viernes, junio 29, 2012

El chico que se declaraba con la mirada

Roger Santiváñez


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Piura, la ciudad del Deseo. Toña Cordero espera mi llamada telefónica.
Es Venus. Shocking Blue. Azul belleza putrefacta. Recuerdo.

La memoria
quema los envolventes recuerdos. Chamizo. La fuerza de Dios. Yo pienso
en tí, Toña, a esta hora del sol. Escucho el sonido múltiple y triste de
los pájaros en los jardines de al lado. Escribo y reconstruyo el mundo.
Almacenes Sol y Mundo. Canal 2 de TV. Escándalo. Un jovenzuelo que
ostentosamente se proclama poeta, ha osado atacar, vituperar a
nuestro Presidente de la ANEA. Ahora sólo tu imagen Toña, en short de
jersey verde y tus caderas de Yacila sobre el pavimento 2 de la tarde,
esquina de Santa María y calle A. Una sonrisa tuya y el polo
desmanchado. Joe Cocker. La primera vez. "Siempre hay una primera
vez". Nuestras llamadas telefónicas. Una guitarra para ti, la lluvia de
este viernes de marzo. La noche de San José.
Night of San Juan. Che Guevara en Bolivia. Mis artículos políticos en
revistas a mimeógrafo. Tus alados comentarios. Tus inocentes. Puro
lenguaje. Un diamante engastado. El Amor. Toña, esta carta para tu
silencio tuyo, de ti atravesando el silencio que rodea la Muerte. El
cadáver de mi padre. Helado. Tito's. Camino a la playa. ¡Roysito,
ya está servido!
Hay soledad en los caminos mondos, hay soledad en los vahos siderales.
O quizá mi amor me está aguardando. Toña. Dónde. ¿En el laberinto
psicodélico de estas páginas? En el horizonte del verano 71. En la
lluvia y los timbres electrizados. AMHOR.

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