Texto y fotos: Richard Chávez
Miguel Ruiz Effio, que actualmente radica en nuestra ciudad, publicará su segundo libro de cuentos. El joven limeño ha recibido numerosas distinciones, entre ellas Finalista de las XII y XV Bienales de Cuento Premio Copé 2002 y 2008 de Petroperú, y su libro de cuentos "La habitación del suicida" alcanzó una Mención Honrosa en el V Concurso Nacional de Cuento 2004 de la Asociación Peruano Japonesa. En junio del presente, Ediciones Altazor le publicará su segundo libro de cuentos, "Un nombre distinto", el mismo que fue ganador del Premio "José Watanabe Varas" 2010 de la Asociación Peruana Japonesa.
¿Cuál fue tu primer acercamiento con la lectura y escritura?
En la lectura fue con la poesía de César Vallejo. En el colegio me encargaron un trabajo sobre "Los heraldos negros", así que luego pasé a Trilce y a raíz de eso empecé a escribir poesía que nunca publiqué. En narrativa, empecé leyendo novelas peruanas, pero lo que más me impactó fue el cuento "La noche boca arriba", de Julio Cortázar, cuando lo leí en la universidad, a los dieciocho años. Un cuento impactante en técnica, con final sorpresivo. Eso me llevó a escribir narrativa.
Tienes a cargo la gerencia de un cine, ¿relacionas de alguna manera tu trabajo con la creación literaria?
Con el tiempo me he dado cuenta de que manejar grupos, una de las cosas que uno hace cuando administra, me permite conocer tipologías y caracteres. Muchas veces me llego a preguntar por las motivaciones. Los seres humanos son complejos y ocurre que hacen algo que no debe hacer, y mi trabajo es corregirlo o sancionarlo, y desde el punto literario siempre me lleva a pensar qué es lo que motivó a esa persona. También me he puesto a pensar que administrar recursos es una manera de manejar bien la técnica que puedes tener. Cuando eliges cómo escribir un cuento, si hacerlo con monólogos o con diálogos, es algo así como administrar tus recursos, y creo que con el tiempo he aprendido a hacerlo mejor y probablemente eso va de la mano con la manera como evolucionó mi lado profesional.
Entonces, ¿crees en la disciplina al escribir?
Sí, aunque no soy muy disciplinado. Como tengo otra ocupación robo tiempo libre: no tengo dos horas diarias, por ejemplo. No escribo a diario. Antes partía de una idea, que desarrollaba lentamente. Últimamente y por cuestiones de tiempo, prefiero tener la historia armada antes de sentarme a escribir. Y creo que esto me da mejores resultados, a pesar de que la otra forma es un poquito más espontánea y me sorprendía a mí mismo. Pero creo que es mejor tener los recursos controlados, quizá por ahí va eso de tener los recursos mejor administrados. Incluso me permite emplear más tiempo en corregir los cuentos.
¿Te ha ayudado en algo ser Finalista de Copé?
Las dos menciones las he tomado como un termómetro de lo que estoy haciendo. Cuando se armaron las primeras antologías de narrativa, del 2000 hacia delante, pesaba en mi currículo ser finalista del Copé. Desde ese punto de vista puedo decir que me pudo haber ayudado. Claro que un premio sirve para calificar el trabajo que has hecho, pero no te hace mejor ni peor que otro. Por el lado de lo que va sumando al currículo puede ser.
Se dijo que el premio de MVLL beneficiaria a los jóvenes peruanos, ¿sientes eso en ti?
Creo que sí, a raíz del premio hay mucho más entusiasmo. He visto la aparición de nuevos concursos literarios. El año pasado, que se convocó al Copé de cuento, casi se duplicó la cantidad de concursantes. Y me parece que hubo más participantes peruanos que extranjeros, lo que quiere decir que hay más participantes en el país tratando de decir algo.
¿A largo plazo, cómo quisieras que beneficie a los jóvenes escritores como tú?
Quizá más apoyo a las actividades culturales, que haya una política de Estado que reconozca el arte como parte importante del desarrollo del país. Por ejemplo, los acontecimientos políticos y sociales de los últimos años hacen ver que la cultura está divorciada de la realidad: hay intelectuales hablando de cosas abstractas o de sistemas, cuando podrían participar más en la vida del país para evitar brechas o acercar sectores.
En tu primer libro "La habitación del suicida" el tema constante e hilo conductor es la muerte.
Sí. El primer cuento de ese libro lo habré empezado a los dieciocho años, y probablemente la temática está ligada a lo que uno vive de adolescente. También hay temas amorosos, relaciones de parejas jóvenes. Quizá se deba a la edad, porque uno en la adolescencia está buscando situarse dentro de un grupo y los fracasos son los que te hacen pensar en salidas trágicas. Como que hay esa meditación: lo exitoso te lleva a sentirte el mejor, y lo que te frustra te lleva a pensar en eliminarte.
¿Volverás con la misma temática en tu segundo libro?
No. El hilo conductor en este segundo libro es una reflexión acerca de la maldad del ser humano. Cada cuento es una aproximación a responder por qué el hombre comete actos de maldad. Hay personajes que sufren la maldad de otros, de su entorno, hay personajes que se vuelven malos, otros que han ocultado su maldad y esta se revela de pronto. La manera cómo planteo estos cuentos es distinta, no hay ese golpe final del cuento clásico. Creo que es un poco más maduro, que es lo que estaba buscando.
En el cuento, ¿sientes la compañía de otros jóvenes en este género literario?
Si, precisamente hay bastantes personas y escritores escribiendo cuentos. Como que se ha vuelto prestigioso a pesar de que no tiene mucho apoyo editorial, salvo de algunas editoriales independientes. Pero si veo mucha gente escribiendo cuentos o intentando hacerlo mejor cada día.
Antes de venir a Piura, ¿qué conocimiento tenías de la literatura que se producía acá?
De la más clásica, o de los autores más consagrados como Miguel Gutiérrez, o Cronwell Jara que es el gran formador de cuentistas de los últimos años, el que organiza talleres de autores que han llegado a ser ganadores del Copé. No conocía mucho de los últimos autores por la escasa difusión del libro. Cuando he venido he revisado algunos nombres del libro "Estirpe púrpura", y alguna poesía de amigos.
¿Y Piura como ambiente literario en tu obra?
En los pocos meses que llevo aquí he logrado escribir un cuento que tiene que ver con la experiencia de estar en un departamento viviendo solo y de algunas particularidades que me he dado cuenta como el clima, el atardecer en Piura. En realidad, el cuento está ambientado en Piura y quizá luego de la corrección aluda mejor a esta ciudad. Aún es un poco vaga la relación —digamos que podría mover el escenario a otra ciudad—, pero dudo que pueda ambientarla tan bien como aquí porque el texto ya tiene marcas y señales que los piuranos podrían reconocerlas como propias de la ciudad.
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