viernes, agosto 10, 2007

Lelis Rebolledo: El monje solar de los Ángeles del Abismo


Ricardo Musse

El lenguaje de Lelis Rebolledo atesora la sabiduría de los siglos: La verdad vital. Su poesía busca las aberturas. De esta actitud nace su tendencia poética que él llama: Infrarrealismo neorromántico:

“Oquedad de la elegía maternal. Comunica tus recónditos detalles. Lanza tus mordiscos. Y hiere estas telarañas. Pues la caída será tu muerte. Y tu desgarramiento. O sino cierra este acuerdo con tu intimidad. Rompe todas las persianas. Y baja por las escaleras. No supliques a nadie. Ni muevas la cabeza. Has tardado mucho tiempo en venir. No te podrá salvar la quiromancia ni todos tus maleficios”.

Infrarrealismo: un disolverse en los sueños. Neorromántico: Un exaltarse en las eternas agonías.

Lelis hiperboliza su lenguaje poético. Desflora las virginidades semánticas del lenguaje. Su manera de expresar lo existente nos parece tan primigenio, tan recién nacido, que conmueve nuestras más remotas emociones y nuestras más endebles agitaciones pectorales:

“Eso te dio la posibilidad de meterte en el follaje. Pues ya habíamos conocido el antiguo recinto de los Minotauros. Las aguas de Estigia. Las sandalias de Medusa. Por ello viniste a esta cita. El arte fue un irremediable cataclismo de signos y mensajes intraducibles. Los que te empujaban hacia el fondo de estos recuerdos retorcidos por la angustia”.

Lelis “efectúa la traslación de un mundo concreto y objetivo hacia el universo de la creación, a través del uso de tropos y metáforas aparentemente ilógicas e intraducibles, pero que a la postre encierran (un mensaje altamente humanista)” (1).

Otra tendencia de Lelis Rebolledo es el neonativismo y su lenguaje étnico-regionalista, condimentado con terminologías jerguísticas:

“Has comparecido ante todos los tribunales.
Fuiste declarado culpable:
por usar sombrero / latear por las calles /
ponerte pulóver / pegar afiches / ponerte
chaqueta roja / escribir poesía / y usar zapatillas.
Han utilizado contra ti todos sus impuros
métodos de persuasión,
pero no pudieron sacarte nada
ni han podido allanar tu corazón.
Al concluir el otoño te han encerrado
en una isla
donde sigues siendo el Robinson inmarchitable
Ke respira su propia xoledad.

Esta tendencia –el neonativismo étnico norteño- encarna la persistencia en la historia de los rasgos de los grupos culturales autóctonos propios del departamento de Piura. No olvidemos que la conciencia del indio, su problemática y su solucionática ha sido –y sigue siendo- el aporte más significativo de la intelectualidad peruana del siglo XX.

Lelis poetiza –nutriéndose de textos historiográficos- ese inmenso depósito de mitos, leyendas y tradiciones: El pasado Chusís, las culturas Illescas, Vicús y el universo Tallán; pero con una contemporaneidad técnica, utilizando una estructuración textual de vórtice: Lo ancestral –derivación técnica de la ficcionalización de la historia- se transporta hacia la realidad cotidiana de estos tiempos:

“Fundador del desierto y de la inocencia de las aves
tú conoces el retorno y la llegada de nuestros ancestros
el apareamiento de las culturas que nos procuraron el tesoro
y la sabiduría del lagarto de oro
pues tu talismán lo cediste de generación en generación
sacerdote guerrero aquí están tus ñaños hechos de yupisín
y plátano frito”.

Lelis Rebolledo –por otra parte-, su poesía, trasluce un enmarañamiento de imágenes de onírica construcción, unida a una actitud escéptica y vociferante cuyo único mandamiento pareciera ser: “Somos mierda” y cuya profética Buena Nueva es: “No hay solución”. Poesía rebelde, juvenil, de radicalidad rítmica: Neosurrealismo punk:

“Noches de las flores negras y de las admoniciones
Aki no hay atmósferas densas y monótonas
Un cuerpo es un bello homenaje a la desilusión
Pues tus vibraciones no vienen del diapasón de las ondas gamma
La muerte sólo te ha de jurar tu última voluntad porque estas sombras
agoreras han asaltado tus toboganes
Y hoy estos oblongos personajes son la maldición de las florestas
De esto que forma parte de tu poco o mucho amor
De esto que siempre será el día siguiente y el ayer
De esto que se muele con tus dientes y tus acertijos
Como si alguien te diera el pésame o te congratulara
Todo es igual y de repente se te cae una lágrima y al resbalar tu tristeza
incubada en tus ojos
Te sientes que has perdido tu sombra y tus partituras
Y que ya no hay nada que pueda humedecer tus labios
Pues tu cautiverio es una larga línea trazada por el olvido
Por esta injuria que va sellada y refrendada por los cíclopes
Por esta calle que dejó de ser para ti la emoción dark
Como estos relojes de arena reventados por las cuerdas de tu guitarra
Pues mañana incinerarán tus vísceras en la torre de los alucinados”.

Lelis Rebolledo (con su reconstruir raigal y poéticamente oriundo) seguirá poblando sus propios espejismos y aventando frenéticamente sus versos como azules paradojas del tiempo, el espacio y la existencia misma:

“Fiel a los mandamientos de las semillas y de los óvulos
almirabados / a tus descendientes y a tus progenitores de barro/ al virtuosismo
de tus aves y de tus curacazgos / porque ya hemos encontrado nuestro propio
paraíso en la herencia de tus ojos y de tus cabellos/ en el brindis de la chicha
que se invita con el linaje y el séquito de las soñas / para verte marchar en el
vértice del amanecer con las primeras luces del corazón”.


(1) Castillo Fan, Jorge. Lelis Rebolledo y la neocromía epidérmica de la

poiesis, pág. 3. Sullana 1 995.
Nota: "Agua", revista literaria que dirigió Lelis Rebolledo; tomado de Terra ígnea.

No hay comentarios: