miércoles, septiembre 29, 2010

El Premio Nobel, Vargas Llosa y otros escritores


Miguel Hernández Sandoval

Mario Vargas Llosa, sempiterno candidato del Premio Nobel, es una de las figuras más sobresalientes de la literatura actual escrita en español, y una de las conciencias más lúcidas e independientes de la intelectualidad hispanohablante. Antes que cuentista y novelista, fue periodista y actualmente lo encontramos en la cúspide de la fama convertido no solo en el gran escritor que todo el mundo admira, sino también en el periodista colaborador privilegiado de los principales diarios del mundo, como El País de España, en donde su columna Piedra de Toque libra batallas contra todo lo que considera indigno y a favor de sus principios de libertad y democracia, que suelen ser discutidos por quienes no entienden, hasta ahora, su transmutación ideológica. Él nunca ha negado su pasado, cosa que le honra.

Recordemos que en los años sesenta, la Revolución Cubana dividía las aguas de los intelectuales. A un lado estaban los progresistas amigos de la revolución y al otro los conservadores recalcitrantes. No había medias tintas entre ellos. Vargas Llosa simpatizó inicialmente con las ideas de la revolución del dictador Fidel Castro Ruz. Sin embargo, su relación se hizo cada vez más difícil y se rompió en 1971 a raíz del caso Padilla. El poeta disidente Heberto Padilla escribió un libro en el que criticaba la revolución por lo que fue detenido y encarcelado por las autoridades cubanas y obligado a retractarse públicamente. Luego de treinta y ocho días fue puesto en libertad tras suscribir una extensa “autocrítica”. Vargas Llosa entre otros conocidísimos intelectuales firmó una carta en la que repudió tales hechos, por lo que fue estigmatizado por Castro y los escritores del régimen.

El escritor hispano peruano tiene en su haber infinidad de premios. Salvo el Nobel, que le es injustamente esquivo, posee todos los demás, incluyendo un millar de distinciones de diferentes instituciones y universidades del mundo. En el 2006 parecía que la balanza de la Academia sueca se había inclinado por el autor de El sueño del celta (nueva novela que saldrá en noviembre en el Perú, España y Latinoamérica) pero al final se lo otorgaron a Orhan Pamuk, un novelista turco europeizado, que explora las tensiones no tanto entre el Islam y Occidente, sino entre él y la sociedad musulmana. Sin embargo, pese a que Pamuk ha tenido reiterados enfrentamientos con las autoridades de su país, lo cierto es que sus dotes no deben ser puestos en duda. Pero con su premiación se demostró, una vez más, la tendencia de galardonar a escritores dentro de determinada gama de posiciones políticas. ¿Se seguirá con esto? Es seguro. ¿Obtendrá Vargas Llosa el Premio Nobel? Todo indica que no, pues sus opiniones liberales y el no ser antinorteamericano lo descalifican ante la Academia. Él suele ser acusado en España y en algunos países de América Latina de neoconservador, ultraliberal, proamericano y otras lindezas por el estilo por opinar siempre contra los sistemas autoritarios de los hermanos Castro, Hugo Chávez y otros, además de criticar con frecuencia el fariseísmo y el oportunismo de los intelectuales de izquierda.

La sospecha de que el Nobel de literatura está politizado comenzó a tomar cuerpo real cuando no se lo dieron al argentino Jorge Luis Borges. Casi todo el mundo está de acuerdo con que no solo es el escritor más importante de Argentina, sino el mejor de los que nunca han obtenido el premio Nobel. María Kodama, esposa de Borges, cuenta que en 1976 cuando éste se disponía a viajar a Chile para recibir el grado Honoris Causa de la Universidad de Santiago y entrevistarse con Augusto Pinochet, la Academia sueca llamó a su casa para pedir que cambiara de opinión. Ella recuerda que llamó un periodista de Suecia por teléfono. Entonces se estaba debatiendo el Nobel. “No se haga ilusiones”, le dijo. La retuvo en el estudio y le pidió que se quedara. Así escuchó lo que decía. Luego de oír atentamente, Borges, según Kodama, respondió: “Señor, le agradezco mucho su preocupación, pero hay algo a lo que un hombre nunca puede ceder: sobornar o dejarse sobornar. Aunque yo hubiera pensado en no ir, después de lo que usted me dice, ahora mi deber es ir. Buenas tardes”. Cuando cortó, Borges le dijo a su esposa que la oportunidad del Nobel estaba muy próxima pero si iba a Chile esa oportunidad iba a peligrar. Y así perdió el prestigioso premio. Tal vez si Borges hubiese coqueteado con la izquierda hubiera obtenido lo que quería y más. Pero él no pensaba de esa manera. Y por eso perdió mucho.

Pero ¿cuánto pesan en la Fundación Nobel y en la Academia sueca los criterios de orden político a la hora de premiar a un escritor? Bueno, ya se sabe que no quisieron darle el galardón a Borges por aceptar una condecoración del gobierno autócrata de Pinochet y no debería extrañarnos demasiado que más adelante se inclinaran por el mexicano Carlos Fuentes que despotrica sin cesar contra el gobierno y el sistema norteamericano, en lugar de concedérselo a un neoliberal como Vargas Llosa cuyos méritos evidentemente son superiores. Cabe precisar que los suecos son arbitrarios e impredecibles, pero también es necesario reconocer que, aun cuando sus decisiones tengan un sesgo político, la mayoría de sus premiados han sido y son notables escritores. Así, es posible que la actitud contestataria de los que se han hecho con el máximo galardón de las letras como José Saramago, Günther Grass y Harold Pinter haya influido en el momento de su elección; no obstante, los atributos literarios de estos resultan inobjetables.

Si hay algo que caracteriza la entrega del Nobel es que los premios, en conjunto, generan cada año más y más controversia. Después del de Literatura, los de Economía y de la Paz han resultado siempre los más polémicos. En el siglo pasado grandes autores clásicos y mundialmente reconocidos fueron ignorados por la Academia sueca. Los críticos y analistas asumen que ésta siempre refina más sus métodos para asombrarnos con sus decisiones que dejan perplejo a más de uno. Y este año no será la excepción y, como ha sucedido en años anteriores, con el anuncio del premiado o premiada dejarán abierta la polémica para los siguientes meses. Es posible también que los suecos aprovechando las coyunturas políticas mundiales que se viven y que caracteriza a los tiempos actuales, galardonen a algún intelectual que represente, a su criterio, el choque de civilizaciones.

En tiempos que la política económica del Perú es vista –fuera de sus fronteras- como una de las más solventes y tan buenos resultados ha tenido para el progreso y la imagen del país, como nunca antes se ha visto, es momento que también tenga un Premio Nobel (Chile, Guatemala, Colombia y México lo tienen) y Vargas Llosa se lo merece al ser el mejor candidato en lengua española. En una encuesta nacional elaborada por Ipsos Apoyo señalaba que él es el peruano con éxito internacional que mejor representa al país y ya es hora que deje de ser habitual aspirante de dicho premio, pues si los suecos se lo otorgan no estarán premiando a un escritor por razones políticas sino literarias, no vaya ser que forme parte de esa nómina lastimosamente larga de excelentes escritores que nunca obtuvieron el prestigioso galardón de Literatura, en esa lista de archiconocidos olvidos están Liev Tolstói, Franz Kafka, Marcel Proust, James Joyce, Vladimir Nabokov, etc., además de Borges. Esperamos que en octubre ocurra el milagro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá Fabian, ojalá que sea este año.
Ojalá que nos regale más: Conversaciones en la Catedral,
Las travesuras de la niña mala,
Los Cachorros,
La guerra del fin del mundo,
Pantaleón y las visitadoras,
La fiesta del chivo, que son los libros que más me agradan,
pero el que quizá más me agrade es Conversaciones en la Catedral,
Fue mágico conocerlo, leerlo y volverlo a leer.

Anónimo dijo...

Se hizo el milagro, ocurrió lo imposible, con esta victoria ganamos todos los escritores peruanos, ahora mismo el mundo pone sus ojos sobre nosotros, esperemos que el estado peruano comience una política de estado en la que se de prioridad a la educación y a la difusión de los libros. Me siento muy orgulloso de ser peruano y seguro que como dos y dos son cuatro surgirán los enemigos de Vargas Llosa que tratarán de denigrarlo y menospreciarlo.

Vargas Llosa tan cuestionado, ha ganado y ha pasado a la historia junto con Sartre, Camus, Saramago,
García Marquez, Hamsun, Faulkner...
El tiempo le ha dado la razón a Vargas Llosa.

Atentamente,
Eduardo Valdivia Sanz