jueves, mayo 02, 2013

La violenta historia reciente

Portada de libro

Miguel Ángel Hernández Sandoval

Al Perú de los noventa nadie quería venir y muchas familias querían irse, pues la violencia terrorista y la crisis moral y económica habían debilitado todos los poderes del Estado. La democracia estaba hecha jirones y el caos era generalizado. Esto lo sabemos muy bien los peruanos que no nos fuimos y que tenemos más de 30 años. Albatros (publicada por Lengua de Trapo en 2013 y Premio Alfonso el Magnánimo de Narrativa en Castellano 2012) es una novela que trata sobre la violencia política en el Perú, y de lo que esta genera, en los primeros años del gobierno de facto de Alberto Fujimori. Aborda, además, el tema de la migración y de las esperanzas que se tenían en dicho gobierno, de lo que realmente fue, y de cómo le tocó vivir esto a las personas de a pie de los sectores marginales de aquella Lima convulsionada.

El autor José Luis Torres Vitolas (Lima, 1971), ingeniero industrial y magíster en literatura hispanoamericana, cuenta en cada uno de los seis capítulos en que está dividida la novela, siete historias muy medidas pero diferentes entre sí, tanto en el uso de las técnicas y recursos literarios específicos como en la estrategia para contar los hechos y afrontar el paso del tiempo. Para cada una de ellas emplea desde diálogos superpuestos (los llamados “vasos comunicantes”) hasta grandes saltos en el tiempo, pues la historia principal es una conversación que se produce en 2010. Pero si bien existen algunos problemas de precisión con el empleo del lenguaje, es gracias al interés de la trama y al dinamismo de la narración que Albatros resulta ser una novela recomendable, para leerla de manera muy atenta, y así no perderse pasajes y frases pronunciadas por unos y por otros, porque no sabemos quiénes hablan y cuándo lo hacen.

La narración, que es como un ejercicio de construcción y desconstrucción histórica, está centrada en un grupo de jóvenes provincianos cuyas familias, huyendo de la guerra interna, migran a los más populosos distritos limeños. Pero aquí solo encuentran más violencia (tanto de los subversivos de Sendero Luminoso como de los comandos paramilitares).  Por ejemplo, uno de los personajes resume bien esta idea cuando dice: “Si tú y yo desaparecemos, no pasa nada. Aquí nadie, en Santa Inés, significa algo (…) Todos estamos contra la pared, esperando la bala. De Sendero o del Ejército”.

Esos jóvenes protagonistas también se encuentran con una gran crisis (el shock económico de 1990), la corrupción imperante entre todas las autoridades y hasta una epidemia de cólera. Las cosas no solo iban mal sino que pintaban para peor. El Perú estaba desvalorado y la gente quería huir (entre 1990 y el 2005 cerca de 1,7 millones de peruanos se fueron a vivir al exterior). En ese difícil contexto, las historias de estos jóvenes siguen caminos muy diferentes, que los llevan incluso a enfrentarse y matarse entre ellos, en algunos de los episodios más intensos de la novela.

Torres Vitolas, siguiendo la tradición de las grandes novelas políticas latinoamericanas, reconstruye en Albatros (nombre de la librería donde se encuentran el excapitán Sergio Castillo y el Cucaracha, antiguos integrantes de un comando de ejecución del Ejército) esa época negra de los años noventa. Una novela que todo peruano debe leer, unos para –de manera ficticia y novelesca- refrescar la memoria y otros, los más jóvenes, para enterarse de lo que pasó en ese periodo de envilecimiento colectivo que padeció el Perú bajo el fujimorista régimen de terror y miedo.

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