miércoles, octubre 17, 2012

Antonio Cisneros, un buen poeta mediático

Antonio Cisneros

Miguel Ángel Hernández Sandoval

Quizá muy pocos recuerdan haber leído algún libro del poeta Antonio Cisneros (Lima 1942-2012), pero muchos saben que en 1995 su  voz se escuchaba  a través de las ondas de Radio Programas del Perú, medio desde donde emitió, al mediodía durante casi tres años, su microprograma “Las crónicas del oso hormiguero”, y en el que se dedicaba a hablar sobre temas no solo literarios sino de otra índole, y lo hacía con un sentido del humor fino e inteligente. También fue redactor y columnista en periódicos y revistas, donde escribía sobre anécdotas plagadas de escepticismo e ironía sin exagerar ni caer en la ofensa del otro.  Y en 1998 debutó en la televisión con “Conversando con Antonio Cisneros”, vía Cable Canal de Noticias y en el 2001 con “Esta noche con Antonio Cisneros” vía Cable Mágico Cultural. En estos mostraba sus dotes de gran conversador con intelectuales, artistas, periodistas, cocineros, músicos, etc. Todo esto gustaba y lo sabían valorar los que fueron sus oyentes y televidentes, por lo que ha de considerársele como el primer poeta peruano mediático, a diferencia de otros totalmente académicos e inútiles ante los micrófonos. 

Cisneros, muerto de un cáncer pulmonar en la noche del sábado 6 de octubre pasado, perteneció a la llamada Generación del 60 junto a César Calvo, Rodolfo Hinostroza, Luis Hernández y Marcos Martos, por nombrar solo a algunos.  Desde muy joven asimiló muy bien, y de manera original, el legado de la poesía en lengua inglesa y fue ganador de varios premios nacionales e internacionales. Traducido a idiomas como el japonés, chino y griego, también fue de los poetas que publicó más libros que los de su generación. Cisneros no concebía la idea de un poeta que no se ganara la vida trabajando, y en los últimos años en Lima tuvo puestos de trabajo bien remunerados como el de director del Centro Cultural Inca Garcilaso de la Vega del Ministerio de Relaciones Exteriores, lo que contrastaba con la imagen de desempleado, melancólico y bohemio que se tiene del poeta en el Perú. No por algo le simpatizaba más Jorge Eduardo Eielson que César Vallejo, pues consideraba que si este murió pobre es porque nunca trabajó.

Su primer libro publicado fue Destierro (1961) y su último fue Un crucero a las islas Galápagos (2005). Cuando ganó el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2010, el jurado indicó que su obra poseía “un carácter muy sensible a la contemporaneidad”. Para el crítico literario Ricardo Gonzales Vigil, Cisneros “tenía una óptica irónica, con los pies en la tierra, que no deja de vincularse con el humor criollo. Y eso le hacía desmitificar grandes construcciones y estereotipos de la poesía del pasado: el sentimentalismo lírico, el heroísmo épico y el patetismo dramático (se burlaba de todo eso). Lo notable es que no lo hacía con frialdad cerebral, sino con un tono íntimo, coloquial de un confidente que quiere que la poesía no difunda ilusiones".

En la última Feria Internacional del Libro de Lima (realizada en julio pasado), Cisneros presentó la edición conmemorativa de su libro Canto ceremonial contra un oso hormiguero, histórico poemario con el que hace 44 años se hizo acreedor al Premio Casa de las Américas de 1968,  cuando este era el más prestigioso para la poesía escrita en español. Con dicho libro, compuesto de poemas simples, brillantes y complejos, y que fuera editado en Cuba, Buenos Aires y Barcelona, pegó un salto cualitativo y llegó  a formar parte del panorama mundial de la poesía, pues se consolidó como el poeta más importante de su generación.

Cisneros solía clasificar a los poetas en dos clases: los soñadores, es decir, los amorosos y aéreos que paran más en la luna, y los civiles y domésticos, a los que la poesía no les lleva la vida ni viven todo el tiempo en poesía, puesto que se la pasan trabajando como todo ciudadano de a pie, hasta que les llega un buen premio y la consagración. Decía también que “el poeta no inventa nada. El poeta habla de lo que todos saben, sienten y ven. Todas las palabras que usa están en el diccionario. Solo que aquello que dice lo dice de una manera tal de modo que el lector, tocado por la revelación, pueda decir: ¡Ah, caramba, esto es lo que yo quería expresar pero no sabía cómo!”. Limeñísimo poeta, descansa en paz. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...



Cesar Vallejo trabajaba de periodista en peru i en europa, pero le pagaban tarde mal i nunca….asumió el oficio de reportero de guerra en sus viajes a españa en guerra civil y para testimoniar la edificación de la unión soviética con un libro como ‘rusia en 1931’ que fue un éxito de ventas. Asimismo trabajó, en medio de muchas dificultades, en una obra heterogénea y vasta, que trasciende de lejos la de muchos poetas de su tiempo y de este. Asi k ese mito de que no trabajaba es eso: un mito construido para tapar su imagen, para acallar su voz revolucionaria en el amplio sentido de la palabra. Sucede que el buen Cisneros tenia un ego mui grande y no soportaba sombras de nadie, ni de Vallejo para empezar, ni de Heraud y Hernández luchito para no terminar. Aquí le dejo esta crónica y debate de hace un tiempo, al respecto. Creo que debemos ser mas cuidadosos en el análisis de hechos y personajes históricos, y también para comer pescado y escuchas las opiniónes de vates como Cisneros que en pez descansa. Va:

Anónimo dijo...



EL 12 agost 012

Sobre esto http://un-golpe-de-dados.blogspot.com/

Dije esto:
Los problemas de conciencia culposa , atormentada i, en el fondo, acomplejada ante la estatura de poetas como jav Heraud hace que algunos contemporáneos suyos oscilen entre el murmullo i la destemplanza pública. Esto ultimo, al parecer, le viene sucediendo a Hinostroza, desde hace ya un tiempo. Pareciera que la sombra del hermano mayor les inyectara algún antídoto contra la mínima objetividad y la mínima lealtad –sí, claro, la lealtad también es escasa en este país, en este mundo–. Hace varios años, el poeta antonio Cisneros, con quien io trabajaba en una revista local, me dijo que él sabía que era un mito, pero que también sabía que muchos jóvenes consideraban a Heraud (así como a luis Hernández) un mitazo, x su temprana muerte como guerrillero. Agregó que de haber muerto joven, de seguro él también lo seria, pero como no fue así, como vivió, él solo se quedó en ‘mito’. En cierto modo, no me sorprendió mucho este comentario, xq cisneros es conocido por un narcisismo militante, ke no pocas veces linda en lo limeño-chistoso. Sin embargo, considerando opiniones como estas de Hinostroza, ya me parece que es casi una línea poéticopolítica en algunos escritores peruanos tirar barro sobre otros que, jóvenes y grandes, los interpelan de alguna u otra manera. Esa forma de encauzar la memoria por los atajos de la mezquindad y egolatría me disgusta. De ahí que hace un par de annios escribí la sgte respuesta a propósito de un nada feliz articulo del autor de ‘Contranatura’ en caretas.
Aki la dejo para sumar a la crítica de tu reciente columna ‘Un golpe de dados’:
http://intermezzotropical1.blogspot.com/2010/07/mas-sobre-la-polemica-heraudhinostroza.html