domingo, diciembre 06, 2009

SAAVEDRA VUELVE A QUEMAR LAS NAVES


Reynaldo Cruz Zapata

“Los otros están por todas partes, esperando”
Ana Diosdado.

La narrativa piurana, tiene importantes exponentes que han logrado reconocimiento en el país e incluso en el extranjero, como es caso de Miguel Gutiérrez. La esencia creadora de los escritores de esta calurosa tierra se renueva como consecuencia del tamiz generacional que tiene en cuenta las posibilidades de quienes creen realmente en el oficio.

Cosme Saavedra Apón, narrador no tan novel de estos lares, ha logrado insertarse en la selección de autores de lectura obligada para quienes quieran tener una visión verdadera de la literatura piurana contemporánea. Con el Segundo Puesto en el Concurso de Cuentos Crisol (Lima, 2002) y una Mención Honrosa en el Concurso 2008 Palabras organizado por Editorial Mesa Redonda, Starbucks Coffee y Zeta Bookstore; Saavedra Apón se distingue literariamente entre los muchachos de su generación e incluso a la predecesora.

En el 2007, “Ya no llovería para Julio”, primera entrega narrativa, manifiesta la merecida distinción en el Concurso de Cuentos Crisol del 2002. Este libro está compuesto por una serie de relatos en los cuales resalta el personaje de Mariana, una adolescente dispuesta a descubrir la pasión carnal, mientras la lluvia torrencial de 1983 destroza la ciudad. Mariana logra un protagonismo al lado de Sigmund y Efraín, en el relato que da el nombre al libro, pues se enmarca dentro de esa reacción propia de los jóvenes de liberarse de las ataduras morales impuestas socialmente para ser uno mismo.

“El Curso de las Estelas”, aparecido este año, recoge el texto que le mereció el reconocimiento en el Concurso de las 2008 Palabras. Al igual que el anterior libro, forma parte de una novela llamada Historia General de la jorca, confesión realizada por Cosme Apón en una entrevista para Estirpe Púrpura (Blog literario de Piura).

Esta vez, Saavedra Apón, apuesta por el tema místico de la muerte. Para los personajes de esta historia, la muerte es el volver a la nave (materia primigenia), a los orígenes, una teoría que el escritor convierte en verosímil al mezclarla con parte de su vivencia en Cajamarca. En la mayoría de relatos de este libro se aprecia la búsqueda de una respuesta sobre la existencia, poniendo en duda la culminación de la misma con la muerte.

La propuesta de Cosme Saavedra nos permite leer cada uno de los relatos como historias individuales, pero como he anotado anteriormente, pertenecen a la obra total de este autor: Historia General de la jorca. Los personajes de “El curso de las Estelas” son testimoniales, confiesan sus sueños, se puede percibir su angustia existencial. ¿Es en verdad, esta la realidad? Es la interrogante final, que nos deja la lectura de este libro.

Una vez más, aparece Mariana, en Viborita como Yo. Y puede ser de manera inconsciente en Carta Acaso para Mariane desgarrando ese lado de nuestra juventud que se añora por siempre. Pero como diría Cosme Saavedra, ese no es el tema. Los libros de este escritor tienen el propósito de unirse en uno sólo. El trabajo realizado por Saavedra Apón es tan prolijo, que ya no merece el término de promesa de la literatura, pues ya ha demostrado que está preparado para ocupar su lugar en la conmutación generacional que es inevitable.

San Miguel de Piura, 26 de Noviembre de 2009.

Foto: Presentación del libro El curso de las estelas en la 29º Feria del Libro Ricardo Palma.

1 comentario:

Josué Aguirre Alvarado dijo...

Lo que no entiendo de Cosme es por qué no publica su novela de una sola. Bueno, yo lo aprecio mucho como escritor y como pata. Pero no estoy muy de acuerdo con eso de presentar una novela fraccionada como relatos. Claro, en el arte de la palabra no hay reglas rígidas en cuanto a los géneros; pero creo que si algo se escribió como novela tiene que terminarse como novela.