Venid a ver,
soy campo de labranza.
Desde que tengo un norte
me han crecido los cantos como espadas,
venid a ver mi corazón bisiesto
con su toro
en trance de agresión y de batalla.
Venid a ver,
soy cielo de actitudes,
venid a ver mis manos que sepultan
dudas sietemesinas,
venid a ver
cómo arden en la noche,
cual árboles de luz, mis ataúdes.
Desde que tengo un norte
el tiempo me saluda.
Yo cambio
vuestras lámparas
de aceites taciturnos
por una luz más grande que la aurora;
venid a ver cómo mi luz alumbra
la América del hombre, la cinturade un siglo que camina con su trigo,
con ademán de combatiente amigo.
Venid a ver el siglo del martillo,
el siglo de la hortaliza y del arrojo.
Desde que tengo
un norte:
soy un soldado rojo,¡rojo,
rojo!
Colaboración de César Ángeles L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario