miércoles, septiembre 30, 2009

JOSÉ MARÍA GAHONA: "La nave de esteras"


1

Mi casa es una mujer con falda de esteras
blusa de cartones
y extremidades de algarrobo
cuando la lluvia estropea su traje de reina
de los tugurios
le crecen heridas en medio de los setentamil poros
al ganar el sol
en las copas de los árboles
ella pone a solear sus sandalias de arena
y deja transitar las lagartijas
por su cabellera de costales
y ordena que los niños salgan a recibir
la luz del día.

REVISTA INN CULTURAL ... Presentación


Este jueves 01 de octubre, a partir de las 7.30pm en la Alianza Francesa de Piura se presentará el Primer Número de la Revista INN CULTURAL editada y publicada por Athenea - Comunicación & Cultura.

El objetivo de INN CULTURAL es difundir las diversas manifestaciones culturales a nivel regional y nacional con un estilo diferente. Reynaldo Cruz, coordinador General de Athenea - Comunicación & Cultura, afirma que esta publicación es la primera propuesta de una revista especializada en manifestaciones artísticas desde la perspectiva de los jóvenes.

En este primer número INN CULTURAL rinde un homenaje a José Félix Aquino Valverde, maestro y patriarca de la familia de artesanos más reconocida de Catacaos y de la Región. Asimismo en sus páginas se saluda el cumpleaños 18 de Piajeno de la mano de su creador Luscor; así como el centenario del nacimiento de Ciro Alegría, el gran novelista peruano, autor de El mundo es ancho y ajeno.

En una apuesta por la juventud, INN CULTURAL difunde las creaciones de jóvenes artistas ligados a la literatura, las artes plásticas, la música y la restauración del patrimonio arqueológico.

Con un estilo renovado, juvenil y fresco INN CULTURAL busca convertirse en una fuente de consulta y vitrina de las expresiones culturales a través de las cuales crece la humanidad y se construyen nuevas sociedades más justas. Por eso los integrantes de Athenea - Comunicación & Cultura invitan a todos los piuranos y piuranas a compartir junto a ellos esta primera entrega en un ambiente donde el arte es el invitado especial.

Poniéndole nombre al siglo


Julio Carmona

¿A quién le cabe duda que el siglo XX fue el siglo del imperialismo? No sólo porque así lo sustentara Lenin, garantizado especialista sobre el tema por sus muchos trabajos conocidos, sino porque la misma actividad del imperio dejó sentada su capacidad de dominio en todos los órdenes de la vida mundial. Pero, también a no dudarlo, y reconociendo que el siglo XXI ha heredado de su predecesor esa rémora incontestable, ésta se ve minimizada porque ha asumido el pasivo adicional de algo que –por lo visto hasta ahora– tal vez llegue a ser su signo característico: la corrupción.

Cuando a fines del siglo XXI, por fin se diga: el imperialismo ha sido derrotado; por fin, se ha logrado la unidad universal mediante el reparto equitativo de la riqueza (desterrada la miseria, no sólo de la existencia sino también de la filosofía), para beneficio de la raza humana (obviamente, el racismo será una pesadilla de triste recordación), con el acceso de todos a la cultura, la salud y el disfrute de los bienes materiales (con el único imperio de la justicia), cuando esto ocurra, a fines del siglo XXI, y los herederos de éste quieran calificarlo, seguro dirán: fue el siglo de la corrupción.

Si bien el imperialismo ejerce su influencia directa de contaminación en las altas esferas de los gobiernos del mundo, llegando de esa manera a debilitar y exterminar a las democracias populares de la Europa del Este (los mal llamados “países socialistas” que fracasaron en el intento de serlo), la corrupción –que, de hecho, lo acompañaba en esa labor de zapa– se proyectó a su vez –en forma de metástasis incontenible– por todo el organismo social, cancerando todo lo cancerable (valga el neologismo). Felizmente, no todo lo es. Hay conciencias que se resisten a serlo. Y la conciencia es la reserva salutífera de la humanidad.

La corrupción impondrá su imperio siempre que haya alguien que se lo permita. Y la voz de alarma para impedirlo está en la conciencia. Y –asimismo, a no dudarlo– hay dos tipos de conciencia: la unipersonal, la egoísta, la decadente, la que se aferra al conservadurismo que se nutre de la creencia que nada cambia y que hay seguir la misma corriente de siempre, y la otra conciencia que se nutre de la idea social, solidaria, que reflexiona diciendo: si la sociedad somos todos, o nos salvamos todos o todos nos hundimos. Son los dos grandes partidos políticos de la humanidad. El resto es vanidad.

Cortina de humo


Acaba de aparecer la revista Cortina de humo. Esta revista es un producto del grupo editorial Pluma Libre.

En el editorial se da una explicación del nombre de esta revista:

"Cortina de humo" suele ser una frase utilizada por los políticos de oposición cuando el partido de gobierno maneja la información en los medios con el fin de desviar la mirada de la población hacia noticias de resonancia aparentemente importante, pero de contenido escasamente relevante, o... algo más o menos así.

Cortina de humo es en realidad una revista cultural que nace con el fin de desviar la mirada de los lectores hacia una opción diferente de ver el quehacer cultural manifestado en sus más diversas expresiones...


En este el primer número de Cortina de humo encontramos un trabajo serio que involucra: entrevistas a Andrés Neuman, Premio Alfaguara 2009, al músico Miki Gonzalez, a los creadores del Pez webon, Andrea Tataje y Carlos Banda Saravia; articulos de Julio Carmona, Carlos Arrizabalaga, Víctor Palacios Cruz y Manuel prendes Guardiola; un relato de Carolina Aguirre; un cuento de Luis Augusto Quimper. La historieta está a cargo de Angel Hoyos; poemas inéditos de Marco Martos, que son parte de un libro sobre el mundo de Grecia antigua

La revista también nos ofrece una visión de la vida profesional de Nathalie Hendrickx, productora ejecutiva de las películas El bien esquivo y Una sombra al frente; y un comentario de la campaña Acentos perdidos.

jueves, septiembre 17, 2009

Ciclo de cine: El escritor y sus problemas


Los integrantes del Grupo Literario Magenta están promoviendo el ciclo de cine: El escritor y sus problemas.

El ciclo está conformado por: El tercer hombre (Carol Reed, 1949), Capote (Bennett Miller, 2005), El Resplandor (Stanley Kubrick, 1980) y Cyrano de Bergerac (Jean-Paul Rappeneau, 1990).

Las dos primeras películas ya se proyectaron (10 de setiembre, 17 de setiembre), sólo quedan las dos entregas restantes: 1 de octubre y 29 de octubre.

La cita es a las 7 p.m en el auditorio de la Pinacoteca Municipal de Piura (Museo Vicús).

domingo, septiembre 13, 2009

¿Toda política es cochina?


Julio Carmona

Tantas veces se escucha el calificativo de “cochina” adosado a la política que uno se siente tentado de darlo por cierto. Ver la catadura de los parlamentarios y sus patéticas performances, abona a ese descrédito. Fue acertado que el sandinismo calificara de “chanchería” al parlamento nicaragüense de Somoza. Seudopolíticos como éstos son los que desprestigian la política. Observarlos es considerar que político es igual a chancho o cochino. Pero, en realidad, hay política y política, como hay amores y amores. La moraleja de esta reflexión sería: Del mismo modo como no dejas de amar porque un mal amor te traicionó, igualmente no desprecies la política porque un mal político te decepcionó.

Los políticos respetables, felizmente, la reivindican, le dan su verdadera calificación. José Carlos Mariátegui decía: “La política es hoy la única actividad creadora. Es la realización de un inmenso ideal humano. La política se ennoblece, se dignifica, se eleva cuando es revolucionaria. Y la verdad de nuestra época es la revolución.” Con la palabra revolución ha ocurrido algo parecido: sus enemigos la han satanizado y la han convertido en sinónimo de terrorismo. Cuando es todo lo opuesto. Es transformar lo negativo en positivo. Es acabar con la injusticia. Es combatir la corrupción. Es inmolarse por un ideal.

Con las grandes palabras, democracia, revolución, política, se da el proceso de mitridatización, tomando como modelo lo que hizo Mitrídates, rey del antiguo Oriente, que avisado de que sus enemigos querían envenenarlo, se inmunizó tomando pequeñas dosis de veneno, y cuando en verdad le dieron a beber un veneno muy fuerte, éste ya no le hizo efecto. Devaluar los hechos, repitiendo de ellos una visión negativa, es mitridatizarlos; es lo que ocurre cuando se habla política o de revolución como de basura, y cuando éstas se presentan como lo que son, ya la gente está inmunizada, y las rechazan.

Contra esa devaluación de la política vale recordar esta reflexión de Bertolt Brecht, poeta y político alemán: “El peor analfabeto, es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la carne, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. Es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el niño abandonado y el peor de todos los bandidos: el político corrupto, mequetrefe y lacayo del gran capital".

FIESTA DE LA PALABRA: I feria del libro en Bernal


Sin duda alguna realizar una feria que tenga como actor principal al libro es una batalla contra todo tipo de adversidades. En los próximos días 26 y 27 de setiembre, en Bernal se realizará la I Feria del libro. Este evento, promovido por el Instituto para el Fomento de la Lectura y la Escritura - INFOLEE y la Municipalidad de Bernal – Sechura, es único por la talla de sus invitados. Dicha actividad se realiza en torno a las celebraciones finales por el aniversario del distrito de Bernal

La figura más llamativa de la I Feria del libro es el escritor Oswaldo Reynoso (Arequipa, 1931) que llegará a estas tierras solares para recibir un homenaje más a su carrera literaria. Figuran en la lista de invitados: Cronwell Jara, Dante Castro, Ricardo Vírhuez y Ricardo Ayllón, Alberto Alarcón, Bethoven Medina, César Olivares, Houdini Guerrero, Carlos Espinoza León, Rafael Gutarra y Genaro Maza.

También estará presente la poetisa española Manuela Serrano, el Grupo Illescas de Sechura y el Grupo Literario Plazuela Merino de Piura.

La I Feria del Libro incluye diversas actividades como conferencias, conversatorios, recitales, presentaciones de libros, expo-venta de libros, así como espectáculos de teatro y cuentacuentos.

Fotografía de Jorge Tume: Calle Comercio de Bernal

Las alucinaciones de San Lúber


Houdini Guerrero

La poesía siempre está a contraluz, es un espejo que se disuelve en lo más íntimo de nuestro ser. En la poesía siempre buscamos, y aveces encontramos, un paraíso y una vez que lo encontramos procedemos con infinita paciencia a incendiarlo, a quemar los puentes que nos ligan con esa idea absurda llamada felicidad. El poeta Lúber Ipanaqué se aventura completamente desnudo por la vida y descubre un “Paraíso en llamas”, un paraíso donde la palabra es fuego que horada nuestras buenas conciencias, un paraíso donde no podía faltar – encuentra el amor: serpiente que acosa, que se mece entre el fuego y el agua.

Y en el paraíso surgen las alucinaciones de San Lúber, donde intenta cortarse las venas para beberse su sangre y resucitar a la semana siguiente y seguir trajinando este dorado valle de lágrimas donde la cerveza y las mujeres son los oasis en que se refugia el poeta.

En este poemario la poesía ha matado de una certera puñalada a la esperanza. Ahora la poesía se ha vestido de esperanza y con su aroma nos invita a repensar nuestra existencia.

¡Que los dioses y la palabra te acompañen siempre San Lúber!

¡Salud!

La naturaleza y el misticismo panteísta en “Transparencias” de José María Gahona


Ricardo Musse Carrasco

La estructura formal de “Transparencias” se vertebra a partir de cuatro ejes temáticos:

1.“Elegías a la madre” (cinco poemas): Con minimalismo expresivo y compositivo (constreñido a su máxima expresión, pues no pasan de ocho versos los poemas) se testimonia, con piadosa gratitud, la atribulada –pero purificadora- figura de la madre.

2. “La nave de esteras” (trece poemas): Con una factura compositiva más dilatada esta sección del poemario es la que –magistralmente transfigurada- atesora una clara postura ideológica, puesto que aquí se patentiza la sociopoética de la mirada artística.

3. “Transparencias” (quince poemas): Una concepción ambientalista sostiene estas realizaciones poéticas: La flora y la fauna de la región, infundidas por una especie de gracia verbal, configuran unos ecosistemas textuales que despliegan un bucólico misticismo donde la naturaleza es concebida como el ser absoluto, la sustancia infinita y causa de sí misma. Para José María Gahona, siguiendo el ateísmo spinoziano, la naturaleza es eterna e infinita, es causa, efecto, esencia y existencia
[1].

4. “Gaviota de un solo verano” (catorce poemas): Es la pieza poética consagrada a la amada, a esa mujer de altos ideales que se le desbordan amorosamente los geranios de sus manos francas: Esa parte que, gozosamente, emergida de nuestro ser –en la era de los latidos primordiales-, amándonos, curándonos y purificándonos; se restituye a sí misma esa bendita plenitud, cuando la primavera nos atraviesa a los dos –para no irse jamás- nuestra bienaventurada alma.

El libro posee, además, un preámbulo y un colofón: En el primero, se condensa –con verbal modestia- la concepción estética, que es retomada en los poemas de las páginas 27, 28, 29, 41 y 65 (puntualmente en el verso diez). Y se cierra con ese inconfundible misticismo panteísta que fluye por todo el ecosistémico cuerpo del poemario, donde la naturaleza es esa deificada totalidad hacia la cual retorna, finalmente, la voz enunciadora.

El enunciador del acto verbal –casi en la totalidad de los poemas- es un sujeto ficcional monocorde, esto es, un Yo que se apropia sólo él (aunque a veces se pluralice) de la enunciación: Una lírica omnisciencia que, omnipotente y portentosamente, va creando un delineado universo y cuya rígida personalidad no se desdobla, ni –muchos menos- se aliena despersonalizándose o que –aunque sea momentáneamente-, cediéndole la enunciación a otras voces (heteronimias diversas), se disgregue, haciéndose entonces tan difusa dicha enunciación que no se sabría, a ciencia cierta, quién está engendrando las realidades textuales.

Dentro de la poesía actual lo metaliterario es un ejercicio casi obligatorio: Es decir, hacer que la misma Poesía reflexione sobre sí misma, preguntarse ella misma para qué sirve y el ser consciente de su progresiva configuración formal a medida que va desbordando sus sustancias sobre el cuerpo textual; esta modalidad metaliteria no la encontramos en “Transparencias”. Lo que sí hallamos es un Arte Poética donde el poeta entra en profundización con su experiencia verbal (empero, no siendo la voz de la Poesía la que habla sino un omnisciente portavoz) que proclama que la literatura no es enigmáticamente inasible ni –de ninguna manera- metafísica, sino concreta, pues el canto es de arcilla y un festín vital y dialéctico que se explica partiendo del mundo mismo, ya que la poesía es un papel de aguas azules donde bajamos con la única piel que venimos al mundo.

Entonces por qué (esto me lo he preguntado siempre) la poesía de José María Gahona es un hito ya modélico dentro de la tradición literaria piurana -y peruana, ciertamente-, puesto que en su corpus poético hay un vaciamiento de referencias cultistas, de intertextualidades, recreaciones paródicas y ensamblajes experimentales; entre otras elaboradas técnicas. Estimo que por dos motivos. El primero: El enunciador acopia para su código –para luego construir sus reveladores enunciados- referentes escarnecidos y desechados por el imaginario social. Objetos envilecidos porque simplemente no confieren dignidad valorativa el poseerlos ni –de ningún modo- hablar de ellos en nuestras interlocuciones sociales, puesto que nos ensuciarían –delatando, además, nuestras vulgares identidades-, sin posibilidad entonces de situarnos en los pulcrísimos estamentos sociales. En este sentido, el enunciador a estos cachivaches verbales, rescatándolos de su inminente inutilidad -cual ropavejero que redime estos significantes inservibles y oprobiosos para muchos- les asigna un insospechado valor, suscitando un descentramiento discursivo; propiciando –entonces- que los discursos hegemónicos sean percudidos –axiológicamente- por estas enunciaciones periféricas. Y, además, por esa primigenia manera –casi infantil- (segundo motivo) de enunciar su universo, engendrándolo con una diáfana visión que purifica y transparenta –verbalmente- todo; con una tonalidad virginal que hace resucitar, en el lector, un atavismo espiritual (a contrapelo de su panteísmo materialista) remotamente anidado –desde siempre- en la profundidad de nuestra ontología.

Otras aristas estilísticas que bien podrían abordarse en la poesía de José María Gahona son el influjo oquendiano (poemas de las páginas 55 y 62), las referencias bíblicas subyacentes en algunos versos (páginas 33 y 66) y sus humildes neologismos (saucerrío, guayabocorazón y blancorear). Por lo que invito a los interesados a escudriñarlas con novísimas herramientas teóricas, a fin de plenificar este abordaje crítico de su ya sempiterna y panteísta –en nuestros elegíacos corazones- obra literaria.

[1] Doctrina materialista del siglo XVII formulada por Benito o Baruch de Spinoza (1632-1677), nacido en Ámsterdam en una familia judía acomodada.
Fotografía: José María Gahona

viernes, septiembre 11, 2009

Canción triste de cualquier hombre

En este vídeo se observa al poeta Jorge Castillo Fan leyendo sus propios poemas. Aquí la voz de uno de los poetas nacionales más importantes de los noventa...

jueves, septiembre 03, 2009

Frases más, frases menos…


Julio Carmona

“Hay frases y frases, mi querido Sancho” –diría el Quijote. Conste que no he puesto “dijo” sino “diría”, por lo tanto no es cita textual; es cita apócrifa, que las hay, y que a veces tienen la suerte de prevalecer sobre las de “rostro verdadero”. Y ese, tal vez, sea el origen de los refranes. Por eso no hay que sorprenderse si se cita a un autor con una frase que nunca dijo o que le pertenece a otro: “Usos son de la guerra: vencer y ser vencido” (¿Atahualpa?, ¿Napoleón?).

Alguna vez leí en un texto, impreciso, que la frase “saber dónde aprieta el zapato” se la atribuían a un escritor español, y la explicación de la frase era ésta: A un personaje se le recrimina por el hecho de haber repudiado a su mujer que –se argumentaba– era buena, discreta y, además, hermosa; a lo que él respondió, mostrando su zapato: “¿No es bonito, nuevo y está muy bien hecho?” Y, como sus censores aceptaran que sí, él les retrucó: “Pues, sólo yo sé dónde me aprieta”. Pero lo cierto es que la frase no pertenece al autor español a quien era endilgada, sino que es puesta por Plutarco en boca de Paulo Emilio, uno de sus biografiados.

Lo censurable se da cuando se dice algo como propio, y resulta que muchos ya lo habían escuchado o leído como perteneciente a otro. Es el riesgo al que nos conduce la ignorancia. Como se ignora las obras de los genios, se puede estar diciendo algo que ellos ya habían dicho (y con mayor pericia). Se cuenta de Blas Pascal que lo obligaban a estudiar gramática y él quería estudiar matemática. Y como lo encerraron en su habitación sin ningún libro de matemáticas, pues él por su propia cuenta volvió a inventar la geometría. Algo similar le podría ocurrir a cualquier Robinson Crusoe que, por necesidad, se viera obligado a inventar la pólvora o demostrar que es la Tierra la que se mueve alrededor del Sol, y aun dársela de Colón creyendo que ha descubierto América.

A propósito de Colón, recuerdo una anécdota que el poeta chiclayano Alfredo José Delgado Bravo atribuía a un profesor suyo, quien, en una fiesta, pisó el pie de una señora, y ésta le dijo: “Doctor, más abajo pisó Colón”, y aquél replicó: “Sí, pero Colón pisó tierra virgen”. Si alguien repite esta anécdota atribuyéndosela a Alfredo José Delgado Bravo, quedará demostrado cómo se genera este tipo de equívocos.

¿Leyendas de autor conocido?


Julio Carmona

Hace varios años, un sujeto (ya fallecido, por lo cual no digo su nombre) se empeñaba en hacerla de poeta; en ese afán, llegó a publicar como suyos unos versos de Borges, y cuando alguien le increpó la osadía, él se justificó con la siguiente explicación que también atribuyó a Borges: ‘Los poemas publicados ya no pertenecen a su autor sino a la humanidad’.

Don Ricardo Palma usó la “tradición” para sus creaciones narrativas, y sus temas tenían de leyenda, de historia, de anécdota y de invención propia; pero nunca dijo estar publicando leyendas, porque éstas –por definición– son de dominio público, pertenecen al bagaje cultural del pueblo, por eso tienen el atributo de lo anónimo, y de lo ecuménico. Los casos de José María Arguedas y de Miguel Ángel Asturias, “Mitos, leyendas y cuentos del Perú” y “Leyendas de Guatemala”, respectivamente, vendrían a ser excepciones que confirman la regla, pues los mismos títulos con la preposición “de”, que implica procedencia, posesión y hasta pertenencia, ofrecen al lector la idea de que los autores las han recogido de la memoria popular.

Pero un autor cualquiera que firma un libro con el título de “leyendas”, está dando –como diría Vallejo– “un traspié entre dos estrellas”, pues si los temas son suyos, sin tomarlos del acervo popular, lo que está haciendo es –como decía mi tía Lucía– “penitencia con avemarías ajenas”, porque, siendo la “leyenda” propia de la creación popular, es como si dijera: “Mi trabajo tiene el espaldarazo del pueblo”. Y puede ser que se trate de textos que ni siquiera han traspasado el primer umbral de lo literario: que estén bien escritos. De ser así, mejor que titule sus textos como “relatos”, mas no como “leyendas”. Y en el caso de que los temas pertenezcan al dominio público, a la tradición, al folclor, estará cometiendo “usurpación de autoría”, porque si las leyendas pertenecen a la creación popular, no pueden ser presentadas como propias de un autor en particular, cuando debía especificar que figura como compilador o antólogo, mas no como autor.

Lo descarado de estos robos está en tomar temas ya consabidos como, por ejemplo, el del taxista que es solicitado por una mujer que resulta ser la muerte o una muerta (Gabriel García Márquez lo trata –magistralmente– en una crónica periodística). Los “leyenderos” actúan como el “poeta muerto”, ignorando que: Dura lex, sed lex. Es decir que: Dura es la ley, pero es la ley. Y sin ley no hay leyenda.