viernes, julio 13, 2007

Carlos Oliva: El Suicidio en la Ciudad Infierno

Reynaldo Cruz
"me ven llegar como una peste
y hablan de mí
entre comillas soy el ocioso el paria el que llega tarde en la noche"
Enrique Verástegui

1990 es el inicio de una época oscura: la lucha entre Sendero y el Grupo Colina. Son tiempos de muerte y destrucción. La inseguridad y la desconfianza de todo y todos es común. Los jóvenes o están a favor de la lucha armada o están en nada. Son tiempos difíciles donde surge una luz de Neòn guiada por un Diógenes lírico llamado Carlos Oliva.

Neòn fue creado en San Marcos en setiembre del 90', como respuesta cultural frente a la opresión del sistema, y merece un estudio minucioso por parte de la generación actual, ya que el contexto social en el cual se desarrollo es uno de los mas complejos de nuestra historia. Fe de esta afirmación, la pueden dar: Leo Zelada, Miguel Idelfonso, Héctor Ñaupari, Mesías Evangelista Ricci, Paolo de Lima y Roberto Salazar, quienes a diferencia de Carlos Oliva y Juan Vega, fueron miembros de este movimiento y aún sobreviven.

De Neón fue Carlos Oliva, el más representativo, aunque el mismo se negara a serlo: "se ha tratado de mitificarme. Se ha propagado la imagen de un poeta marginal envuelto en la más patética leyenda negra"(1), pero a pesar de ello, muchos concuerdan con Pablo Guevara, maestro suyo, en que Oliva era una leyenda urbana que no pudo ganarle la guerra a la ciudad, fue asesinado por la sociedad, Lima lo mató.



La vida y la muerte de Oliva son poesía, son imágenes de la redención del hombre ante el hombre, es el grito contestatario ante la rutina, las apariencias y el conformismo: "Sobre estas calles donde el amor es una palabra que no se ve / por ningún lado / descubrí un estado de animo tan bello / como una flor amarilla en la noche: Anarquía" "Muchachas casquivanas y bellas / adoran el falo de la apariencia/ Y la apariencia es una luz efímera que no me satisface"

Lima en su visión es la ciudad infierno, la que lo excluye de lo moralmente aceptable. Lima es la vieja que se maquilla para parecerse a una ninfa. "Lima / ¿De qué te valen tus letreros luminosos? / Si sólo consiguen efectos sicóticos". Oliva dixit: "Lima, capital de letrinas abarrotadas" y para él, la ciudad esta mutilada, "pero es aún hermosa / como Venus cincelada en su desnudez escultural."

Oliva busca "algo nuevo / un profeta nuevo / un baño donde orinar", es el ángel que se sumerge en el infierno para glorificar su lira. "Luego el largo silencio. Las paredes desnudas / Desesperación. Ansiedad. Caos. / Y pasión y deseo. / Nada es controlable ni delimitable cuando me pierdo / entre las galerías malditas de una ciudad / que descubro cada tarde y entonces / corro como el viento."

"Y la calle es una ola insaciable de pareceres / configuraciones yuxtapuestas de un contrasentido". El poeta busca el sonido de sus entrañas, mira la utopía con nostalgia y se entrega a los brazos del desorden y el caos: "Mi voz viene de un tiempo amargo / viene de esta violencia que fluye / como un carajo en las esquinas / donde hay tantas luces regadas / que se creería en la caída de las estrellas."

Su vida se poetiza. La poesía es carne de él mismo, como él es la sangre de ella: "cada verso trae recuerdos emoción ilusiones que agobian / mis huesos robados como una fruta al pasado / y el pasado es el recuerdo de una muchacha a la que amé con desequilibrio / con lucidez psicótica en las noches que fue Atenea / cuando se desnudaba."

Desde siempre, Oliva firma su epitafio, su inevitable carrera al fin. "Voy a morir, ríanse / La muertes es, y trato de alcanzarla". El objeto de su canto es liberarse de sí mismo, negarse a sí mismo, es decir salvarse de sí mismo, "De mi propia autodestrucción que está a punto de desintegrar mi vida / Es una protesta contra mi condición humana, narcisista, sórdida y decadente".

Oliva es sin duda la leyenda de la poesía urbana de los 90'; finalizo estas líneas con las palabras de Roger Santiváñez: "Pandillero y rebelde como él solo, terriblemente tierno. Oliva es el héroe de nuestra época. Murió por salvarnos a nosotros. De eso estoy seguro. He allí su poesía y su gloria."


San Miguel de Piura, 07 de julio de 2007 – Perú

(1) Lima o El largo camino de la desesperación. Grita Ediciones. Arequipa. 2006.

Nota: Fotografías tomadas de Letras. S5

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