lunes, mayo 04, 2009

TRES POR UNO O HISTORIA DE LOS PUBERTOS ENAMORADOS

Fabián Junior

Viajar es uno de los mayores placeres que puede disfrutar el hombre, y lo hacemos por una infinidad de motivos, los principales se relacionan con la búsqueda del sosiego espiritual, la ruptura de la rutina del trabajo, el querer cambiar de aires y dejar de ver siempre las mismas personas, el deseo de conocer nuevas tierras que se nos hacen cada vez más lejanas cuando cae la noche y no nos queda más remedio que sentir las ondulaciones de nuestro colchón. Otros enrumban con sus maletas por el trabajo que nos espera en otra ciudad, los más lo hacen por el simple gusto de viajar por cualquier motivo, la cosa es viajar y punto; otros viajan en búsqueda de libros. Los que se dedican a la literatura o a la lectura, al estilo del León de Natuba, quieren libros nuevos y encontrarse con seres como ellos, con los creadores de las mentiras más felices. Es así como el grupo literario Plazuela Merinox se entera que en la ciudad de Trujillo se realizaba la 4ta Feria del Libro; agarran sus morrales, un par de botellas de agua mineral, unos cuantos soles para solventar los gastos de comida, hospedaje, y otra buena parte, separada e intocable, que está destinada para comprar a aquellos seres de papel, los libros.

Es así que la gente recala en la ciudad de Trujillo, ciudad llena de cultura y tradición literaria. Reix, Jalevi Juárez y Fabián Junior, miembros de Plazuela Merinox, repletaron sus mochilas y morrales y compraron unos pasajes que los trasladaron a esta ciudad mística. Reix, poeta flamantito, llevaba su mochila llena de ejemplares de Ciudad Mutable; Jalevi Juárez tenía su morral lleno de los ejemplares de su segundo libro, Una mirada al averno, que casi en la puerta de la imprenta se quema. El morral tenía letras bordadas que decían Cajamarca, que él había comprado en esta ciudad, pero que fue fabricada en Limonta. Pero qué descosido que estaba este morral. Fabián Jr. Comenzó a pedir prestado agujas e hilo en la casa de un primo, donde habían planeado desayunar, pero como no estaba en casa la dueña original, no se supo dónde descansaban estos seres por algunos temidos; bueno Jalevi salió a calle, presuroso, en búsqueda de una tienda para adquirir estos artículos. Reix y Fabián Jr. Le hicieron saber que en las mañanas y las noches no se vendían agujas ni sal, porque trae mala suerte, pero él se enfrasco en esta mañanera y difícil empresa; al poco rato traía un canuto con hilo y una aguja de regular tamaño en su mano, y nos miró malicioso como el personaje de un cuento que escribió cuando integraba La Santísima Orden 34. Reix estaba nervioso, pensando que en cualquier momento mientras el sastrecillo avanzaba en su tarea, aparezca algún ser extraño en búsqueda del personaje para asesinarlo, como sucede en el cuento. Por fortuna estábamos en Trujillo y no en los arenales piuranos, qué alivio.

Después nos volcamos como locos a La 4ta Feria del Libro, muy desesperados, y allí estaba el imponente complejo Mansiche, eran las 9 de la mañana, aún no abrían sino hasta las 11 de la mañana, es así que nos internamos junto con el poeta Henrix Córdova, de estirpe huancabambina, a comer algo. Los carros pasaban y Reix hacía negocios con Fabián Jr., para que le bajara una gigantografía de Vargas Llosa que estaba colocada en el tronco de un enorme árbol de las afueras del complejo. Ahora Reix, el mutante se había vuelto un ladrón de poca monta para variar.

La comida fue modesta, al salir de allí Henrix Córdova llamó a uno de sus camaradas para gestionar el hospedaje de los recién llegados, es así que no logramos ingresar a la feria a las 11 de la mañana; el resto de la mañana se nos fue en la cargadera de maletas, mochilas, morrales hacia un cuarto amplio que nos brindaba un amigo de Henrix.

Por fin, a la 1 de la tarde logramos ingresar a la feria del libro, todo estaba bien organizado: auditorios (César Vallejo, José Watanabe), la exposición central dedicada a la biobibliografía de Mario Vargas Llosa, área recreativa para niños con su respectiva sección de lectura de cuentos, estantes de venta de libros de diferentes editoriales nacionales y extranjeras, un café súper acogedor; todo perfectamente señalado y bien distribuido. Así que nos volcamos al mar de libros que nos esperaba dormido en su tinta; libros por doquier y mucha más gente observando, preguntando por diferentes títulos, regateando con los vendedores, escuchando los comentarios de un novela, de un libro de cuentos o de los autores: Rayuela, Historia de Cronopios y de famas de famas, País de Jauja, La violencia del tiempo, La guerra y la paz, Crimen y castigo, y otros tantos libros; en El Aleph, Fabián Jr. escuchó preguntar a jovenzuelos y adultos, en sólo unos minutos, por Andrés Caicedo, Roberto Bolaño, Miguel Gutiérrez, Mario Bellatín, Juan Gelman, Oswaldo Reynoso, Antonio Cisneros, Roger Santiváñez…

Esta primera incursión en los estantes de venta fue buena, y luego ingresamos a las diferentes salas de conferencias, presentaciones de libros, ya para este el tercer día de la feria se había presentado, en Huanchaco, Mario Vargas llosa con su conferencia Los secretos de un novelista; César Hildebrand con su libro Cambio de palabras, provocando revuelo en el auditorio César Vallejo y en toda la feria que estaban a lleno total. Otro de los espectáculos que llamó la atención de niños y adultos fue el conversatorio del público con Nicolaza, el títere que aparece en TV Perú, que al responder a las interrogantes nos daba, fiel a su estilo, lecciones sobre algunas de las etapas más sobresalientes de la historia nacional, gastándose bromas con todos a no más poder. Y la noche era negra, y el concierto de rock esperaba impaciente para atragantarse con nuestras nostalgias.

Al amanecer, Reix recordaría, como Arancibia, malévolo personaje de Confesiones de Tamara Fiol, novela de Miguel Gutiérrez, sus días lejanos en Tumbes cuando fue a espectar el concierto de Nicole Pillman, peruana finalista en el Latin American Idol. Se le hacía muy cercana su ropa y su fragancia cerca de él, pero optó por levantar sus huesos para dejar de recordarla, y pensó una vez más que un punk reprimido como él no podía estar pensando esas cosas.


Era nuestro segundo día en Trujillo, esta vez teníamos que ingresar y a Jalevi se le ocurrió hacer una de las suyas. En la boletería se enteró que el pagó era voluntario, es así que sacó una moneda de un sol y pidió tres boletos; sin duda alguna, la entrada era tan barata, que Reix le aconsejó que comprara 40 ó 50 boletos por un sol y se ponga a revender en la entrada del complejo Mansiche; pero este narrador no le hizo caso porque quizá sospechaba de las malas intenciones del poeta punk. Fabián Jr. sólo los miró e ingresó dejando el boleto, uno de los tres comprados con malas artes, al pasar la vigilancia; regresó a mirar y Reix seguía inquietando al ya temeroso Jalevi.

Fabián Jr. deambuló un rato por los estantes, mientras esperaba que los otros ingresen con la paz necesaria; se detuvo ante Por las noches los gatos, antología de Antonio Cisneros (1961 - 1986). Se entretuvo con Cuatro boleros maroqueros, Tercer movimiento (affettuosso), Arte poética 1, Poema sobre Jonas y los desalienados; de repente sintió una palmada en la espalda, era Reix, luego se apareció Jalevi con una casaca negra y unos libros que había comprado el día anterior; una vez juntos se fueron una vez más a la caza de libros; y los minutos transcurrían sin mayor sobresalto, cuando de repente, no se sabe cómo, estaban rumbo a Huanchaco, querían ver su muelle y sus caballitos de totora. Es así que tres merinox paseaban sin zapatos, en jean a media rodilla por la playa, estaba tan fría el agua que ninguno se animó a meterse un chapuzón, realmente la niebla lo estaba invadiendo todo; apuraron el paso y fueron al muelle. Esta vez ya no le funcionó el truco a Jalevi y tuvo que pagar las entradas completas, caballero no más; el muelle invadido de turistas con sus anzuelos y unos pescados diminutos, los lugareños sí que pescaban, a ellos les iba mejor; Fabián Jr. se sentó en una de las bancas para recibir al hermano de Colán, se quedó un buen rato mirando a una mujer en un caballito de totora. Reix y Jalevi estaban en la parte extrema del muelle y miraban las olas y a esos seres mágicos de totora y a una que otra chica que se aparecía por allí, para esfumarse…

Salieron del muelle, oscurecía: a tomar el ómnibus para volver a Trujillo; a las 8 de la noche se presentaba Miguel Gutiérrez con su novela Confesiones de Tamara Fiol. Súbete rápido Reix le grito Jalevi; Fabián Jr. ya estaba sentado al fondo, junto a él se acomodó Jalevi, pero el poeta de Ciudad mutable se sentó solo, quería ir solo, bueno en fin; es así que subió una chica medio punk, era la ideal para él, así que se dispuso a tomar una buena posición para esperar que la chica se siente a su lado, pero ella pasó de largo entonando una canción difícil de descifrar, para sentarse junto a nosotros que no teníamos ningún afán con ella; reix la miró melancólico y no soportamos la risa. Definitivamente estaba salado este pata. Cinco minutos después el bus recogía otro pasajero, era un hombre alto y corpulento, se sentó junto a Reix, él lo miró asustado y nosotros nos volvimos a reir, estaba recontra salado, mismo caballa…

Sin duda Miguel Gutiérrez era unos de los platos fuertes de la 4ta Feria del Libro; y allí estaban los merinox en primera fila para escuchar al autor de El viejo saurio se retira, y aparece Gutiérrez, sereno y sonriente, ante un auditorio lleno; y la charla entre los presentadores y el narrador piurano se prolongó hasta las 9. 30. Al terminar muchos corrieron para pedir un autógrafo. Reix y sus patas decidieron salir del lugar y caminar por el complejo, pero Fabián Jr. los adelantó y compró un ejemplar de la novela. En los estantes de Alfaguara, la editorial que publicó la novela, Gutiérrez firmaba su libro y se tomaba fotos con sus lectores por doquier. Y allí vemos a Reix, Jalevi y Fabián Jr. fotografiándose con el padre de Tamara Fiol. Un par de fotos más y listo, le tocaba a una señora ya entrada en años, que esperaba ansiosa que esos mocosos se fueran ya…

La jornada se terminó, nuestro segundo día en Trujillo ya estaba extinto, y ahora tocaba retornar a La Solar. Cenaron algo ligero y a esperar la medianoche para retornar, la feria continuaba, estos pubertos ya debían retornar. Tan lejos, tan cerca de ti, dijo Fabián Jr. al recordar una mujer leyendo Rayuela, en una de las bancas de la feria, él la reinventaría como sucede en esta novela, capítulo 7… él intentaría un nuevo viaje, el más difícil de todos.

Fotos: Reynaldo Cruz

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