montículos del abandono. No es una rama dorada que se arrastra bajo el sol, simplemente corre y se enfrenta a la hostilidad del verano. Garras enhiestas, cabeza de lanza y la lengua siempre bípeda, musical, como una lámpara en un océano terroso. Bruja bella que vuela en los escombros arrastrando la cola cenital. Siempre verde, anaranjada, pétrea. No se desnuda como serpiente si tiene buenos brazos para hacerlo con estilo, las escamas corren como un río de esmeraldas. Larga, tan larga y extrema al sol, no es una simple baratija de los arenales. Es un dinosaurio desquiciado. Se avienta de los árboles, corre a través de las cuevas. Quiere acabar con la camisa de fuerza que no la deja hacerse dueña del mundo. No es una larga escalera imbricada de gruñidos. Es una aborigen que construye su palacio de arcilla en el corazón del estío.


Chununa Apu

SIRENA DE AGUA DULCE, así con tu cabello blondo, con tus poderes mágicos, hundiéndote en los puquios, en las altas desolaciones. Maternal, adoptando animales desamparados. Bello ser que teje su tristeza con las algas y el fitoplancton de las bocanas nocturnas. Guardiana del tesoro de los gentiles, de los palacios perdidos entre los alisos y los arrayanes. A orillas de los arroyuelos, lava sus cabellos bruñidos repletos de caracolas como cornamentas de nácar. Busca el amor en los ojos de los matorrales, en las cascadas de hielo. Quiere vivir en la luna, se arrastra hasta los árboles y besa las hojas como si fueran las manos de un viejo amor. Ah, Chununa, sirena atrapada en los andenes, eternamente triste, bella como una princesa antigua disputada por los quechuas, que prefirió hacerse pez que traicionar su linaje púrpura. Hermosa criatura tallán que juega con las almas del limbo, hermana de la lluvia y de las estrellas fugaces que caen en el corazón de la neblina.

lunes, abril 27, 2015

EL DILUVIO DE ROSAURA ALBINA

Portada de la novela

Ricardo Ayllón

Si hiciéramos un rápido cálculo cronológico, podríamos decir que Fernando Cueto (Chimbote, 1964) se inició tarde en la literatura; su primer libro, el poemario “Labra palabra”, apareció en 1999, cuando el escritor frisaba ya los 35 años, edad que resulta en apariencia extemporánea para comenzar a publicar. Pero afirmamos con justicia que lo es en apariencia, pues a la hora de aquilatar su obra no hay duda de que Cueto hizo bien en esperar, y que los inicios literarios no requieren de reglas ni cuantificaciones.

Luego de ese primer libro, su trayectoria no ha podido ir mejor: en 2001 publica el poemario “Raro oficio”, pero es en la narrativa donde revela mejores aptitudes artísticas; luego de dos buenas novelas inaugurales, “Lancha varada” (2005) y “Llora corazón” (2006), obtiene el segundo lugar en el Concurso de Novela Política Premio Pasacalle con “Días de fuego” (2008), y gana contundencia cuando en el 2011 triunfa en la Bienal de Novela Premio Copé con “Ese camino existe”, publicada un año después. 

Luego de la breve “Los Chuchan Boys” (2012), su más reciente libro es la voluminosa novela “El diluvio de Rosaura Albina” (Santuario – Municipalidad de Nuevo Chimbote, 2014) que, según nuestra apuesta, es su más lograda arquitectura narrativa. Quizá algunos estén en desacuerdo con lo dicho debido a que el contenido resulta ‘menos serio’ respecto de la ‘importancia’ de un tema político como el tratado en “Ese camino existe”; pero es imposible negar que el vuelo técnico y el resultado artístico son realmente superiores.

Lo afirmamos porque lo primero que resulta difícil en un proyecto de tan ambicioso volumen (597 páginas) es mantener en vilo al lector, y el tratamiento de esta historia definitivamente lo logra. Además de resultar llamativo y provocador con el tema planteado, el manejo es de una destreza tal que uno avanza con gusto en los entresijos de las vidas de sus personajes. Junto a ello, es admirable la pertinencia de la riqueza verbal, el léxico y los nombres sonoros, la adjetivación constante y audaz, las imágenes ocurrentes y la preferencia por la hipérbole, aquella figura literaria que permite alcanzar mejores efectos cuando (como aquí) es correctamente usada.

No pocas de estas características son particularidades estilísticas del realismo mágico (forma de escritura en la cual se ha insistido en contextualizar a la novela), pero si insistiéramos en ubicar el libro en ese parámetro, seríamos injustos pues olvidamos que su propuesta trae la novedad de un lenguaje más fresco y actual, permitiendo que nos compenetremos con el contenido como si nos estuvieran narrando (oralmente) la historia e invisibilizando al escritor, arte difícil de alcanzar. Para ello el autor ha hecho gala de todas las armas técnicas posibles: frecuentes mudas espaciales y temporales, saltos cualitativos, subtramas de apoyo, etc., práctica que ya había mostrado en “Días de fuego” y que aquí ofrece con mayor sutileza.

La protagonista de la historia es Remedios Beteta Coralillo, una muchacha que –perdidamente enamorada– huye de su casa a los 15 años y asume su condición de prostituta con valentía, en una correntada de tropiezos y logros que le permiten madurar y aceptar con orgullo sus designios; sucesos estos que forman parte de un contexto mucho mayor, el de la actividad de prostitutas de talla mayor (Rosaura Albina, la Huaracina; Altisidora Bustillos, la Española; Gioconda Espejo, la Jorobada; Magnolia Aparecida, la Cubana), madamas fundadoras de los primeros burdeles de Chimbote, cuyas enlazadas existencias ocasionan un verdadero ‘diluvio’, arrastrando consigo las intensas vidas de esos magníficos antagonistas que son el doctor Serafín Beteta y Angustia Remolinos, y de aquellos entrañables personajes secundarios como la Paloma, la Sabihonda o la Koki. Con tan inquietante argumento y ese mítico paisaje chimbotano salido del estupendo pulso de Cueto, “El diluvio de Rosaura Albina” quedará en el escaparate de lo mejor de la narrativa nacional. 

jueves, julio 31, 2014

Esa loca manía de alimentar polillas


Pierre Castro Sandoval

Hoy he re-ordenado mis libros. Ya sé que esto no interesa a nadie así que pueden dejar de leer cuando gusten. Pera ya si se quedan, les cuento de paso que me estoy comiendo un pan con salchicha de ternera y un vaso de Cifrut. A mí me gusta que la gente me cuente lo que ha comido. Me gusta por la misma razón por la que veo programas de cocina cuando tengo hambre: siento que mis ojos mastican. Pero digámoslo de una forma menos huachafa. Después de ver X-Men llegué a creer que había desarrollado el superpoder de alimentarme por la vista o el oído. Mi estómago parecía contentarse apenas con escuchar el frshhhhhhh de un filete de pollo con romero cayendo a la sartén o al ver unas manos trozando frescas lechugas para una ensalada. ¿De qué forma eso es un superpoder? preguntó. Le dije: Cuando llegue la devastación del mundo ustedes tendrán hambre y yo no. ¿No había un verso? Si digo pan ¿comeré? Pero volviendo a lo de los libros, decía que antes los tenía ordenados geográficamente (peruanos latinoamericanos, europeos, etc.), alguna otra vez por colecciones, otra por la intensidad con la que me habían gustado pero hoy quería probar algo nuevo.

Flu estaba acá en casa y ambos mirábamos todos los libros tirados sobre mi cama. Me dijo: ¿cómo los vas a ordenar? Me sentí como en la escena de High Fidelity cuando Rob dice que está ordenando sus vinilos "autobiograficamente". No fuckin waaaay, recuerdo que repone Dick. Y Rob: "Seh! Si quiero encontrar Avalancha de Fleetwood Mac, tengo que recordar que se lo compré de regalo a alguien en 1983 pero no se lo di por razones personales" Y Dick: Eso suenaaa... Y Rob: ¿Reconfortante? Y Dick: Sí. Y Rob: Lo es. La mejor escena de todos los tiempos. Pero hoy ni cagando me iba a poner a ordenar mis libros autobiográficamente porque entonces, Flu hubiese tenido que ir por cien cervezas más y un CD de boleros cantineros. Así que los he ordenado como los ordenaría un mono en drogas: al azar.

Ahora Jules Verne comparte un cuartito con Mr. Bukowski, Bolaño dejó Latinoamérica y se fue con Palahniuk, Bryce está chupando con Somerset Maugham y Amy Tan hace cucharita con Salinger. Debo admitir que este es el mejor orden que se me ha ocurrido desde que me compré el librero. Sobre todo porque ahora no sé dónde carajo he puesto cada libro y cuando observo el librero me da la impresión de que acabo de comprarme 300 libros de golpe y eso me pone loco de contento. Supongo que me pasa igual que con la comida. Por ejemplo, me basta ver la portada de El tambor de hojalata para escuchar a Oscar redoblando en mi cabeza, o ver la de Cujo para revivir el pavor de un perro rabioso persiguiéndome. Es la única razón que encuentro para dedicarle tanto tiempo y cariño todos estos libros que ya leí y que difícilmente volveré a leer. A veces parece que solo están aquí para recordarme cuán bella o fatal era mi vida en la época en que los leía.

Rueca del insomnio (II)

Portada del libro

Dany Cruz


(La rosa no es el mar, menos la luna;
tampoco el viento del puerto y la barca,
ni el rumor que fulmina la comarca…
La rosa mía me canta en la puna.

La rosa la aprendí desde la cuna,
en la voz de mi tía que era zarca
y, aunque suo padre era un tale Petrarca,
la rosa yo la descubrí en la duna.

No detrás de la nada, ni delante
del vacío; la rosa que en mí revive,
revive de conmigo y con mi amante.

La rosa no me fue legible en Dante.
Me vino porque mi mano la escribe,
Porque si no se hace, pues no se vive.)

Poética Piura

Portada

Roger Santiváñez, como ya nos tiene acostumbrados, retornó a Piura en este mes patrio para presentar la nueva edición de su libro El chico que se declaraba con la mirada (Fondo Editorial de la Municipalidad de Cajamarca); y para esta ocasión Sietevientos Editores preparó la plaquette Poética Piura, que contiene siete poemas de diferentes épocas escriturales de Santiváñez y, en la portada, una ilustración de Francisco Mauricio. Definitivamente, una pieza de colección.

Mensaje dentro de una botella

Portada del libro
Este texto a propósito de la publicación del importante volumen Kloaka. Antología poética. Estudio realizado por Zachary de los Dolores. El libro está dividido en tres partes: "Manifiestos y documentos de Kloaka"; "Kloaka, la explosión poética"; y "Kloaka, la onda expansiva". 

Roger Santivañez

Como co-fundador del Movimiento Kloaka  -en el ya lejano Perú de 1982. Quiero hacer público mi profundo agradecimiento al poeta y estudioso Zachary Payne – Zachary de los Dolores- por la idea y confección de este libro que, por primera vez, recoge una muestra sustancial de la obra poética y plástica de los ex-miembros, aliados y compañeros de ruta de lo que fue nuestro movimiento de vanguardia andesground en aquella Lima que estuvo a punto de volar en miles de pedazos.

Es también mi deseo expresar mi alborozo por esta edición que, de alguna manera, nos reivindica de la censura y ataque del que fuimos víctimas en julio de 2012, cuando la dirección cultural de una empresa del Estado peruano canceló –después de haberse comprometido- el evento celebratorio (incluyendo la publicación de un libro) por los 30 años de la fundación de Kloaka, ante los infundios vertidos en la TV por dos políticos de ultraderecha. En este sentido, el libro implica una celebración que asumimos con todo el vigor que se merece.

Por lo tanto, es pertinente la exultación y la memoria de nuestro Movimiento cuya impronta –queremos creer- ya está en la historia de la cultura latinoamericana. Una historia que contempla la más sincera y espontánea acción de avant-garde de la que fuimos capaces, en el fragor de aquella juventud radical que nos animó en los tempranos años de los 80s. La vida de Kloaka –sus luchas internas, sus disidencias, su cohesión también- y por supuesto, su combate contra el oprobioso infierno de la sociedad peruana ya son parte del devenir histórico de nuestros pueblos. Y la experiencia de lo que fue el MK está actualmente representada en la obra individual de quienes fuimos sus integrantes, aliados y compañeros de camino. Hoy en día, cada quien responde con su nombre y su actitud.

Aun cuando el Movimiento tuvo una fugaz existencia (1982-84) y hasta 1986-87 si consideramos las acciones del poeta José Velarde en París, pensamos que todavía sigue alumbrando –clandestinamente- el sueño de nuestra utopía –personal y colectiva- de un mundo sin fronteras, libérrimo y sin explotadores ni explotados, en una dimensión auténticamente humana que –abrigamos la esperanza- algún día será una concreta Realidad.

Mientras tanto, he aquí la poesía.

Newton’s love song


En medio de una fiesta, mi amigo Flu descubre un libro de Isaac Asimov en el baño de mi casa. Es uno de sus libros favoritos y el hecho de que yo lo tenga sobre el tanque del inodoro lo deja un poco consternado. Así que vuelve a la sala agitando el libro y diciendo quecómoesposible. En la portada aparece Asimov sonriendo con sus lentes hipster y unas patillas tan achoradas que bien podría pasar por el abuelo de Guepardo. Le explico a Flu que el problema no es que yo tenga "Cien preguntas básicas sobre la ciencia" sobre el tanque del inodoro, sino que él considere que el tanque del inodoro es un lugar poco privilegiado para la literatura. De hecho, le digo, es el único lugar donde nadie te jode. Yo leo una de las cien preguntas cada vez. Voy por la 34. En ella, Mr. Isaac explica de dónde vino el aire que respiramos. Lo explica tan bonito que es casi como estar escuchando “The air that I breath” de The Hollies. What more could I ask? Entonces Flu como que comprende. Pero como además quiere que todos en la fiesta comprendan, abre el libro y se dispone a leernos un fragmento. Es paja cuando la gente coge libros de nuestra biblioteca para leerlos en voz alta en una fiesta. Como esa vez cuando Jon y Lau estaban locazos de chela y encontraron a Eielson y abrieron la cueva de “Si alguna vez confundes Tu corazón con tu sexo y tu sexo Con un saxofón que llora En una calle oscura…” Y después, gritando “…O si derramas amor a manos llenas Sin que nadie lo reciba Y asustado como un niño te despiertas Y ya no hay caricia Ni desayuno tibio Y ni una sola gota de materia Que te recuerde el universo entero…” así, las cinco hojas. Suicidio en masa. Pero bueno, una cosa es leer un poema de Eielson dedicado a Charlie Parker y otra era escuchar la explicación científica del mundo cuando ya tienes alcohol en el cerebro. Sin embargo, como queremos mucho a Flu, le dijimos, a ver lee pe’ ctm. Escogió la pregunta #2: ¿Quién fue en su opinión, el científico más grande que jamás existió? Asimov responde que si la pregunta fuera ¿Quién fue el segundo científico más grande? entonces sería imposible responderla, porque desde Arquímedes hasta Einstein hay por lo menos una docena que se merecen el título (Bohr, Pasteur, Darwin, Galilei…), pero dado que la pregunta es ¿Quién es el más grande?, no hay duda alguna: Isaac Newton.

Dice Asimov: “Fundó las matemáticas superiores después de elaborar el cálculo. Fundó la óptica moderna mediante sus experimentos de descomponer la luz blanca en los colores del espectro. Fundó la física moderna al establecer las leyes del movimiento y deducir sus consecuencias. Fundó la astronomía moderna estableciendo la ley de la gravitación universal. Cualquiera de estas cuatro hazañas habría bastado por sí sola para distinguirle como científico de importancia capital. Las cuatro juntas le colocan en primer lugar de modo incuestionable”. Dice además Asimov, que su tocayo Newton no sólo es valioso por sus descubrimientos, sino por la lúcida y hermosa forma en que los presentó en su Principia Mathematica, rompiendo para siempre con la idea de que los griegos eran los chuchanboys de la ciencia y que el hombre moderno tendría que vivir bajo la sombra de esas viejas mentes. El texto termina con esta frase: Tras la muerte de Newton, Alexander Pope lo resumió todo en dos líneas: “La naturaleza y sus leyes permanecían ocultas en la noche. Dijo Dios: ¡Sea Newton! Y todo fue luz.” Cuando Flu termina, sentimos que acabamos de escuchar un poema y nos echamos para atrás en los sillones y decimos ¡aaaaah! Y le damos un sorbo a nuestra chela. Pero entonces, Flu agrega algo que debió callar: ¿Sabían que Newton murió virgen? Otro chico del grupo lo confirma: sí, eso he escuchado. Le digo a Flu que no puede decirme eso después de lo que ha leído. Después de aquel texto yo veo a Newton como a Bowie o a Lou Reed y no puedo aceptar que haya muerto virgen, menos un sábado por la noche mientras bebo y me río con mis amigos y nadie en el jodido mundo parece potencialmente virgen. Le digo: Flu, carajo ¿me estás diciendo que el genio científico más grande del planeta murió sin haber cogido? Sí.   Putamadre     Silencio      Silencio       Silencio     Después de eso la gente sigue chupando pero yo entro en un agujero negro porque quisiera que Newton estuviera ahí en la fiesta con nosotros. Le presentaría a mis amigas, le prepararía un chilcano, le preguntaría: oe Isaac, ¿qué canción quieres que ponga? ¿Está bien Monóculo Fantástico? Me lo imagino paseándose por la sala con su larga cabellera rubia a lo Michael Bolton, su viejo sobretodo negro y un pequeño prisma en las manos.

Pienso: tengo que salvarlo, tengo que acercarlo a la hoguera, a la única experiencia física que comprueba y destruye a la vez todas las teorías que él ha deducido. Es mi misión en la vida. Después mi mente hace un zoom hacia el prisma que él sostiene entre las manos, o en realidad es como si yo me hiciera pequeño y fuese abducido por aquella celda de cristal o quién sabe, porque todo esto lo estoy imaginando con varias chelas encima. Pero en todo caso, allí dentro veo los colores refractados y comprendo algo. Comprendo que Newton ya conoce lo que yo intento desesperadamente mostrarle. ¿No es acaso coger lo mismo que desfragmentarte, digamos, si puedes hacerlo con alguien que para ti es una especie de luz? Lo que es otra forma de decir: coger es hacerte pedazos, como en aquel poema que ya no sé si es de Bolaño o de Rosas Ribeyro: “Pensé que mi oreja era tu ojo y mi nariz tu lengua”. Newton ha cogido. Lo que pasa es que se ha cogido el universo entero. Nos ha cogido por los ojos y se ha follado nuestras mentes. Nos dijo: chicos, todos los cuerpos se atraen. Y al decirlo nos convirtió en planetas con meteoritos rozándonos la atmósfera todo el tiempo. Y si me siento a tu lado en el sillón entro a esa órbita inevitable. Cuánto más cerca están los cuerpos, con más fuerza se atraen, dijo el hijodeputa y se fue a inventar el cálculo. Como si se pudiera calcular algo cuando existe la gravedad que crece y crece y te jala desde el ombligo. Como si la luz fuese una cola de canas blancas y no lava multicolor que viaja desde el sol para dibujarte frente a mí. Como si no fuera verdad lo que dijo Eielson: Quizás Lo que llamamos luz Es la sombra de Dios Y lo que llamamos Dios Somos nosotros mismos. Así que me paro y me acerco a Newton que mira el cielo desde mi balcón. Y estamos allí en silencio hasta que al fin le digo: enséñame a cogerme el universo. Y él, tranquilamente, levanta el prisma delante de mis ojos. Y alguien pone una canción. Y yo veo. Y escucho. La última canción. Y adiós.

Ilustración: Pierre Castro Sandoval

Corazón de cuero



Eduardo Valdivia Sanz

Subiste al fierro de cuero y cromo,
los años de los veranos muertos desfilaron como
los primeros  besos robados,
la fiera ruge debajo de tus tripas
y aceleras el manubrio del timón plateado:
Joven, eterno, eres,
joven como vampiro dorado,
como Dean estrellando su Porche contra la gran llamarada;
Ahí,
con los sesos derretidos
enciendes la nave de oro,
y rompes la barrera del no se puede;
la autopista reclama su presa
y el viento golpea contra el cristal del casco negro:
Aceleras más, mucho más,
un poco más y alcanzas al fuego eterno,
a la luz de la cortadera, a las patinadoras de la calle Pardo,
a los ángeles de la noche y a los demonios de siete ojos;
El dragón responde con suavidad,
te enseña sus ojos vacíos, la mándala
y la torre de Jung,  
tu corazón palpita sin miedo,
solo tú, y la eternidad,
solo tú y las fiestas de Colán,
solo tú, y la piel dorada de la Brando,
reclamándote por qué no la besaste esa noche en el Tony:
Afuera, en los otros lados de las cuerdas;
Un conductor de tráiler, de un camión dieciocho ruedas, 
menciona las partes pudorosas de tu madre;
te importa poco su insulto,
has salido en tu Harley nueva, a los cuarenta y cinco años.

I Muestra de Fotografía Universitaria: "Cultura y Contexto"


Cincuenta fotografías que reflejan parte de la identidad cultural y el cuidado del medio ambiente en Piura, podrán ser apreciadas por el público hasta el 03 de agosto en el centro comercial Real Plaza, en la I Muestra de Fotografía Universitaria denominada Cultura y Contexto, organizada por la Universidad Nacional de Piura, Proyecto Comunidades de los Paramos, Naturaleza y Cultura Internacional y el Ministerio de Cultura.
La I Muestra de Fotografía Universitaria es un proyecto del curso de Procesos y Técnicas de la Fotografía de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad Nacional de Piura. La temática elegida busca reflejar en cada una de las fotografías a los pobladores de la región Piura, a través de sus costumbres, creencias y vida cotidiana, en espacios geográficos diferentes (Sierra, Costa) que poseen diversos ecosistemas que necesitan ser protegidos y conservados para las futuras generaciones.

El extranjero en la urbem de la duna roja

 


Eduardo Valdivia Sanz

Estamos en Dhul Hiyya, y es el año dos mil ciento trece de la huida de la Mecca. Soy taxista de un vehículo de celdas solares, mi nombre no interesa. La casa de mis padres queda muy cerca de una universidad cátara. Los habitantes del suburbio donde vivo desprecian a mi familia, somos judíos. Mi familia respeta el Sabbat y come pan ácimo durante el día de Pascua, y marcamos el dintel de la puerta con sangre de oveja para evitar que mate el ángel exterminador a los primogénitos de la casa.

Mis padres murieron, y me quede solo con mi hermana mayor en una urbem de gente que come carne, que no lee libros y que congrega a sus habitantes en capellis subterráneas, donde cantan aquelarres a Baal Zebub, y practican orgias para obtener favores de la diosa Mitra.  

Mi hermana mayor cuando éramos niños me hizo jurar que algún día escaparíamos de la urbem de la duna roja. Nunca asimilamos la sodomiticum ni aceptamos códigos de barras de Mitra en la mano derecha. Mi hermana murió del síndrome de Morgellons, y yo me quedé solo en la casa de mis padres.

La gente del suburbio cree que soy láwqa por recibir libros del extranjero. Los vecinos creen que guardo cecas de plata en una caja fuerte. Incluso la negotiatori del suburbio suelta comentarios  entre sus clientes que práctico rituales druidas, y que por eso mi rostro no envejece, aunque tenga más de cincuenta años. 

Por eso, cierro el portón del garaje de mi casa con barras de titanio y mandé a que instalaran un cerco eléctrico sobre el borde de los muros de mi castelli.

Mi rutina hubiera permanecido por muchos años, invariable: cuatro horas de taxi durante las mañanas, lectura de clásicos por la tarde y telediarios por la noche. Pero un día, recogí a un extranjero.

—Vengo de la urbem de Lutetia y creo algoritmos matemáticos en lenguaje Turbo CC234, programo sistemas. Me he quedado sin dracmas y necesito ayuda para cruzar el muro norte de la ciudad.

Sonreí, todos los extranjeros pretenden lo mismo. El muro es un símbolo de una vida mejor en la urbem de Acakd.

Necesitaba practicar luteciano y gothus y lo llevé a mi casa solo por unos días, mientras  lo ayudaba a contactarse con los coyotes que cruzan a los pobres diablos por el gueto cátaro en la parte gótica de la ciudad.

—Has sido bueno conmigo y me has traído a tu casa. No temes que te robe o te haga daño.

—No. Tengo un spectrum patronus. Te desintegraría apenas intentaras algo contra mí o mis bienes. Lo programé sin respetar la ley de la robótica de Asimov.

El extranjero rio y abrió su saco de dormir en el cuarto que fuera de mi hermana.

Por la mañana, el extranjero comió con agrado el tomate, el ajo y la cebolla que cultivo en un huerto hidropónico en la azotea de la casa de mis padres.

—Veo que eres vegano. Escoges los alimentos que menos daño producen en las venas. Adecuados, para estos días de alergias y de alimentos transgénicos. Las teosofías orientales afirman que si eres vegano durante toda tu vida aseguras un cuerpo humano en la vida después de la vida.

—No creo en la reencarnación, me parece infernal, regresar una y otra vez sin que podamos escapar de la rueda del Samsara.

—Deberías, el mundo es una rueda de sufrimientos y es imposible para el hombre escapar del gobierno de los cinco sentidos.

—Mis padres siguieron la ley de Moisés. Yahweh nos rescató del faraón y nos condujo a la tierra donde las uvas son grandes, y los arroyos proveen de agua dulce.

—Tierra que, por cierto, está rodeada de acadios y sumerios con misiles ATGM y rayos desintegradores. Por ustedes algún día empezará la Cuarta Guerra de las Rosas.

—No. Nadie conoce los designios de Yahweh.

El extranjero sonrío mostrando unos dientes amarillos.

—Discúlpame, no estoy retribuyendo a tus atenciones. Mañana me iré, pero antes de partir te dejo  un regalo.

El extranjero abrió una mochila de cuero y encendió su computadora.

—Te dije que era programador, y quiero darte este aplicativo de cálculos infinitesimales.

—Hace predicciones con la ley de los grandes números. Es la ecuación primera. El alfa y el omega de los juegos de azar.

—Eso es imposible. No puede existir algo así.

—Solo descárgalo y pruébalo en el primer casino que encuentres.

—Solo hay casinos en la urbem de Acakd.

—Entonces deberás ir conmigo.

—No, extranjero. No necesito dracmas, con lo que tengo me basta.

—En todo caso, úsalo cuando llegué el día.

De ese intercambio de palabras sobre programas que mostraban proyecciones y diagramas de la campana de Gauss hace ya cinco años. El aplicativo funcionaba, no sé cómo pero funcionaba. Crucé el muro norte hacia la urbem de Acakd, ahí me embarqué en el puerto espacial con rumbo a uno de los satélites artificiales donde viven ahora los neo humanos.  Nunca supe quién era el extranjero ni porque pagó mi rescate de la urbem de la duna roja. Esta noche de viernes es Pascua, comeré hierbas amargas y pan ácimo, nunca he olvidado al Dios de mis padres, el buen Yahweh que condujo a su pueblo a la libertad. 

SPRING 13 (II).. Poemas de Roger Santiváñez

Roger Santiváñez

2

Amanece la lluvia en los cristales
& en los árboles mojados roza mi
Cuaderno desta primavera es rosa

Estalactita que en sus gotas forma
Calatita la desnuda claridad de la
Mañana se avecina tormenta tropical

Mas ahora el manso viento repasa
Los confines del río deseante cuyo
Plomo color se luce en quieta

Majestad por donde abrigo el ansia
Ensimismada flor dubitativa que
En la luz volátil se redime &

Ríe bajo la lluvia salpicando mi
Canción cubierta apenas por el fino
Rocío imperceptible bloques de llovizna

Cruzan el aire donde un cardinal
Planea sumergido en la promesa
Del amor ad-portas del verano

Pero tú estás lejos envuelta en las
Chompas del invierno dispuesta a
Ser el sueño que se cumple en la

Ribera ninfa deste bosque humedecido

  
3

Contemplo el río correr tras un día de lluvia
Su caudal viene cargado es una intensa
Masa acuática que pasa & pasa calmando

La angustia de mi corazón solitario mientras
Insisto  en poesía me encanta estarme aquí
Sintiendo el fresco anhelante en las hojas

De los árboles a la orilla frente a mi cuaderna
Vía dirigida hacia ninguna parte al sol
Quizá brillando en el parque contino al

Lenguage cifrado de las altas copas con
Franco murmullar sometimes poblando
El domo del mundo & el gorjeo o el

Silbo o el pífaro pifano de los pájaros
Disciernen en los delgados troncos que
Los bordes abrevian rítmicos firuletes

Armónicos simétricos verdes como peines
Naturales colgando al son del viento
& otra vez la amarilla sonora de

Las frondas arriba cantando no sé
Qué canción tan linda que detiene
La entera realidad & que yo quiero


    Conseguir aquí en mi poema

Rueca del insomnio

Detalle de portada del libro
Dany Cruz, poeta piurano afincado en Lima, nos hace llegar su primer libro tan esperado: Rueca del insomnio. Este ha sido publicado por Pakarina en una edición de colección. Importante entrega para las letras nacionales y piuranas.

Aquí una muestra del trabajo creativo de Dany Cruz:

1

-Rosa si en sus afanes se delira,
si el dialogo de súbita enfurece,
la lengua mata y misma que así crece,
de púrpuro anatema hasta que aspira.

-¿De rosa a rosa, dices, no se estira?
yo la tengo y me pide que la bese,
y así mi boca en grado la obedece
que me adelanto a no causar su ïra.

-¿Así que en tus brazos nunca se cansa,
de vuelta y filosa en ti se abalanza
y rasga la mano de la escritura?

-La miras que parece mi tortura,
como si ya no hubiera mi esperanza,
como si rosa fuera y sepultura.

2

-De Rosa consentida en su impaciencia,
así que empieza a vivir de presa,
donde se ve absoluta de crudeza,
está la rosa de la insuficiencia.

-Pero si logras captar su elocuencia,
verás que no es el mundo en su entereza,
que no le gruñe al tigre en su braveza,
que se mantiene muda en la pendencia.

-Oh, Rosa en su magnánima silueta,
insondable y sin cansancio, certera
certidumbre de anómalo y poëta.

-Oh, Rosa y su alborozo en la carrera,
que te contempla, de agujas sujeta,
su intrépido existirte, si pudiera…