miércoles, diciembre 10, 2008

LO QUE LA PRENSA ME ENSEÑO (DE PERÚ 21 Y OTRAS OMISIONES)


REYNALDO CRUZ

Álvarez Rodrich es el nuevo héroe de los estudiantes de periodismo, como para mí lo fueron César Hildebrandt y Edmundo Cruz. En la universidad uno cree estar aprendiendo el mejor oficio del mundo, descripto por Gabriel García Márquez, pero el mundo de la prensa te despierta del sueño que nunca será real.

“discrepancias sobre temas editoriales tan importantes que en opinión del grupo accionista requieren el cambio del director”. Ha confesado AAR es la razón de su salida de Perú 21, hasta hace unos días, el diario que representaba más pluralidad y credibilidad entre los medios escritos del país. “Son los 6 años más bonitos de mi vida…para mí personalmente fue una experiencia magnifica en mi vida haber liderado este esfuerzo” expresó brevemente.

AAR fundo Perú 21, le dio su personalidad, es cierto que los accionistas ponen su dinero, pero ellos no representan el prestigio que tenía el diario. El grupo humano del que se rodeo AAR le otorgo frescura al medio, esbozo su imagen, y lo convirtió en el diario más respetado del país. Algo que le costará mucho recobrar a quien sea designado el nuevo director del matutino.

La censura representa la desilusión para quienes idealistamente creemos que podemos fiscalizar autoridades y atenernos a las represalias que de una u otra manera tendrán que llegar. Los medios de comunicación han sido desde sus inicios empresas con fines políticos más que económicos, eso lo aprendí en mi etapa de cronista.

“No escribirás noticias que atente los intereses de los socios, empresas u amigos del periódico” parece ser un mandamiento de la santa inquisición de la prensa que permanece en el subconsciente de los periodistas. Cada letra escrita puede ser parte de la sentencia que uno mismo firma, si no se limita en la línea editorial.

La prensa que soñamos, aquella de café, entre maquinas de escribir y cigarrillo, aquella donde la investigación sea la rutina, ya no está mas con nosotros. Ahora, hay que darle a los lectores lo que quieren: muerte, escándalos y chismes. Decir que no es así, es ser cínico, pues más ventas se obtienen con malas noticias, que con notas de interés social.

Hay mucho por decir de la prensa. Quienes alguna vez entramos en una sala de redacción, sabemos que ante todo la publicidad limita el espacio de las noticias, es la primera en ocupar un espacio en la diagramación. Un diario no sobrevive de las ventas, sobrevive de la publicidad. La publicidad es la sangre del periódico me decía un maestro en la universidad.

El caso de Perú 21 merece una reflexión a quienes permanecen en la prensa. La ilusión ya no es la de antes, la realidad no es la misma. Tienen un compromiso con la profesión que muchas veces olvidamos por la rutina o por los apremios económicos.

Una noticia cultural no es más importante que la muerte en la portada de cualquier tabloide. La gente se ofende con el sensacionalismo de los mass media, sin embargo, es lo que les fascina a la mayoría. Se regocija inconscientemente de las tragedias ajenas. Se ha acostumbrado al consuelo tozudo de que en un país como el nuestro cualquier situación es posible.

Quienes aún sueñan con el periodismo de antaño, aquel que era un espacio de cultura, donde a pesar de que los medios eran empresas, se mantenía un poco más de libertad, alimentan desde sus pequeños espacios tradicionales o desde la blogosfera, aquel sentimiento que nunca debió perecer bajo la seductora caricia del poder.

Los comunicadores que vendrán, es una generación con un gran reto, el de no dimitir ante la estructura impuesta, el de renovar los medios, de apostar por una apertura, una pluralidad que permita al público educarse, desarrollar sus capacidad y no convertirlos en simples espectadores dispuestos a recibir todo lo que se les entrega.

Hay mucho por escribir sobre la prensa, sobre el poder mediático, sobre la supuesta investigación de los periodistas, sobre quien decide lo que publica y lo que se censura, quienes manejan en realidad los mass media y su interés que tiene en los consumidores de la información, quienes casi nunca se han preocupado por detenerse a ver quien les está colocando opiniones sobre temas coyunturales y otros intranscendentes.

Como AAR hay que ser consciente del momento adecuado para retirarse y reflexionar sobre lo que la prensa nos enseñó y ser tan digno para decir que la tentación del poder no pudo doblegar nuestra voluntad de ejercer el mejor oficio del mundo como nos indicó el maestro gabo.

martes, noviembre 25, 2008

EL LOCO OCTAVIO Y YO, LOQUEANDO LA CIUDAD

Lúber Ipanaqué

Al caer la noche como un puñal que corta el tiempo entre lo real y lo fantástico Piura deja de ser Piura para transformarse en un monstruo misterioso vestido de ciudad, por sus calles que simulan ser venas obstruidas por bolsas blancas de basura de cuando en cuando se suele encontrar caminando o tirado en una esquina, resoplando o efusivo, sobre todo nómada, con sus vestiduras sucias, las barbas blancas crecidas y una colcha sobre el hombro a Octavio, el loco más cuerdo.

Octavio, digna reencarnación de Carlos Marx, quizá sea el único ser en esta ciudad que se ha recibido realmente de hombre, ser trágico y misterioso que sin quererlo ha logrado construir un universo de incógnitas para quienes sólo lo hemos visto transitar con su locura a cuestas o para quienes nos hemos atrevido a conversar con él a cambio de una moneda y nos hemos deleitado con sus teorías inconcebibles- pero que en tiempos en donde lo único razonable parece ser la locura-, nos deja en un mar de desconcierto como verdaderos náufragos de la razón y el pragmatismo, y no sabemos si creerle lo que dice porque quizás nosotros seamos los que estamos realmente locos y él sea el único cuerdo.

Octavio, el políglota, habla francés, alemán, inglés y español. Octavio, el físico, habla de la fórmula vectorial de Vicocksy; Octavio, Harry Haller, quizá el último lobo estepario de esta ciudad; Octavio, el alquimista, es el que ha vencido a la muerte cuando en un principio era un dadito; Octavio el poeta, recita su poema El Beso y habla de Kafka, Vallejo, Rimbaud, Hemingway y otros; Octavio, el filósofo, nadie como él para definir nuestra existencia en una “mierda” y al universo en “otra mierda más grande”; Octavio, el comunista, dice que hay que destruir al imperialismo; Octavio, el alienígena, dice pertenecer a otro mundo en donde todo es energía de la mente, como si creyera en la existencia del topus uranus platónico; Octavio, el profesional, no sabemos cuándo en realidad se graduó de humano-humano, ya que tiene como colegas al Loco toca flauta, que suele sentarse por el Civa; y al Loco Héctor, quien suele burlarse de nosotros al deambular alrededor del Hospital Regional, llegar a la puerta de la Universidad Nacional y darse media vuelta, moviendo sus brazos como si fueran alas de pájaro y así nos dice que él sí puede ser libre.

Una de estas noches lo he visto caminar por la Av. Sánchez cerro, hasta que cruzó en dirección al Cine Municipal y lo he seguido una cuadra. Al saludarlo me reconoció cuando le dije, hola, Octavio, y él me dijo, hola amigo de Pucallpa, he estado leyendo su libro, hasta el momento va bien. Cuando me dijo esto recordé que le obsequié mi último libro y le asentí con la cabeza. Luego caminamos y conversamos, me doy cuenta que sus ojos tienen un brillo impresionante, una pareja de enamorados nos mira, sobre todo a mi, que voy caminando de lo más normal con Octavio y sonríen como diciéndose que el loco soy yo y no Octavio. Y es verdad, yo me siento el loco en ese momento.

A la medida que avanzamos, miro sus pies desnudos y con uñas largas, como las de un animal salvaje,- “un lobo en la estepa”, pienso- pisando el pavimento de las calles, y me pregunto cómo será sentirse así de libre, cómo será estar en ese estado tan natural. Quisiera preguntarle cuál es su nombre, porque no tengo la certeza de que su nombre en realidad sea Octavio, cuál es su apellido, dónde ha nacido, si es verdad lo que dicen, que ha sido profesor universitario, si es alemán; quisiera saber cuántos años tiene y muchas cosas que la gente normal suele preguntar, pero prefiero callar y sólo sentir que es mi amigo. Mientras yo pienso en todo esto, él habla de la vida, del triunfo que han tendido ante la muerte, de cómo la hicieron explotar en mil pedazos con rayos ultrasónicos cuando aun era un dadito y le sacaron “la gramputa”, de que si tan sólo llegáramos a encontrar los cuatros vectores de la fórmula de Vicocksy como “ellos” lo hicieron otro sería nuestro destino.

Siempre habla en plural, como si no estuviera solo y perteneciera quizá a una secta de locos o a un grupo de científicos malévolos o de almas superiores o de espías Nazis que gobiernan el mundo, y me hace pensar en la novela Sobre Héroes y Tumbas de Ernesto Sábato, en donde los “inocentes e inofensivos cieguitos” a quienes por pena damos una moneda pero que en realidad viven en un sub-mundo debajo de la ciudad, en las cloacas, desde donde lo controlan todo y son seres perversos que nos odian a muerte. Esos “inocentes cieguitos” han creado un sistema que nos gobierna, hacen y deshacen de nosotros, hasta controlan los colegios con el tipo de enseñanza que nos brindan y nos meten en la cabeza ideas como “hay que dar una limosna a los invidentes”, tienen un sistema de inteligencia perfecto que al primer intento de rebelión no dudan en eliminar al osado que los descubre, para que luego- como también controlan los periódicos- salgan como víctimas de un accidente de tránsito o un presunto y simple suicidio. Imagino la cantidad de locos que viven en los buzones de la ciudad, que debe ser como otra gran ciudad y de cuán inocentes somos al subestimar y tener tanta compasión a los “pobres loquitos”.

Yo pienso en estas cosas mientras Octavio al mismo tiempo despotrica del sistema, habla de que estamos condenados a estar solos y que terminaremos en la mierda, pues la destrucción, todo, todo, me dice, los edificios, los carros, la ropa que llevas puesto, este metal- me dice mientras sostiene la moneda de un sol que le di-, tus huesos, tu piel, van a la muerte, a la destrucción que no es otra cosas mas que la mierda, la mismísima mierda. El universo es una mierda, la muerte es un mierda, ¿me entiendes?, me pregunta, yo le digo que sí, que estamos jodidos para siempre. Él me mira y siente que hay alguien que lo entiende, yo siento lo mismo, siento que hay alguien que me entiende también.
Caminamos cuatro cuadras llegando cerca al puente colgante, yo siento que me está llevando a su guarida, pero para mi sorpresa y desilusión el se queda parado y me dice, hagamos un pacto de sangre, yo le digo está bien, él me mira y me dice que es hora de irse cada uno a su mundo, y cierra los ojos cuando pone sus dedos a la altura de su sien para después con sus dos puños agitar sus manos con fuerza como si con su mente se trasladara a otro lugar. Cuando termina ese ritual, me quedo con la nostalgia de no poder seguir hablando con él, nos damos la mano y doy media vuelta, esperando volver a verlo pronto, pero ojalá esta vez sea en un bar, y así podamos loquear la ciudad otra noche más mientras recorramos juntos sus venas de monstruo.

miércoles, noviembre 12, 2008

LA CANTANTE DE VOZ FENOMENAL / ALEJO CARPENTIER


Tomo este artículo de Terra ignea, blog del poeta Armando Arteaga.


Yma Sumac, la cantante peruana de voz fenomenal -en cuanto a la extensión de un registro que cubre cinco octavas- acaba de iniciar en Londres una gira de conciertos que la llevará a las principales ciudades de Europa.

Confieso que la voz de Yma Sumac me produjo una especie de miedo, cuando la escuché por vez primera, en grabación fonográfica. Ese canto que pasaba sin transición del agudo más aflautado a un grave de contralto que por momentos toma un timbre varonil; ese pasearse por las tesituras sin coto ni límites, me produjo el efecto de un encantamiento, de algo logrado por artes de magia. No podía asimilar tales facultades a las que se requieren, habitualmente, para cualquier buena interpretación musical. Las acercaba más bien, por asociación de sensaciones, a ciertos poderes de andar sobre el fuego, que tienen los iniciados de vodú haitiano, o a la facultad de dar saltos sobrehumanos, de ciertos danzantes rituales de las ceremonias ñáñigas de Cuba -dicho esto, sin el propósito de mermar el prefavorecida con un don que, según sus propias palabras, sólo se recibe una vez en mil años.

Pero es eso, precisamente, ese hecho de que tienen que transcurrir diez siglos para que una voz humana se permita el lujo de alterar sus propias leyes, lo que plantea un problema particularismo, cuando pensamos en el arte de Yma Sumac. Y ese problema atañe principalmente al repertorio. En efecto: el hecho de poseer una voz fenomenal veda a Yma Sumac el acceso al repertorio universal de melodías escritas para soprano, contralto, tenor o barítono, puesto que sería absurdo usar una voz de cinco octavas en cantar un lied de Schubert que cabe en una y media, o ciertas composiciones modernas, como El infierno de Koechlin, que consiste en un simple recitativo poético sobre tres o cuatro notas cercanas unas de otras. En cuanto a la ópera, de nada sirve cubrir la tesitura de la contralto a una cantante a quien se encomienda la interpretación del papel de Rosina, en El barbero de Sevilla... ¡No! Yma Sumac, para ser Yma Sumac, tiene que valerse de obras escritas especialmente para ella. Ahora bien: ninguna de esas obras sobrevivirán, ya que se destinan, por fuerza, a su interpretación exclusiva. Nadie más las cantará, ni en el presente ni en el futuro. Y por lo mismo, no es probable que un verdadero compositor -un Hindemith, un Stravinski, un Honegger- consagre su esfuerzo a escribir para ella una obra de un valor trascendental. Muchos músicos se sentirán atraídos sin duda, por el problema técnico de manejar una voz de tal dimensión; pero el resultado será siempre lo que se llama, en jerga del oficio, "el trozo de circunstancia", lo que equivale a decir, la composición con pie forzado, de un interés secundario. Así nos encontramos con que si bien nos resulta sumamente interesante escuchar un concierto dado por Yma Sumac, por presenciar un caso insólito, su repertorio nos interesa bastante poco. Y lo que tiene grabado hasta ahora, en punto a composiciones originales, es a menudo bastante mediocre.

Repito que no tengo el menor deseo de poner en tela de juicio el valor de una notable artista de nuestro continente, al escribir estas líneas. Pero el caso de Yma Sumac mueve a meditación. Nos lleva a pensar que el hombre dispone de un cierto número de facultades que, al serle otorgadas, fijan sus propias fronteras. Esas fronteras desde luego, se hacen menos estrictas para ciertos privilegiados. Pero siempre dentro de límites comunes a los demás mortales. Cuando se llega más allá, cuando se rebasa la humana medida, el poseedor de facultades fenomenales, el taumaturgo de nacimiento, queda solo. Y quedar solo, como es el caso de Yma Sumac, tiene más de una desventaja.


El Nacional, Caracas, 1 de Junio de 1952

REPORTAJE. YMA SUMAC




jueves, octubre 09, 2008

CHE GUEVARA... In memóriam

“ARO DE MADERA”: EL LENGUAJE Y SU ENTROPÍA POÉTICA.


POR: Ricardo Musse Carrasco

En la poesía de Luis Gil hay un desquiciamiento semántico donde, vaciadas de cordura significativa, las palabras se conjugan des-estructurándose (reconstruye lo que en nosotros se encontraba disperso) dentro de sus veraces absurdidades.

La realidad cuando surgió intempestivamente en ese inmemorial tiempo de los orígenes se pluralizó dentro de un entramado de dimensiones. Y cada una de ellas, engendrando ya sus propios panoramas, instauró –a la vez- sus propios signos.

Para Luis Gil esas dimensiones –por la obstinada obsolescencia de todo lo existente- continuamente están estallando (como una entropía implacable) y de esos permanentes y disímiles residuos el poeta, traduciéndolos con su inconfundible lingüística, reconstituye sus intuitivos poemas: Los textos albergan signos cuya procedencia es múltiple y que al cohesionarse se reconocen –trasladados en un común lugar discursivo- poseyendo –cada uno de ellos- una común extrañeza semántica:

“HE LLEGADO A TU MOMENTO, CUERPO.
Me has encontrado.
Despierta; el gatillo y la mosca.
Y deja.
Al humo, la ventana

Soy para ti, como un desfile
de escogimientos.
Momentos de oasis y la estirpe solidaria
de otros órganos, piedra;…”.
Pues, las dimensiones –si bien es cierto entre sí están comunicadas- algunas se encuentran abismadas, desprovistas de una solución de continuidad, irremediablemente ensimismadas dentro de sí, irreductiblemente separadas dentro de su hondura leibniziana, como mónadas portadoras –dentro de su hermética esencia- de primordiales lenguajes que sólo una abisal sensibilidad podrá verbalizar humildemente como lo hace Luis Gil.

El lenguaje de Luis Gil nos parece tan incoherente y desvalijado de significación, puesto que responde a una imperiosa necesidad por fraguar una personalísima sintaxis; donde desarticuladas las conexiones, desfigurándose cada vez más los vocablos, dislocándose la temporalidad ficcional, inmiscuyéndose dentro de la perplejidad discursiva lo paradojal, con desdibujados fonemas extraviándose dentro de su propia resonancia esquizoide, fusionándose con automatizadas grafías dentro de un solecismo y de una alteración semántica de los vocablos envejecidos, que han ido acumulando y trasbordando a sus espaldas una carga inmemorial de oxidación histórica; se hace un uso inaudito de las mayúsculas, comas, guiones, paréntesis, puntos seguidos, puntos apartes, puntos suspensivos, puntos finales, dos puntos e interrogaciones; pareciendo el habla –con reiterativos pleonasmos y frases estropeadas- de un enunciador neonato que, a la manera de la pueril y edénica simplicidad del verbo de Trilce, trasunta la imposibilidad del castellano ordinario para expresar una realidad mística y metapoética:

“Quién hace tánta bulla, y ni deja
testar las islas que van quedando.

Un poco más de consideración
en cuanto será tarde, temprano,
y se aquilatará mejor
el guano, la simple calabrina tesórea,
que brinda sin querer,
en el insular corazón,
salobre alcatraz, a cada hialóidea
grupada.” (César Vallejo: I –“Trilce”).

“Nuestro muerto; la costilla que crece en el carro

que se pretende.
(Así se iniciaron los relojes)

Ya no llamará a la muerte-dices
ya no nos llamarás:

Lázaro, no nos fuerces:
Tu ínsula es la más próxima”. (Luis Gil: 5-“Aro de madera”).
De los rasgos retóricos que caracterizan la enunciación poética postmoderna tenemos el fragmentarismo que Luis Gil trasunta y transcribe fielmente en sus piezas poéticas: Una discursiva discontinua que se va plasmando con los pedazos de una realidad explosionada y que proclama -dentro de sus configuraciones formales- veraces absurdidades existenciales:

“Parta adelante, vaya, como la bomba
que da vida a los albedríos.
Gigantes, para que sienta el peso
del amor”.

“Conozco. Sólo uno entre los cabellos
como un obrero y tuerca de nuestras

espaldas.
En su
gota,

Ya está fría. Y esta fe: Así, armemos un pedazo.

Y sabremos”.

Si hablamos de una paternidad estilística –dentro de la tradición piurana- Luis Gil procede de la prosapia de Róger Santiváñez, que distorsionando deliberadamente la sensatez comunicativa del universo poético pone en tela de juicio el papel del poeta como comunicador; aspecto que muy palmariamente grafica en su más reciente trabajo denominado “Labranda” donde cada verso es una construcción densa que va conformando paso a paso una arquitectura de poemas donde densidad y ligereza se entreveran, contraponiendo con acierto y mano segura elementos personales y universales, mediante fuetazos que vibran y sueltan sus ondas y eslabones rumbo a lo astral :

“Corales caracoles estrellas

Invocadas fui llevado a conocer
Su puerto mas no fue Constitución
Sino el Nuevo Puerto de la yerba
Reunida con Jimmy a la volada

Hendrix a todo volumen en la radio
& el auto sometido a redada policial
Que belleza de la mar hirviendo
& todo el movimiento de la Brava…”.

Y un poco más adelante tenemos al poeta Jesús Espinoza Pariatón –miembro conspicuo, durante los noventa, de la Estirpe Generacional “Los Ángeles del Abismo”- que mezcla la respiración rítmica en el organismo textual con construcciones discursivas vertidas de vitales irracionalidades:

“Y en todas ellas encontré
triplificación;
porque la literaturx
como the poyehegetix
unidos van…”.

“Cadapasaytimy,
Mayupatachampy
Risuscusmayuc,
Piñascaihacán,
ins
ans
pans,
pagara,
Junque,
Yunque
Respetado y universal profesor César Vallejo”.

Apareciendo junto a Luis Gil su coetáneo Elton Rivera Ramírez –ganador de los Primeros Juegos Florales “Carlos Augusto Salaverry (Área Poesía) convocados por la Municipalidad Provincial de Sullana y la Coordinadora Nacional de Artistas/ Intelectuales del Perú (2 007)- que semejante a Él tiene un registro que abstrae en extremo, pues aloja dentro de locus sintácticos dispares referentes, el universo verbal:

“Cuerpo sombra,
rostro mundano,
es la saliva del ojo,
que calla cuando grita…

Abismos planos,
trae la lluvia de pelo largo,
es la anemia cromática,
Desnuda.

El sexo etéreo. Afiebra tus huesos iluminados,
por los pechos de la luna.

Y doble tus nalgas en la mitad,
para escribir: Los latidos del papel,
esas líquidas serpientes de alas nostálgicas,
fulgorean fulgorean…

En la ceniza húmeda;
aorta del tiempo,
buscada por cansados colores.

Ápteros.

Mariposa de aire,
la ecuestre sonámbula,
ve disecar su espejo,
en azúcares lagrimas…

Jinetes…jinetes…,
son los celajes,
fruto de la hostia.

Metáfora. Lupanar de musas…

He coagulado silencio,
en estas cuatro palabras.

Olvidó la acara esperanza,
tejer las almas con aterciopelada lujuria,
lujuria ¿Quién te madura?
quemadura ocasiana…

Heme acuario árbol,
cielo embotellado,
ebrio en estrellas espinosas,
vuelve a reír la cuclilla,
entre las hoja que maúllan…”.

En suma; Luis Gil, erigiendo su universo a partir de una unidad argumental: El develamiento progresivo hacia una infinita vinculación metafísica y enunciativa, es una de las voces más osadas aparecidas en esta afligida y autista generación postmoderna.

LA BATALLA DEL ÚLTIMO SEGUNDO Y LOS CONDENADOS DE LA TIERRA


“La juventud de un país subdesarrollado es frecuentemente una juventud ociosa. Primero hay que darle ocupación......La concepción capitalista del deporte es fundamentalmente distinta de la que debería existir en un país subdesarrollado. El político africano no debe preocuparse por formar deportistas, sino hombres conscientes que, además, sean deportistas. [De lo contrario] pronto se contemplará la podredumbre del deporte por el profesionalismo, el comercialismo....No hay que cultivar lo excepcional, buscar el héroe, otra forma de líder. Hay que elevar al pueblo, ampliar el cerebro del pueblo, llenarlo, diferenciarlo, humanizarlo. Volvemos a caer en la obsesión que nos gustaría ver compartida por todos los políticos africanos, la necesidad de ilustrar el esfuerzo popular, de iluminar el trabajo, de desembarazarlo de su opacidad histórica”.

(Frantz Fanon, en Los condenados de la tierra)



POR: César Ángeles L.

PRIMER TIEMPO

Con estas palabras caracteriza el escritor y político martiniqués, Frantz Fanon, la actividad deportiva a raíz del período revolucionario vivido por Argelia, desde fines de los años 50 (la guerra de guerrillas contra el colonialismo francés terminó con los acuerdos de Evian de la independencia de Argelia el 5 de julio de 1962). Publicada póstumamente en 1961, su obra más influyente, Los condenados de la tierra (Les dammés du monde, con Prólogo de Jean Paul Sarte), aborda diversos aspectos de ese proceso, pero también del continente africano y, en general, de lo que por entonces se llamaba el Tercer Mundo (“países subdesarrollados” también los llama Fanon, con una terminología hoy criticada y en desuso en los análisis más serios del campo cultural, político y social). Esta obra, y esta cita en particular, nos vienen a pelo, ahora que la selección peruana de fútbol de mayores acaba de obtener un esforzado empate ante el reciente campeón olímpico: la selección de Argentina. El partido del pasado 10 de setiembre, en el coloso del Monumental, tuvo un sabor especial, no sólo por aquel rival de polendas, sino también por la tradición contradictoria y compleja que en el plano deportivo existe entre Perú y Argentina, desde aquella recordada faena en la Bombonera en 1970, con unos novísimos Cubillas, Sotil y sobre todo un jamesdeaniano Roberto Challe, entre otros buenos jugadores de aquella época, además de la sospechosísima goleada de 6 contra 0 que encajó la selección peruana ante Argentina en el Mundial de 1978 realizado en este país (un resultado que permitió la clasificación argentina a la final -que ganó- y que se ha prestado a varias conjeturas, entre las que resalta la “echada” del seleccionado peruano para favorecer a su rival)*.

El partido del pasado 10 de setiembre, en el coloso del Monumental, tuvo un sabor especial, no sólo por aquel rival de polendas, sino también por la tradición contradictoria y compleja que en el plano deportivo existe entre Perú y Argentina, desde aquella recordada faena en la Bombonera en 1970, con unos novísimos Cubillas, Sotil y sobre todo un jamesdeaniano Roberto Challe, entre otros buenos jugadores de aquella época, además de la sospechosísima goleada de 6 contra 0 que encajó la selección peruana ante Argentina en el Mundial de 1978 realizado en este país (un resultado que permitió la clasificación argentina a la final -que ganó- y que se ha prestado a varias conjeturas, entre las que resalta la “echada” del seleccionado peruano para favorecer a su rival).1 A lo anterior habría que sumar esos dos partidos para la eliminatoria de México 86 frente a Argentina, con la última selección peruana merecedora de tal nombre; sino yerro, allí se dio nuestra única victoria en Lima frente a esta selección, 1-0 con gol del “ciego” Oblitas, siendo director técnico el mismísimo Roberto Challe. Décadas después, otro empate contra ese rival ha puesto en primer plano a los futbolistas de la actual selección de mayores.



Idos ya los días de la glorificación de los integrantes de la sub 20, los “jotitas” (a quienes se les hizo una serie en la TV peruana y todo), con su rutilante estrella Reymond Manco, hoy en Holanda, (siguiendo los pasos de una estrella local hoy cuestionada por el escandalete del Hotel El Golf: Jefferson Farfán); idos también los días de las tan inesperadas como celebradas victorias internacionales del club cuzqueño Cienciano ante los emblemáticos clubes porteños River Plate y Boca Juniors, que lo consagró campeón en la Copa Sudamericana y, luego, en la Recopa. Sí, pues, el empate ante Argentina de hace unos días ha desplazado del imaginario peruano todo ello, y también la aclamada reciente participación de la selección de menores de vóley que logró el subcampeonato en el último Sudamericano y, de esta manera, el pase a las Olimpiadas de México 2009, algo que hace años no se lograba con este deporte, que tuvo en Seúl 88 su más brillante y trágica perfomance. Brillante por la medalla de plata obtenida aquel entonces ante la poderosa Unión Soviética (aún resuena en mis oídos los gritos y gestos de oso siberiano del entrenador soviético, de seguro carajeando a sus muchachas cuando el marcador iba 2-0 a favor de Perú. Esto, por cierto, me resuena tanto o más que el legendario cachetadón que, según se cuenta, solía estampar el DT peruano Man Bok Park a sus matadoras cuando estas no cumplían sus indicaciones). Y trágica porque, para no variar, cuando en ese partido final la selección peruana iba ganado dos sets contra cero, por un peruano destino de los astros, la selección soviética dio vuelta al marcador y obtuvo así la medalla de oro. Llantos, abrazos compungidos, lamentos, valses, y cajón.


INTERMEDIO



A lo que iba con todo este largo hilo de memoria deportiva es que este empate reciente en el fútbol ha desempolvado pasiones, reverdecido aletargadas místicas, resucitado elogios y reciclado epítetos encomiásticos a favor del DT peruano José “Chemo” del Solar y sus dirigidos, empezando, por supuesto, por los héroes de la jornada: el “loco” Vargas, lateral que se sopló solo media cancha hacia el arco rival, para dar el pase de gol más famoso de estos últimos años, y claro que el “gavilán” Johan Fano, que puso la puntita justa, oportuna y sagrada introduciendo la pelota servida en el arco argentino en el último segundo del último tercer minuto del tiempo suplementario que el árbitro Carlos Amarilla (quien sacó, es verdad, varias tarjetas amarillas, 8 en total durante todo el encuentro) concedió en el segundo y último tiempo de ese partido. Es decir, un empate a las justas, bordeando el abismo, típico gol peruano, mismo bus interprovincial que estuvo a punto de caerse y, oh dioses del parnaso, no se cayó, flotó en el aire, dio una cabriola, y retornó a la pista llegando en primer lugar sobre una carretera malherida como van por ahora (¿y antes no? ¿y mañana tampoco?) las averiadas calles de la capital perucha, la Lima de tus amores.

Y todo ello borró los malhumores y maldiciones contra esta selección de fútbol de mayores (que, no olvidemos, sigue en penúltima posición en la tabla para conseguir un cupo al próximo Mundial de Sudáfrica), contra su entrenador, contra la comisión mundialista, contra el tantas veces cuestionado presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Burga y su collera, etcétera. Todo volvió casi a fojas cero. Y estamos ahora frente a un equipo de valientes, que no arruga, que al igual que hizo Chale en el 70 en plena Bombonera (la foto ha recirculado estos días e incluso antes del partido) le puso la pelota en la nuca a los jugadores argentinos, les sopló a la oreja lisuras del Callao (eso dijo el chico Zambrano, el “León”, que no se amilanó ante la clásica y legendaria boquilla borgiana argentina), y por fin que todos los seleccionados, como nunca, o al menos como hace mucho mucho tiempo, pusieron lo que tienen, pues, los hombres entre las piernas velludas: huevos, garra, coraje. ¿Qué mejor símbolo de todo eso que la carrera del loco Vargas (“¿de dónde sacó Vargas ese aire?”, declaró asombrado a la prensa el seleccionador argentino, el “Coco” Basile, hoy vapuleado hasta por sus propios jugadores, según leo en los diarios), y el pundonor constante que coronó con su oportunismo final el cholo gavilán Fano? A este último hasta lo comparan ya con el amado cholo Sotil, y a Vargas lo han disfrazado de Superman en alguna carátula periodística nativa: a ambos se les glorifica. Si recordamos la cita de Fanon, cabe hacer algunas acotaciones para tener en cuenta si queremos hacer de la vida algo anclado en la realidad, y de nuestros sueños e ilusiones algo viables.


SEGUNDO TIEMPO



Las victorias y derrotas de un equipo son eso: de un equipo. Así que hubo, y esperemos siga habiendo, un esfuerzo colectivo que sustenta esa fuerza final de esos dos importantes jugadores ya mencionados. Lo mismo debe decirse, por cierto, de los citados casos de los “jotitas”, del club Cienciano, de la selección de menores de vóley, e incluso de las selecciones de vóley y fútbol que en la historia peruana del deporte lograron algunas victorias y reconocimientos en sus trayectorias (no estamos aquí abordando otros deportes que en el Perú han obtenido meritorias victorias, muchas veces desdeñadas por el periodismo o las dirigencias nativas, de seguro por razones de marketing y menores intereses económicos que se mueven en esas disciplinas). Nunca será suficiente insistir en el esfuerzo colectivo, como decía Fanon, antes que “cultivar lo excepcional”. Claro, Fanon se refería al esfuerzo de todo el pueblo africano, o de todo el pueblo de una nación como Argelia. Me pregunto qué relación podría encontrarse en este empate con sabor a victoria con la historia del pueblo peruano. Qué relación podría hallarse entre estos jugadores que aparentemente han renacido de las cenizas y la mayoría del pueblo peruano, que aun maltratado durante siglos por sus propios dirigentes y gobiernos no cae del todo, renace del barro y vuelve tercamente una y otra vez para lograr triunfos en diferentes campos de nuestra historia.

Asimismo, otra cuestión en que insistía Frantz Fanon es la conciencia. Es decir, darnos cuenta qué se tiene al frente. ¿Una victoria? No. Es un empate, igual que en la mitificada gesta en la Bombonera de 1970. ¿Qué hace que un empate agónico en casa se convierta en una fiesta superlativa? No cabe duda que la carencia de victorias y sobre todo de amor propio que el fútbol peruano ha venido mostrando en las últimas décadas, por ser generoso con el cómputo de fechas. Pero concedamos aquí que ese empate tiene un sabor grato por lo dicho, por la garra mostrada, por pelear hasta el final. En verdad, todo este equipo lo había hecho, unos más que otros, pero en general el rendimiento en las filas peruanas fue parejo, a lo largo de los 90 minutos del partido. Lo que por cierto no niega las figuras más descollantes dentro de este esfuerzo y voluntad de cambio colectivos. Así que concedamos la legitimidad de esa alegría, más allá de lo que algunos han empezado a decir luego, que se debió a los premios en dólares que fueron ofrecidos y etcétera (en otras ocasiones también se ofrecieron jugosas sumas y los resultados fueron catastróficos, aun más, vergonzosos. No perdamos de vista, ante todo, que el fútbol es un gran negocio por encima de tantas cosas). ¿Pero ahí queda la conciencia de lo obtenido? No. Fanon ha insistido, y aquí lo suscribo (¿yo solo?) que se trata de un asunto de conciencia. Sería bueno saber qué exactamente se está celebrando, y desde dónde y hacia dónde, con este empate ante el campeón olímpico Argentina.

Me atrevo a afirmar que se celebra algo tan peruano como lograr lo imposible y positivo más allá de los obstáculos. Vencerlos aunque todo apuntara en contra. Lo confieso, faltando un minuto para el final, viendo este partido, me amargaba una vez más diciéndome por qué esta selección de fútbol aun jugando como jugó, es decir, jugando fútbol, como antes no lo hizo, tenía siempre que perder faltando 10 minutos como sucedía luego del malhadado gol argentino. Y entonces me dije por qué en un país con tantos brujos y chamanes no se unían todos para que esto no acabase así, siquiera una vez. Cómo sería, imaginen, mi sorpresa, cuando al minuto de mis palabras se produce el empate que ha sido visto por todos, incluso fuera del Perú. Y más sorpresa cuando al día siguiente, en los diarios, se informara que un conocido club de fútbol peruano había contratado a unos brujos para que ayuden a la selección. Me sentí poeta-mago, prestidigitador, con poderes visionarios, un Rimbaud del fútbol. Mínimo.

Pero todo ello significa que ante la improvisación, ante la falta de planes, ante el sinfín de trabas desde las propias autoridades, un colectivo como este equipo, aun contra sus propios fantasmas y recaídas en individualismos estériles, podía lograr torcer el brazo a su propia mala trayectoria y conseguir el objetivo propuesto (“ganar 4 puntos de los 6 en disputa”, como había adelantado el capitán “Ñol” Solano refiriéndose a los partidos recientemente jugados ante Venezuela y Argentina, con ulterior triunfo ante el primero y empate con el segundo). Es decir, el alma peruana se vio expresada en ese grito de gol imposible, insospechado, y quién sabe si fuese resultado de algo tan irracional como la magia antes que del trabajo concreto. Recordemos también que nadie daba un céntimo por esta selección antes del partido contra Venezuela, días antes. Y que ante Argentina pocos creían que podía lograrse un buen resultado.


SUPLEMENTARIO



Pero quiero terminar con una invocación final para no hacerla larga. ¡Saquen las manos del fútbol y de los deportes en general! ¿Quiénes? Todos los comentaristas deportivos, los presidentes del Perú, los políticos, los administradores, ayayeros, comechados, acomodados, sobones. Saquen las manos de todo el deporte que se hace en este herido territorio. Los propios deportistas sabrán qué hacer. Cuanto más se mete el poder y principalmente esta burguesía dependiente que rige el Perú, peor ha de ir todo. Si se trata de apoyo económico, que se deposite en cuentas bancarias, anónimamente. Pero que no vaya nadie abrazando y subiéndose al carro de las victorias parciales o totales que los deportistas peruanos van logrando. Cuanto más cerca se esté de la realidad, cuanto más conscientes sean los deportistas de para quiénes están jugando, cuánto más puedan sentir que lo hacen por su propia gente, aquella que creyó en ellos mismos desde pequeños, desde adolescentes, desde antes que tuvieran dinero, carros o ropa de marca, cuanto más se vinculen, es decir, a la masa que los vio nacer, mejores resultados tendrán. Cuanto más vuelvan, como sabía el gran poeta César Vallejo (que él solo es un carrerón como el del “loco” Vargas y varios “gavilanes” Fanos juntos, en la escena internacional), a sus propias raíces populares, mejores cosas harán. Lejos de todos ellos el poder y el tejido del poder corruptos del Perú y de otras partes del mundo. Lejos de todos ellos el abrazo burgués que corrompe las mentes, las conciencias, los espíritus.

De eso también hablaba Fanon. Que todas y todos ellos reconozcan que sus victorias son de otros también, cuando se ven como parte de una comunidad, y sobre todo que son fruto del trabajo, no de alguna iluminación de divos, de elegidos, ni del movimiento sincopado de los huayruros. Es decir, cuando se valore el trabajo que libera (no el otro, que sujeta). Cuando a diferencia de estas élites parásitas que han exprimido las tetas de este país se quieran a sí mismos, porque saben que todo lo que logran es fruto de su propio esfuerzo y talento cultivado. Y que eso que logran será más grande en la medida que esté al servicio de quienes necesitan tanto de esa fuerza. Los deportistas serán mejores deportistas cuando antes que nada quieran ser personas conscientes, que estén en esta vida con ojos y alma abiertos a la realidad que acontece, cuando no crean que lo que no tiene valor lo tiene, y cuando den valor a lo que realmente lo posee. Es decir, cuando se politicen, cuando cada cosa que hagan esté dentro del torrente de transformación corajuda de las masas. Un deportista que dé la espalda a todo esto, que se conforme con los privilegios y símbolos vacíos con los que el capitalismo suele engatusar a los más destacados, será poco a poco un ser intrascendente y no quedará en la memoria de los hombres. El deporte es apenas una faceta del ser humano, y todo lo sucedido estos días demuestra que los gritos de victoria que se han venido expresando luego del empate ante Argentina no sólo están gritando aquel gol en el último segundo. Esos gritos echan sus raíces en el nudo más oscuro de nuestra historia. O para decirlo mejor, en el fondo ocultado del pueblo. Refiriéndose a la garra evidenciada en el empate ante Argentina, el Fauno de esta fiesta me ha dicho que ojalá fuera así el Perú. Mi respuesta fue que quizá eso era el Perú, pero que la historia y el poder oficiales han venido ocultando los momentos más extremos y poderosos de este país. Y aquí solo se acuerdan de las derrotas, o de las gestas parciales y en verdad mediocres de las élites y sus batallas limítrofes, o de sus valientes victorias militares contra los levantamientos de una población armada de piedras y palos, o poco más que eso. Urge poner siempre, en primer plano, las gestas heroicas y las victorias que las mayorías han venido haciendo en el Perú.

Los deportistas que den la espalda a todo ello verán cómo sus almas, al igual que en El retrato de Dorian Gray, la célebre novela de Oscar Wilde, se les envejece, y sus victorias habrán de carecer de ese sabor popular y radical que tienen cuando se enraízan en el colectivo. No otra cosa estarán sintiendo, por ejemplo, aquellos futbolistas que se han quedado marginados de la selección por creerse excepcionales, fuera de un equipo, por ocuparse en cuestiones triviales y frívolas. No significa que quienes integran hoy esta selección sean demasiado diferentes a quienes no fueron convocados esta vez. No seamos idealistas. Pero al menos en la cancha, y en ese partido ante Argentina 2008, han podido demostrar algo diferente. Esperemos que no sea golondrina -o gavilán- de un día. Esperemos que no sea una máscara de jabón que la destiñe el paso inclemente de los días. Esperemos que alguien en ese grupo haya entendido hondamente qué significa hacer deporte en un país y un planeta como estos. Es, como han dicho ellos mismos, una cuestión de coraje. Y no precisamente se mide el coraje contra 11 jugadores argentinos. Ellos fueron apenas el rival de turno. Dejemos otra pregunta: ¿A quién se ganó realmente? O ¿a qué? Y también, ¿a quiénes y, sobre todo, a qué falta aún ganar muchos más partidos? Estoy seguro de que no solo Johan Fano y Juan Vargas tienen la respuesta (si la tienen).

GOL

A la bandera del Perú le sobra un color. ¿Cuál?


*Una de las hipótesis que se barajó en la prensa es la siguiente que tomo de la net: “Dentro de unas semanas se publicará el libro ‘El Hijo del Ajedrecista 2’, segunda entrega de quien fuera hijo de uno de los grandes narcotraficantes colombianos del cártel de Cali, Fernando Rodríguez Mondragón. En él se cuenta cómo sobornaron a la selección peruana de fútbol -aunque sin indicar la cantidad- para ayudar a la de Argentina a conquistar el Mundial de 1978 y también que hicieron una jugosa oferta a Maradona para jugar en el América de Colombia. En aquel Mundial, Perú perdió por 0-6 frente a Argentina, algo que le permitió avanzar en el torneo y eliminar a Brasil. "De primera mano supimos cómo fue lo del partido Argentina-Perú. Mi tío Miguel habló con un grande del fútbol mundial y le confesó lo del dinero que hubo para arreglar ese partido para sacar a Brasil de la final", sostuvo el hijo de Gilberto Rodríguez, conocido como 'El Ajedrecista' en el cártel de Cali”.

EL REGRESO II


En estos meses, leyendo Santivañez City en Colán; con Nenfas, novísimo integrante de Plazuela Merino, por las calles soledosas de Piura.

jueves, julio 24, 2008

EL REGRESO DE ROY SANTIVÁÑEZ


Reynaldo Cruz

Mi primer descubrimiento de Roy Santivañez fue cuando un descuidado lector me presto una copia de Sueños de Ecce Homo –número único y para coleccionistas- con poesía erótica de Sigifredo Burneo, Mito Tumi, Carlos Guevara, Laly Vallebuona, y por supuesto el chico que se declaraba con la mirada , Roger Santiváñez; ejemplar que sin duda nunca devolví.

El 01 de agosto de 2006, Roy presentó en nuestra ciudad Dolores Morales de Santivañez, 2 años antes había hecho lo propio con Eucaristía. Para la primera ocasión, llevaba 2 años en la Universidad Nacional de Piura, y andaba más ocupado en encontrar un ideal que en la literatura, a pesar que por esos días frecuentaba Aula 34, donde encontré a conocidos como los muchachos de Café de Artistas, no se por que extraña razón no asistí a la presentación Eucaristía.

A mediados del 2006, mi buen amigo Fabián Bruno me comunicó la visita de Roger Santivañez a La Ciudad del Deseo, para presentar su última publicación Dolores Morales de Santivañez, en aquella fecha empezaba a frecuentar la sala de redacción de El Tiempo, como colaborador, entonces decidí contactarme con Roy para realizar una entrevista, propuesta que aceptó.

La entrevista pactada tuvo que ser postergada el mismo día previsto para un día después, por cuestiones técnicas (uno de mis buenos amigos había prestado mi reportera ese mismo día), y no tenía a un fotógrafo del diario a mi disposición. Cuestiones del oficio que nunca faltan.

Al día siguiente, provisto de reportera y una cámara de papel, ingrese al hogar paterno de Santivañez, acompañado de Dany Cruz, amigo poeta que se le ha dado por estudiar filosofía. No recuerdo cuanto tiempo duro la entrevista, pero fue extensa. Ese día aprendí tres cosas: Roy era un pata chévere, decidí que quería ser poeta en serio, y que Dany Cruz como fotógrafo era un buen pata.

De lo conversado con Roy, quedan buenos recuerdos, y de lo leído, un disfrute de sus versos. Recuerdo haber leído sus poemas en la Plazuela Merino, y como siempre la expresión fue la misma: que paja es esta poesía.

Ahora, Roger Santivañez, está en Perú, después de 2 años para entregar su última creación literaria: Labranda. Espero encontrarme con él, y compartir una cerveza bien helada, mientras conversamos de poesía y las musas que siempre estarán presentes.

“En Piura cae otro atardecer inmisericorde con la poesía. Es decir yo puedo escribir que estoy solo y puro, que mi vida es un reciclaje sorprendente, pero nada será como el poema más bello nunca logrado. Porque es inexistente, pero es”.

Roger Santiváñez


San Miguel de Piura, julio de 2008.


Nota: Reynaldo Cruz entrevistando al Chico que se declaraba con la mirada.

martes, julio 08, 2008

SOBRE ETERNIDAD DE RICARDO MUSSE

Javier Vílchez Juárez

El espíritu creador es como el chilalo,
ese animalito volador que si lo
enjaulas, muere.

A veces suelo pensar que me estoy volviendo un ser demasiado sensible o demasiado duro para serlo. Pero lo que estoy seguro, es que no he cambiado mi disposición para expresar lo que pienso sin tener que arrepentirme de ninguna de mis palabras. Es más, suelo ser mucho más directo con las personas a quienes estimo de una u otra manera.

Si bien es cierto, la experiencia te dota de herramientas que te permiten dar una crítica certera, creo, a pesar de mi juventud, que soy capaz de dar una opinión acerca de las observaciones que realizo en mis lecturas.

He terminado de leer el poemario que, de manera amable, me obsequió el poeta Ricardo Musse, el cual lleva como título eternidad, publicación a cargo de la Editorial Pluma Libre; y me he visto en la necesidad de escribir estás líneas a fin de expresar la impresión que la lectura de los poemas contenidos en éste produjeron en mí. Cabe mencionar que las apreciaciones acerca del poemario no están sujetas en ninguna forma o sentido a mi posición con respecto a la religión.

Antes de dar mis impresiones, no está de más decir que estoy de acuerdo con las palabras contenidas en los cinco primeros párrafos del prólogo realizado por José Lalupú. “Ricardo Musse en su primer libro Cinematografía de una adolescencia logró desarrollar un lenguaje en la que se da “una hermosa contradicción de lo grotesco bello, que es un signo de arte moderno”. Recuerdo que la lectura de dicho poemario me produjo un estremecimiento profundo, especialmente por la nostalgia cargada de recuerdos de la abuela y de esa adolescencia que con lentitud se va desvaneciendo, quedándonos sólo las sucesiones de imágenes vividas como cortos de cine. En cuanto al poemario El espíritu giratorio del viento, del que Lalupú se refiere “la palabra de Ricardo Musse se volvió evanescente, pasó del peso a la levedad y despegó de la tierra”, mis apreciaciones no difieren en absoluto. Si bien en Cinematografía de una adolescencia R. Musse dio muestra de ser un poeta que se esfuerza por lograr una voz propia, en este segundo libro, se puede apreciar un trabajo más concienzudo. En los libros antes mencionados se puede percibir la voz de un hombre libre, que cuenta con la única fuente que le puede llenar de gozo y que le permite ser el creador de una melodía inconfundible. Pero, como ya lo he expresado, aquella voz sólo se puede percibir en los libros anteriores.

Un poema, a mi parecer, se asemeja a una carretera sobre la que nos deslizaremos con nuestro auto (que en este caso es la mirada atenta con la que realizaremos nuestra lectura ) y depende de ésta que nuestro viaje sea o no agradable. El auto puede que encuentre un tanto viejo, pero si la carretera es lo suficientemente lisa, los únicos estremecimientos que sentiremos serán las ondulaciones de la geografía. Pero si ésta, la carretera, tiene defectos, tendremos que esforzarnos para que nuestro auto pueda evitar los golpes desagradables, y aún así no lo lograremos. En tal sentido, los buenos poemas son aquellos que se asemejan a la carretera lisa, porque que te permiten realizar la lectura sin ningún problema, dejándote una sensación de plenitud. Y las ondulaciones geográficas (altibajos que no son causa de molestias, sino de gozo) no son más que los clímax que hacen de nuestro viaje una experiencia interesante. Tomando las palabras de Lalupú, la tarea del poeta es hacer que en cada uno de los versos “no le falten [o sobren] palabras para decir todo lo que [se tiene que decir]”. De manera contraria los malos poemas están plagados de defectos (carencias de algunas palabras o de exceso de otras, muchas veces rebuscadas y nada poéticas) que lo único que logran es hacer de nuestra lectura demasiado lenta e insoportable, como sucede en el caso de la lectura de muchos versos de los poemas que contiene el libro eternidad.

Conforme ha pasado el tiempo he podido diferenciar dos tipos de poemas, aquellos que tienen la seriedad con que se aborda la verdadera literatura y que, a mi parecer, pueden ser publicables; y aquellos otros que sólo se limitan a ser un regalo halagador y “bonito” para algunas personas allegadas, y que no tienen más mérito que el que le da la intención del momento, por lo que no deberían ser publicados. En el caso de los poemas contenidos en el poemario eternidad, los puedo ubicar en este segundo caso. Cosa que me resulta triste, porque siendo producto de un poeta de la calidad de Ricardo Musse, no lograron estar a la altura del mismo.

El uso desmedido de adjetivos para crear epítetos, como en los casos siguientes que se pueden encontrar en los poema I y X¸ (sin que esto implique que en los otros no se dé) sirven para dar ejemplos concretos a lo expresado líneas arriba: “frágiles palabras”, “insondables silencios”, “atávicos cánticos”, “consoladora eternidad” “compasiva omnipotencia”, “inconmensurables corazones”, “silentes aflicciones”; además de palabras poéticamente inaceptables como “jaculatorias”, “responsos”; sin mencionar palabras extensas y que demandan de una pronunciación lenta como: “enmudeciéndome”, “clamorosamente” , “omnipotencia”, “inconmensurables”.

Por otro lado, aunque sin temor a equivocarme, me atreveré a realizar observaciones con respecto a la nueva postura que ostenta el poeta y que de una u otra manera ha repercutido en su escritura. En primer lugar, considero que una de los rasgos que caracterizan a los buenos artistas es la búsqueda constante -a parte de los temas- del lenguaje que servirá de base para edificar su obra; es por ello que muchas veces los artistas que han logrado tener (en el caso de los escritores) una voz propia y que sólo se contentan con mantenerla, terminan siendo los plagiadores de sí mismos; caso concreto que ha sucedido con el poeta Ricardo Musse. Si bien es cierto, lo que acabo de decir traerá inmediatamente la respuesta de quienes aseguran que esto no es válido, porque –algo recurrente en los narradores-escritores de la talla de Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, por ejemplo, han escrito la mayoría de sus obras utilizando el mismo lenguaje –posición que considero aceptable-; pero que, si nos ponemos a analizar, no han ofrecido otra propuesta innovadora que responda a la altura de sus ingenios, como lo hizo por ejemplo el poeta Cesar Vallejo, en el que vemos formas diferentes desde Los Helados Negros hasta llegar a Trilce. No pongo en duda que la forma de escribir de los dos primeros escritores son buenas propuestas, pero lo único que han hecho de ellas es acentuarla como su molde constante. Como ellos casi lo mismo ha sucedido con la escritura de Ricardo Musse; pero en el caso de éste, logra darle una forma depurada en su segundo poemario, El espíritu giratorio del viento, y en el último, eternidad -en el que se esmera por seguir con el mismo estilo, pero un tanto recargado-, lo único que logra es deformarla.

En segundo lugar, cabe recordar que Ricardo Musse perteneció al grupo denominado “Ángeles del abismo”, que reunía a un grupo de escritores jóvenes con alma rebelde, que les permitió desarrollar un tipo de literatura explosiva. Tal vez la misma rebeldía, esa ausencia de paz interior le permitía dar a su literatura ese toque especial; el espíritu que se niega a aceptar una sola verdad era la base de su arte. Para quienes estamos inmersos en este mundo literario sabemos que cuando el artista no posee una paz interior o por lo menos está en busca de ella; mientras se encuentra en esta situación de delirio espiritual su arte se muestra más expresivo y libre. Pero cuando éste, el artista, ha encontrado aquello que le da lo que busca, entonces quien pierde es la literatura, pues ella se verá sujeta a los parámetros de aquello que ha encontrado, sin darle otra salida.

Sin el ánimo de colocarme en una postura recriminatoria –pues soy partidario del libre pensamiento y creencia-, cabe decir que aunque la religión (cualquiera que sea) resulta indispensable para muchas personas que no encuentran su realización personal alejados de ella. Para los artistas que se ven sumergidos en esta, no les queda otro remedio que adaptar su producción a los parámetros de la misma, por lo que muchas veces la religión resulta nociva para su arte. Soy conciente también que lo dicho puede que encuentre su refutación con el sustento de variados ejemplos de muchos personajes, del mundo literario a través de la historia, que han profesado su fe religiosa sin que ello haya repercutido en la creación de su obra; pero puedo decir casi en su totalidad que ellos ya profesaban aquella fe, a diferencia de R. Musse, quien no lo ha profesado sino hasta hace muy poco, siendo antes de espíritu libre y rebelde. En tal sentido, el escritor –así como el resto de artistas ostentan esta postura- debe lograr hallar el medio adecuado para evitar que su postura religiosa no afecte su libre creación del arte. Si bien resulta agradable que Ricardo Musse por fin haya encontrado la paz interior que tanto buscaba, a través de la religión que profesa, de manera particular espero, que su próxima entrega siga conteniendo el mismo espíritu creador que caracterizó sus primeros poemarios.

jueves, julio 03, 2008

PRESENTACION DEL POEMARIO ETERNIDAD DE RICARDO MUSSE

EL día de hoy se presenta el poemario Eternidad de Ricardo Musse Carrasco, en la Alianza Francesa; la cita es a las 7.30 de la noche. dicho libro está prologado por José Lalupú Valladolid.

De este nuevo poemario Ángel Hoyos Calderón expresa: nos pone frente a una suerte de Rosario personal. Sus diez fragmentos, a modo de oraciones, desarrollan reflexiones y plegarias de una persona al límite de la angustia, en cuya soledad recurre a Dios como último refugio, como ese silencio eterno e insondable donde sus lamentaciones se acallarán. “Hasta a Dios le duelo”, parece resonar a lo largo del poemario, idea que manifiesta la doliente carga emotiva con la que sus lectores -ya sean creyentes o no- se podrán identificar. Mientras, el escritor sullanero Wilmer Rojas Bustamante asevera: Ricardo, tus poemas desgarradores que claman por un necesario sosiego en tu alma se sumergen en un mundo adolorido y martirizante. Sin embargo, las penas del espíritu también las sana misteriosamente la palabra.

!Salud por tu nuevo libro, Ricardo!

Nota: Portada del libro Eternidad.

domingo, junio 29, 2008

ALPHABETI MYSTERIA... ROGER SANTIVÁÑEZ


Róger Santiváñez, desde Estados Unidos nos envía el presente escrito, que es un Arte Poética, escrito a propósito de la próxima salida de su nuevo libro de poemas Labranda.

Provengo del daimon griego Orpheus, el prístino poeta y shaman del período axial hacia la era logocéntrica, cuya expresión –la Oyma- era también música y la manera de cantar; es decir, la cabala sapientum que ha de permitir nuestro desplazamiento entre los conflictos de una existencia básicamente trágica. La sucesión no es explícita sino tácita. Robert Frost lo moduló así: The golden line of Lyric is a golden light divine.

Piura- Provincia Deserta- con sus casas patricias me otorgó el ideal de l’absence, la perfección que nunca está realmente presente y el silencio que es más musical que cualquier melodía. La búsqueda de un mundo más real que el de los sentidos actuales.Pero la neblina irisada de Lima me enseñó que la poesía debe ser una crítica de la vida. The objective in writing is to reveal anunció William Carlos Williams. Y después (o antes) Dios, que se constituye en un estado eterno de la mente y el corazón. Esto implica la búsqueda de la belleza utópica. No en vano tenemos esta traslación de Mallarmé: After I had found Nothingness I found Beauty. La Donzella Beata, es decir la mujer que di cherubica luce uno esplendore (Dante) nos ofrece en esta tierra. Entonces nace el poema. Y la felicidad parece interminable: musa venit carmine / dulci modulamine. Ella deviene la alegría al cantor porque trae la canción. La poesía comparte su ser con la música desde el momento en que el fraseo verbal está compuesto por sonidos articulados, aun cuando la música en poesía no es algo que exista aparte de su significado. Clavis arcanorum. Robert Creeley lo sintetiza así: I came awake to the blue / white light in the darkness, / and felt as if someone / were there, waiting, alone.

roger santiváñez. Mandorla, mayo 25 de 2008

Fotografía: Mary Soto, Domingo de Ramos, José Velarde, Róger Santiváñez, Mariela Dreyfus, Edián Novoa y Guillermo Gutiérrez, en El Agustino (1982). Tomada de http://www.andes.missouri.edu/andes/Comentario/CAL_Kloaka22.html

UN ÁNGEL MÁS, UN PREMIO MÁS: COSME SAAVEDRA Y EL CONCURSO 2008 PALABRAS

Cosme Saavedra Apón nos sorprende nuevamente con un premio más para su carrera literaria.

Ya ha ganado varios premios, entre ellos: segundo lugar en el Concurso de Cuentos de la librería Crisol – 2002; segundo puesto en el concurso organizado por la asociacion Cultural Todas Las Sangres. Y esta vez gana una mención honrosa en “El Concurso 2008 Palabras”, organizado por la editorial Mesa Redonda, Starbucks Coffee y Zeta Bookstore.

Cosme Saavedra Apón se presentó a dicho concurso con el seudónimo “Tulipán” y con su cuento “Botella LXVI – El Curso de las Estelas”, que en realidad es uno de los capítulos de su novela “Mariana, el purgatorio”, aún inédita en su totalidad.

Cabe resaltar que el jurado del concurso estuvo integrado por: Marcela Robles, Iván Thays y José Güich Rodríguez.

Cosme Saavedra Apón, que últimamente publicó bajo el sello “Sietevientos” la colección de relatos llamada “Ya no llovería para julio” fue integrante del fenecido y emblemático grupo artístico “Los ángeles del abismo”. Cosme Saavedra Apón es un escribiente conmovido-eternamente- por gracia de la literatura. Nuestras más sinceras, amicales y generacionales felicitaciones, nos dice Ricardo Musse Carrasco en su nota de prensa.

¡Salud Cosme por este premio y por tu novelística!

sábado, junio 07, 2008

GRABIELA EXISTIÓ (Una mirada a Mariposa Negra)

Reynaldo Cruz Zapata



¿Tendrá su periódico la decencia suficiente para decir lo que aquí paso…? Interroga el padre del Juez Guido Pazos, a Angelita (Magdiel Ugaz), la reportera del diario chicha EL PAPI, ante su actitud insensible de tomar fotografías de los restos de quien fue uno de los jueces más probo durante el régimen autoritario de Fujimori.

Mariposa Negra, es la historia real de la convivencia del bien y mal en las personas, matizada con la ficción (o quizá no) de finales de la década pasada en nuestro país. De un lado Gabriela (Melania Urbina), es la profesora que vive su mundo celeste, pensando que un día todo va hacer mejor, y quizá esa etapa comience cuando se case con Guido Pazos; y en el opuesto tenemos a Angelita, periodista sensacionalista, a la cual el director de su diario quiere tener como amante. La vida de ambas se entrecruza para desentrañar la verdad.

“Esa soy yo, la estoy pasando bien, por eso me gusta emborracharme, lo feo es al día siguiente, pero mientras dura compensa toda la mierda de la vida” dice Angelita, quien es el personaje que narra la historia Gabriela, la jovencita que perdió la inocencia para lograr en 4 meses y 2 días para llegar a conocer al “doctor”, el poder bajo la sombra de la década pasada.

La trama desarrolla en el cambio de actitud de Gabriela por victimar a la cabeza de todo el aparato de corrupción, psicosocial y desaparición de opositores, Vladimiro Montesinos. En este trayecto Angelita la ayuda mucho a pesar de haber publicado que el novio de Gabriela murió en una orgía gay, quizá por resarcir su culpa, pues la nota era enviada el sistema de inteligencia del régimen, o quizá porque el lado del bien logro vencer esa común máscara de frialdad que tenemos las personas.

Gabriela invierte todos sus ahorros, y deja su moral a un lado, funge de lesbiana, dama de compañía, se engaña a sí misma por cumplir la ansiada venganza: matar al hombre más poderoso del país. Mariposa Negra es una premonición de la muerte, del cambio, del adiós de la inocencia; hay que dejar de ser bueno si no te golpean una y otra vez, aunque no se puede ser bueno siempre, ni malo para toda la vida. El precio de la felicidad es grande, y la felicidad se da una sola vez en la vida.

Hay pesadillas que se deben vivir, porque ya no existen sueños. Hay que hacer cosas aunque el miedo nos aborde, cuando ya no queda nada, cuando nuestra realidad se desbarranca. Una buena película para ver, puede que sólo sea ficción, pero genera en el espectador sentimientos mezclados de venganza y dolor, de pena y frustración.

“Tal vez me encuentres, tal vez no, si no me encuentras ya sabes lo que tienes que hacer, lo que mas quiero es que escribas mi historia, que es la de Guido, la verdadera, no la basura que te hicieron escribir. Van a decir que estaba deprimida, que perdí la razón, que debiste detenerme, que tu tienes la culpa, no les hagas caso, hazme caso a mi, y escribe lo que en verdad paso”. Grabiela.

San Miguel de Piura, 6 de junio de 2008

viernes, mayo 16, 2008

EL BUENO, EL MALO Y EL FEO... Sergio Leone

Western al Spaghetti es un género de films, el cual emergió a mediados de los ’60, y que fue bautizado de esta manera debido a que la mayor parte de los films eran producidos por estudios italianos. Sergio Leone es la figura más resaltante de este género. Aquí una de sus mejores films.

El Bueno, el Malo y el Feo (trailer)




Su música universal...





La escena final de El bueno, el Malo y el Feo.


miércoles, mayo 07, 2008

HOMENAJE A MAMÁ



MADRE


Carlos Oquendo de Amat

Tu nombre viene lento como las músicas humildes
y de tus manos vuelan palomas blancas

Mi recuerdo te viste siempre de blanco
como un recreo de niños que los hombres miran desde aquí distante

Un cielo muere en tus brazos y otro nace en tu ternura

A tu lado el cariño se abre como una flor cuando pienso

Entre ti y el horizonte
mi palabra está primitiva como la lluvia o como los himnos

porque ante ti callan las rosas y la canción.


De Cinco metros de poemas.


Nota: Pintura de Oswaldo Guayasamín.


domingo, mayo 04, 2008

PERIÓDICO DE AYER

Héctor Lavoe y esta canción tan poética, tan salsa...

EL DESTINO DE LOS SUEÑOS DEL ALFIL ROJO

Fabián Bruno

Eduardo Valdivia Sanz nos ha entregado, bajo el sello editorial Sietevientos, su obra prima: Los sueños del alfil rojo. Este novísimo narrador nació en las tierras de Turicarami en el año de 1970.

Lo primero que llama la atención en este conjunto de cuentos, diecinueve para ser preciso, es la influencia de la múltiples lecturas que Valdivia ha realizado. Toma como punto de partida la realidad ficcional para crear otra que obedece a sus propias leyes, creando situaciones diferentes para personajes catapultados, hace ya bastantes años, al mundo real.

En la narrativa de valdivia encontramos al Quijote de la Mancha transfigurado. Se presenta, por ejemplo, en el cuento “El hechizado” como el terrateniente Miguel Mendoza, que es acompañado en sus aventuras por Bonifacio Aldana, un gordinflón que termina cortándose la lengua para no probar los platillos de su esposa, seguir son su empresa y obtener por fin la ínsula prometida por su patrón. Este personaje no es otro que Sancho Panza. También encontramos al Quijote en el cuento “Los adoradores del carnero” como un caballero redentor, al lado del rey de los micomicones.

Después presenciamos a nuestro Quijote en el cuento “Los hongos silvestres” y esta vez va al encuentro de un combate mortal con el caballero rojo, que no había sido derrotado por ejércitos enteros. En el desenlace, Ruiz, encarnación del caballero andante, despierta de su largo sueño provocado por la ingestión de unos hongos silvestres que había preparado Saturnino, su fiel acompañante y que a todas luces es el no menos conocido Sancho Panza.

Desde otra perspectiva, en “La isla” se encuentra rasgos muy claros de la narrativa de Ray Bradbury. Este cuento nos adentra, de una manera descarnada, en lo inútil que puede resultar la inmortalidad cuando no se tiene anhelos y pasiones. Inmortalidad que se va volviendo, conforme pasan las centurias, en un terrible aburrimiento. Ahondando un poco más en la temática, se puede agregar que cuando el personaje – narrador, junto a otros expedicionarios, intentaba colonizar el planeta Orión, lo sorprende un desastre y, posteriormente, decide averiguar las causas de éste, encontrando en un altar de granito tres libros escritos en el extinto idioma inglés.

Quizá Valdivia nos hace un llamado a la reflexión para cuestionarnos sobre la existencia humana, el poder de los libros, los únicos capaces de salvarnos, redimirnos y llevarnos por mundos desconocidos y ser libres realmente en un mundo esclavo de la tecnología y el afán de sus habitantes por ser dioses, sin sospechar que sólo somos un alfil rojo en el inmenso tablero de ajedrez del universo.

En el libro encontramos también rasgos de las épocas que nuestros padres y nosotros mismos hemos vivido y seguimos viviendo. Por ejemplo en “No era necesario cruzar el charco” sentimos lo que realmente significa ser latinoamericano y soñar con una futura y mejor vida al querer emigrar al extranjero, donde somos vistos como mano de obra barata e invasores, padeciendo xenofobia a la vuelta de cada esquina.

La narrativa de este novísimo narrador explora directamente en la historia. En su cuento “El castillo de mora” nos relata las aventuras de un descendiente de la estirpe española e indígena; este mozo intrépido logra la rendición de los alpujarras y en la carnicería que significó la batalla encuentra a una mujer mora muy bella. Se enamora de ella, pero ésta termina cortándose las venas: no resistió vivir al lado del hombre que propició la caída de su linaje.

El libro aborda en “Cuando se envejece” al homosexualismo, desde una visión etárea, presentándonos la historia de un homosexual entrado en años que se ve desplazado por uno más joven y guapo que él, y para que esta situación no continúe recurre a los favores de un santo.

Mención aparte merece una de las piezas fundamentales del libro: “Los adoradores del carnero”. En este cuento, Valdivia, nos traslada de manera cinematográfica a la vida de los pobladores del desierto que adoran al Maligno e invaden el reino de Micomicón, implantando sus costumbres oscuras a fuerza del terror, llenando una tierra de paz en un valle de oscuridad y desesperanza. En esta magnífica muestra narrativa se puede rastrear la influencia de J. R. Tolkien, por darle un carácter épico insospechado, basándose, según las declaraciones del autor, en la II Guerra Mundial y en Adolfo Hittler como Señor Oscuro.

Para concluir, “Cada libro tiene su destino”, escribe Eduardo Valdivia Sanz en el cuento “La isla” y el destino de “Los sueños del alfil rojo” se concretiza en la transformación de las realidades que encontró su autor en sus múltiples lecturas y que volcó para avivar la hoguera eterna que representa el oficio de la escritura literaria.

viernes, mayo 02, 2008

REALISMO TRÁGICO EN LA NOVELA “MARIANA, EL PURGATORIO”

Cosme Saavedra es un novísimo narrador, aunque su labor ya se rastrea desde Los Ángeles del Abismo, aquellos solitarios que invadieron las calles con su prosa inflamaria; pero este grupo que sentó su actuar en la comarca de Sullana, extinguió su llama flamígera, como versa Ricardo Musse, y cada uno de sus integrantes siguió su camino por separado y mucho más solos que antes; en una de las tantas conversaciones que he tenido con Cosme Saavedra, me hizo conocer la existencia la trilogía Historia General de la Jorca, que está estructurada por las novelas Mariana, el purgatorio; Mariana , el averno; y Mariana, el paraíso.

De esta trilogía no se ha impreso ninguna de las novelas por razones ya bastante conocidas en nuestros suelos peruanos. Sólo ha aparecido unos capítulos de Mariana, el purgatorio, bajo el nombre de Ya no llovería para julio.

Aquí una nota titulada Realismo trágico en la novela Mariana, el purgatorio, que escribiera por el año 2002, su camarada César Gutiérrez Alva.



Al leer “Mariana, el purgatorio” he sentido la lámpara resplandeciente que ilumina el sendero de un novel escritor. Después de esta novela los “Ángeles del Abismo” justifican su paso por este mundo. Cosme ya encontró la clave para abrir el cofre de los trovadores, husmear en sus secretos y apoderarse de las formulas para ejercer el oficio delirante de contar historias.

Esta novela es más que un ritual para exorcizar a los demonios que habitan la décimo primera cuadra de la calle San Martín, es más que una fiebre de Luna virgen. Es, me parece, el canto esperado por nuestra generación insomne y anónima, canto metafísico y apologético para una ciudad desprovista de poesía, pero empeñada en parir poetas. Es también el vuelo enigmático de una visión compartida del mundo.

Al descifrar su trama, se puede sacar en claro que estamos ante una novela de tránsito hacia la madurez. Terrible tránsito a la adultez de unos personajes enteramente desarraigados, trágicos y sensibles. Cada personaje delineado por la pluma de Cosme Saavedra, es el microcosmos de la desolación, el retrato individual del genocidio de la esperanza o de la muerte por eutanasia de los bellos sueños de una generación que se presume extraviada en una época atroz y suicida.

“Mariana, el purgatorio”, es el realismo poético de la tragedia individual, el prototipo de una novelística que pretende hacer de los caminos de la desdicha una soterrada escuela para aprender la felicidad del caos. Allí se quiebran los sentimientos y las voluntades más nobles, mueren los amores inmaculados y se emputecen los besos de las vírgenes. Pero no obstante, la vida avanza inexorable hacia su propia realización: No interesa la felicidad humana, importa el transcurrir incontenible de la vida sin reparar la calidad de vida de lo existente. Entonces, es pertinente dejar establecido que el caos, la penuria, la sordidez son también manifestaciones de la vida, y es inútil aspirar a su abolición, adheridos a la promesa de un paraíso bíblico liberador, ¿Liberador del lado imperfecto y doliente de la vida? Pero si ello constituye el equilibrio dialéctico de la existencia. Los paraísos ideados por la mente humana niegan la posibilidad de una vida digna, feliz y eterna en los purgatorios.

La poética de Cosme Saavedra es un significativo aporte temático y estilístico a nuestra narrativa regional. Su novela pretende ser la epopeya de la existencia en el mundo moderno. Es la peripecia humana en la época de la globalización donde la muerte de paradigmas ha dejado espacio para todos aquellos fanatismos que pretende ser luz en la tiniebla.

El argumento narrativo posee un hilo conductor fundamental: Los vínculos espirituales y literarios –por azar o por premeditación- de tres generaciones de escritores, la Caravanera, Ángeles de Neón y los Ángeles del Abismo; quienes ofrecen distintos enfoques y versiones de acontecimientos ficticios y reales: Los sifilíticos y volcánicos amores e Sigmund y Mariana, la mítica influencia de una ajorca en la vida de los personajes, el Fenómeno del Niño de 1983, los conflictos fronterizos en el norte peruano, algún asomo de hechos de la guerra interna y la sombría década del ’90.

En el plano de la reflexión estética-literaria se dilucida, en reiteradas ocasiones, respecto al rol del escritor y su ubicación en el contexto social. Al parecer este es un punto donde la novela apuntala gran parte de su razón de ser. Se presenta como una trama del pensamiento cuyo principal cometido es dar una respuesta transitoria y satisfaciente al conflicto entre literatura y realidad. Esa dilucidación obedece a la necesidad existencial de nuestro novel escritor para lograr pertrecharse de un credo creativo o marco referencial estético que garantice consecuencia y permanencia en el oficio.

No exagero en decir que Saavedra Apón es uno de los más lúcidos y talentosos demiurgos que el silencioso vanguardismo de los “Ángeles del Abismo” ha dado a la literatura regional.

Junio, 2002.

Nota: En la fotografía: Jalevi Juárez, Cosme Saavedra Apón, Josué Aguirre y Angel Hoyos
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martes, abril 29, 2008

LOS HAIKUS, EL ZORRITO Y EL 2 DEMAYO

Publico esta invitación que me hizo llegar mi camarada de letras, Jose Zorrito Lalupú.

Este 2 de mayo se presentará en La Alianza Francesa el Libro "Haikus" de José Lalupú.

El colectivo Hesperya tiene el gusto de invitarle a la presentación del libro Haikus, de José Lalupú, el próximo viernes 2 de mayo a las 19:30 en la Alianza Francesa de Piura.

Hesperya es un colectivo cultural español vinculado a la Universidad de Oviedo, que edita una revista de filología trimestral además de libros de poesía.

La presentación correrá a cargo de Héctor Gómez Navarro. Habrá acompañamiento musical por parte de Fernando J. Silva Guerrero.

Los libros se venderán a 3 soles, sólo por esa noche.

Nota: Portada de Haikus.

MAGENTA NO MÁS EN LA UDEP

Reynaldo Cruz

Tal parece que la represión contra la cultura en nuestro país (entiéndase el caso Melissa Patiño, el fin de Mapamundi y Vano Oficio y el acoso en Quilca) ha llegado al claustro de la Universidad de Piura (UDEP), según lo que he leído en el blog de Josué Aguirre. El segundo motivo que generó la redistribución fue la constante llamada de atención por parte de algunas autoridades de la universidad debido a la "crudeza" de ciertos textos publicados en Magenta, dice textualmente el estudiante de comunicación social, que forma parte del grupo editorial del boletín Magenta.

Sin duda que es una muestra de autocensura, originado por la no tolerancia con la literatura, que ha llevado a nuestros amigos de la UDEP, a hacerle caso al tribunal de la Santa Inquisición del Opus Dei, cuyo fundador, Josemaría tiene por apellido paterno Escrivá, como paradoja de lo hoy ocurre en la universidad del otro lado del río, que sin duda no es nuevo: Bueno, La UDEP se ha caracterizado por ese tipo de acciones, sino pregúntenle a Roger Santiváñez, Sigifredo Burneo y otros tantos; siempre ha sido un sistema que raya con "el buen decir", "las buenas costumbres", y "el qué dirán", dice Fabián Bruno.

La crudeza de sus textos, (no soy lector empedernido del boletín, pero lo poco que lo he hojeado) no la veo en ninguna parte, quizá solo sea visión del medioevo que se escarapelan el cuerpo con frasecitas altisonantes. Bueno, sin duda que para nadie es un secreto que hemos tenido roces con los magenta, pero la verdad que en mi ultima estadía en Piura, vi el ultimo ejemplar en la Librería Revín, y vaya que la portada esta atractiva, felicitaciones chicos, la muchacha es muy bonita.

P.D: Fuerza Gente, y sigan distribuyendo en la UDEP, diganle no la represión. Nos vemos en el infierno.

Nota: Revista Magenta 23.

A PROPÓSITO DE LA SALIDA DEL GRUPO MAGENTA DE LA UNIVERSIDAD DE PIURA

Hace algunos días leía en el weblog de Josué Aguirre, miembro del grupo Magenta, un post en el que comunica que el órgano difusor de su grupo no será repartido más en los claustros de la Universidad de Piura, porque para realizar esta labor tenían que sortear una serie de dificultades vanas que les han impuesto las autoridades de este centro de estudios.

Comenté aquel artículo y Eduardo Valdivia, integrante también del mencionado grupo, mas no alumno de la UDEP, remite las siguientes palabras que me parecen oportunas:

Ya era hora de salir del vientre de la madre, el único criterio que debe primar no es si es moral o inmoral lo que se escribe, el único criterio que debe prevalecer es: si un trabajo está bien escrito o no; tampoco debe importar que el escritor tenga una tendencia política o no, no por ser un escritor de una determinada extracción social un escritor es bueno o malo, al fin de cuentas el escritor se debe a su arte y a nadie más, y en este caso no importan las modas ni las tendencias, el tiempo y la universalidad del trabajo escritor será el patrón para medir el valor y el éxito de una obra.

Nadie es escritor por un solo trabajo, la vida dirá si fuimos fieles a nuestra labor o no. Atención que a los inquisidores del arte no sólo se les encuentra en un tribunal eclesiástico, el inquisidor es todo fundamentalista que siente horror al cambio; por otro lado, es cierto que para juzgar un trabajo si es literario o no, debe haber de por medio un espíritu cultivado y a la vez sensible; no olvidemos que nuestras opiniones y creencias están basadas en los sentimientos y es preciso remarcar que más de las veces nuestros puntos de vista son limitados.

Es preciso llevar el quehacer literario de Piura al mundo, es necesario universalizar la provincia, hoy la utopía de la aldea global es más posible que antes. Libertad de pensamiento sin restricciones, es imprescindible traer el fuego de Prometeo, es preciso encender la pradera.

La literatura no es un medio para ganar unos cuantos adeptos o tener excusas para justificar una vida de fracasos, la literatura es un puente a la transcendecia. Si se consigue triunfar salvaremos nuestra alma del infierno, si se fracasa, nos espera un espejo en la vejez, tal vez muchas tazas de café y, claro está, un aire de perdedor que no se cura por apeletonar páginas y páginas llenas de mamarrachos que nadie lee, salvo nuestro ego y nuestras propias mentiras.

Salve a la Literatura y que pierda toda esperanza el que entre a su templo. No hay puntos intermedios en esta fe, o se gana o se pierde.

Nota: Portada de la revista Magenta.

domingo, abril 20, 2008

PRÓXIMA PUBLICACIÓN: ZORRITO LALUPU Y SUS HAIKUS

Una buena noticia para toda la literatura de las solares comarcas de Piura.

Hace algunas días en la presentación de la revista Plazuela Merino, Jose Lalupú me manifesto alegremente de la publicacion de su obra prima por el Colectivo Cultural español Hesperya , pero ésta no es de narrativa (donde todos lo conocemos), sino de haikus para ser precisos.

Con el libro haikus, Hesperya pone en marcha su colección titulada "El hondero entusiasta".

Zorrito, estaremos a la espera de tu libro.

POEMAS EN LIBERTAD DE MELISSA PATIÑO HINOSTROZA


Día 4

Mi nueva vida me ha llevado a latir en forma de embrión o de mundo. Tengo una interconexión con el embrión de cada ser humano. Vi todos los corazones de los embriones. Los sentí latir al ritmo de mi método y he tenido que entrar en crisis porque no supe que más hacer.

Mi nueva vida me dio su hombro robusto y me mostró su torso flácido. Me consoló al mostrarme su rostro y en él mas corazones inflamados y en ellos miles de rostros sudorosos, disparejos. Y en ellos el mío tan distinto a mi anterior vida recostado en el hombro de la nueva.

Mi nueva vida me ha sentado frente a ella, me ha nombrado con decoros guardiana del latir. ¿Me lo merezco? ¿Cómo mi minúsculo latir puede latirse para cuidar a otros? Cuidar el ritmo del latir y su espectáculo de apasionamiento. Cuidar la regularidad del latir y los cardiacos sentimientos de culpa. ¿Quién es culpable? “ama a los otros como a ti misma”. Cerré los ojos y vi al mundo como un embrión apunto de abortar.

Día 5

Siempre es una sorpresa los cambios a los que me conduce mi nueva vida. Siempre tan coqueta como una muchacha de veinte años que es culpable de cuidar el latir. Siempre tan sabia como una muchacha de veinte días de encierro corriendo para no creerse nada.

Mi nueva vida me prepara algo grande, lo sé. Me pretende liberar de los temores y de los sabios consejos de las paredes. Me recuerda mi amnesia obligatoria para la sumisión. Mi nueva vida me ha envejecido rápidamente porque me ha cansado. ¿Luego del día cinco podré descansar?

No puedo sentirme apenada al lado de mi nueva vida, aunque sigo entrando en crisis, las lágrimas están para desinflamar mis mejillas.

Hoy mi novísima vida ha encargado desfallecimiento con una melodía que ha besado mi frente y se ha acostado conmigo a contar latidos. Esta nocturnidad revisaré algunos corazones antes de dormir.

Día 6

Hoy he despertado con el rostro iluminado de polvo. Es un día que promete aire inédito. Mi nueva vida quitó las sábanas de un tirón, me sacudió la cara y me tocó el cuerpo para ejercitarlo. Fue corriendo a traer el desayuno que ordenó en la recepción de la prisión; café, jugo de papaya y huevos revueltos.

Iremos a visitar a tu padre, me ha dicho, y mis ojos se han roto; hace mucho que no sé como ubicarlo. Hace mucho que mi padre se olvidó de mis ojos –ahora rotos y sucios-, ¿cómo es que lo encontraremos? El está esperándonos. Hoy es día de visita.


Nota: Tomado de Kolumna okupa de Rocío Silva Santisteban