lunes, mayo 02, 2011

Book Raider

Josué Aguirre

Hoy pasé por el mercado, por uno de esos puestitos de venta de libros. Y, como no estaba el vendedor, me animé a tomar la iniciativa y revisar a mi antojo la mercadería. Lo consideré un tremendo acierto pues, por vez primera, encontré cosas verdaderamente interesantes. Ahora bien, digo esto muy a mi pesar. Yo venía acostumbrado a ojear sólo lo que se exhibe en la superficie y, como mucho, a veces preguntaba por algún título en particular. Gran error: hasta el momento no había considerado que... UNO: aquellos libreros podrían rebasar mis expectativas (quizá ellos no dispongan de lo que buscaba pero sí de cosas mejores) ...y DOS: los vendedores son personas muy poco cultas como para recomendar títulos alternos (de hecho, creo que ni siquiera saben bien qué es lo que tienen en venta).

En fin, la cosa es que me puse a escarbar. Literalmente lo hice. Y de esa forma, a veinte centímetros de la superficie y, ya superada una capa rocosa de libros pirata de autoayuda, algunas copias deshojadas de "El señor de los anillos" y varios textos escolares desfasados, empecé a encontrar objetos valiosos. Lo primero que vi, entonces, fue una antología de cuentos de Valdelomar, en un estado no tan bueno. Sin embargo, como no tenía ni una hoja despegada, de inmediato agregué el libro a mi "carrito de compras". De repente, la excavación empezaba a rendir sus frutos: acto seguido, encontré un libro de misterio que llamó mi atención tras las primeras líneas. Se trataba de "California Roll", de Roger L. Simon. Sin embargo, algo más interesante yacía más abajo, a 30 centímetros de la superficie. Se trataba de una linchita de Molière: "El tartufo" y "El avaro", en editorial Punto de Lectura, esos libros que en Crisol no bajan de 25 lucas.

Luego, más al fondo alcancé con algo de dificultad un libro por el que ya había preguntado en la librería El Caballo Rojo. La obra, con descuento, no bajaba de 17 soles: una antología de Harlan Elison, en la serie "Biblioteca de ciencia ficción" de la editorial Orbis. Y adivinen qué: ¡a tres lucas!
Con todo, ya a medio metro bajo tierra, y justo cuando mi brazo empezaba a envidiar un poco más de longitud, empecé a divisar los peces gordos; los libros de tapa dura. El primero de ellos que me atrajo no me sonaba de ningún sitio. Pero, como me gustó tanto la edición, no dudé en incluirlo en mi selección: se trataba de "Pequeño teatro", de Ana María Matute. A él le siguieron los títulos "Cirujano del aire", de Slaughter y "Grand Hotel", de Baum; en la otrora exclusiva edición de Círculo de lectores.

Ahora bien, ¿cuánto pagaría usted por los 7 volúmenes mencionados? Espero que me crea si le digo que yo sólo gasté 20 soles por todo. Y es que, por mi parte, aún no puedo dejar de creer que le robé a alguien... ¿pero a quién?

Nota: Artículo posteado por vez primera en el blog El verduguillo.
Fotografía:Josué Aguirre.

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